Empezó a oscurecer, Alba corrió a toda velocidad hacia la casa para estar segura, no quería ver los rostros de los reyes de preocupación, odiaba con toda su alma esos rostros de inquietud le ponían incómoda con solo verlos.
Los reyes estaban reunidos en la sala, no notaron su llegada ni la noción del tiempo, tan solo estaban concentrados.
Cuando ella se acercó para unirse a su conversación, ellos se sobre saltaron porque no percibieron su presencia ni la estaban vigilando.
"Oh, cielos, nos asustes pequeña".
Dijo el rey vampiro con una voz muy fría, en sus ojos se hallaron muy sorprendidos y grandes, desde que ella los conoció nunca vio esas reacciones en sus rostros.
Alba disfruto mucho ver las reacciones, luego ella empezó a romper el hilo que se produjo por el silencio y la soledad que se presentó en ese momento.
"Mil disculpas, pensé que ya habían notado mi presencia, al parecer no fue así, ¿que cuentan?".
Dijo Alba con mucha curiosidad, esto los desconcertó a los de allí presenté, eso le dio satisfacción a la muchacha.
"No tienes que disculparte nosotros no sabíamos que estabas ahí en la puerta"
Dijo el rey de los lobos mientras iban con el dedo en dirección hacia la puerta que estaba abierta, los demás asintieron con la cabeza en señal de afirmación.
"¿Que está pasando, que están con las caras largas y pensativas?".
Pregunto la joven ya con preocupación en su sencillo rostro, percibió que les costaba mucho explicarle algo en concreto, así ella le insisto a hablar.
"Bueno, si nocomienzan hablar, yo misma les are hablar ¿Quién quiere comenzar?".
Se miraron unos a otros, hasta que uno de ellos dio paso adelanté, la reina de las hadas había tomado una forma humana, Alba observo de arriba a abajo, la figura de la hada reconvirtió en una ninfa muy hermosa, fue mucho mejor que la forma miniatura, ella empezó a hablar.
"Lo que ocurre es que, fuimos a espiar la guarida de la escurrida da, su fuerza es muy fuerte, además, tiene ejércitos y unos de los grandes, por poco nos descubren pero tuvimos una oportunidad de escapar".
La reina de las hadas estaba agitada, Alba se acercó, puso su mano izquierda y la poso en su cabeza, ella cerró los ojos, su mano producía un poder de color verde, de repente la joven los abrió, ante ella vio a la soberana muy sorprendida y con las lágrimas en sus ojos, la muchacha no comprendió su reacción.
"¿Qué ocurre?
Pregunto la joven algo preocupada.
"No es nada, es que, nunca en la vida me habían curado más con este poder, jamás experimente esa sensación en todos estos años, sentí algo cálido como me rehabiatizara y curara todo mi cansancio que por alguna razón se acumuló sin saber que existía".
De a poco la soberana de las hadas se estaba estabilizando, Alba estaba tratando de comprenderá ese personaje que estaba frente suyo, luego prosiguió a tomar sus manos con la de ellas para calmarla.
"¿Te siente mejor?".
La reina de las hadas contesto.
"Si me encuentro mejor".
"Bueno me alegro, inhala y ex sala, hazlo tres veces así podrás recuperarte más rápido".
Dijo Alba. Ella prosiguió con los demás, también les dio un poco de su poder, estos los desconcertó a todos, pero ellos sintieron en su interior, una mescla de sensaciones, a la vez un poder que los llenaban y los hacia más fuertes.
"¡Muchas gracias elegida, jamás vamos a olvidar!".
Dijeron todos al mismo tiempo, para ellos era algo nuevo ese poder, pero lo que no sabía es que era una pisca muy poderosa, percibieron que tenerla era una dicha y en su ser de cada uno había una esperanza.
"Por favor no me digan 'elegida', me ponen nerviosa yo solo quiero que se termine esta incertidumbre".
La mucha tenía los nervios a flor de piel, la palabra elegida ya era frustrante, los reyes al escuchar el pedido de la joven no sabían cómo continuar su conversación.
"Perdonamos por eso, ¿Cómo quieres que llamemos?".
Dijo el rey de los lobos, la muchacha prosiguió a responder.
"Solo llámeme Alba por favor".
Todos en la sala se miraron por unos minutos, al fin hablo el rey de los vampiros.
"Muy bien así te llamaremos desde hoy en adelánteme es más práctico y como llamarte así".
Dijo el rey de los vampiros muy aliviado, en sus pensamientos fueron declarando y acomodándose, él noto que los demás estaban envía mismas condiciones, esto jamás había pasado entre especies.
"Me parece bien".
Dijo Alba mientras suspiraba, ella prosiguió con el siguiente tema fundamental.
"Hay algo que quiero decir".
"Dinos".
Dijo la reina de las brujas, ella vio en la mirada de la joven que estaba ansiosa por decir algo muy importante.
"Ante que el sol asomara en las montañas, fui a caminar por el bosque, mientras admiraba los alrededores, me adentre un coco, y empezaba a amanecer, caminé al lado del río vi que en un rincón de un árbol había flores".
"Continúa no te detengas".
Dijo la soberana de las hadas.
"Fue extraño en ciertos sentidos".
"Extraño ¿En qué sentido?".
Dijeron los reyes al mismo tiempo.
"¡¡No la interrumpamos!!".
Dijo al fin la reina de las brujas, al ver que la muchacha quería seguir su relato, entonces la joven prosiguió:
"Había flores de distintas formas, colores, pero, estás flores, eran variadas, qué crecerían en distintos pueblos y naciones, según su época de floración, entonces, apareció la flor, me dijo que la oscuridad había aumentando su poder y que tenía un ejército, también, me dijo que debería de estar preparada para la guerra, tendría que ejercitarme con espadas, arcos y flechas, escudos por si acaso, hechizos".