La Mujer Misteriosa

Visita Nocturna

Llegó al departamento a eso de las cinco de la tarde y se sumió en una siesta en el sofá. Cuando despertó eran ya las diez y media, Víctor le observaba desde la mesa mientras bebía un café.

—¿Y Gala? —preguntó.

—Melanie la invitó a un baby shower, noche de chicas —Rió su amigo.

Óscar se sintió estúpido por enésima vez en el día, se sintió culpable de creer que Víctor andaba en malos pasos, más aún de haber sospechado de Melanie que era casi una hermana para ambos y que además siempre había tenido muy buena relación con Gala.

—¿Que pasa? —Víctor interrumpió sus pensamientos.

—¿De que?

—Has estado muy extraño hoy ¿pasó algo en esa entrevista?

—No fuí, estaba en otros asuntos, por cierto quiero preguntarte algo... —Óscar se envalentono, ya estaba bueno de incertidumbre, iba a salir de dudas ahora mismo.

—Dime

—¿Vino alguien anoche?

—No que yo sepa, ni siquiera vino Gala ayer… ¿Por qué la pregunta? —Víctor parecía intrigado.

—Por ésto —Óscar señaló la nota y el encendedor que aún estaban sobre la mesita de centro.

—Eso, es una nota extraña la verdad, pensé que tú la habías dejado ahí... que te la había dado alguien…

—Pues yo he pensado que era tuya, he pensado lo peor de ti incluso…

—Como si no me conocieras —Rió Víctor— sabes bien que yo solo tengo ojos para Gala.

—Pues no sabía qué pensar, incluso he seguido las indicaciones y he ido al lugar y no he resuelto nada…

—¡Has ido al lugar! ¿Dónde es? ¿Que ha pasado?

Óscar procedió a contarle su experiencia de la mañana a un anonadado Víctor que parecía tener cada vez más interés en el asunto.

—Bueno, ahora ya no debe haber nadie ¿Verdad? Vamos y entremos amparados en la oscuridad, lleguemos al fondo de todo esto —Le dijo a Óscar motivado.

—¿Ahora?

—Ahora, la clave de todo esto está evidentemente en ese lugar, no dormiré tranquilo hoy si no descubro quien puso esa nota en el living de mi casa.

A regañadientes Óscar se cambió la ropa por qué Víctor le dijo que debían ir completamente de negro, eran cerca de las once cuarenta cuando al fin salieron y tomaron un taxi, en menos de quince minutos estaban frente al lugar que había visitado Óscar medio día, ahora Lucía tétrico. Miró por la ventana y le pareció oír un murmullo, el techo parecía tener telarañas colgando por todos lados, cosa que no recordaba de su visita anterior y le pareció ver una sombra moverse en un rincón.

—Vaya, ésta también está cerrada —Comentó Víctor llegando a la ventana en que el se encontraba e intentando abrirla sin éxito.




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