La MÚsica

Capitulo 18 :Los habitantes de los bosques sagrados

Los días pasaron en un cerrar de ojos, como si el tiempo volara. Aun así, Alba seguía con los paseos por los inmensos bosques. Tenía mucha curiosidad; en su ser más profundo existía una ráfaga de emociones, de alegría. En esa mañana particularmente rara, sentía la necesidad de salir y ver lo que pasaba. Su instinto le advertía que debía explorar los lugares específicos que aún no había visitado.

"Alba, ten cuidado. Más allá de la barrera hay fuerzas que no comprendes. No todos los seres en el bosque son amistosos."

Dijo la reina de las brujas.

Alba sonrió, sintiendo la inquietud en las palabras de la reina. Sus guardaespaldas la siguieron, pero esta vez no le importaba nada. Al principio le incomodaban; sabía que era por su seguridad. Cuando ella les decía que saldría más allá de la barrera, en sus rostros aparecían signos de terror. Para calmarlos, les dijo que los dejaría atrás.

"No subestimes el poder del bosque oscuro, niña. Hay secretos que pueden devorar incluso a los más valientes."

Le advirtió el rey de los vampiros a la muchacha. Alba era especial en sus escapadas y sabía cómo ir más allá de la barrera impuesta por la Reina de las Brujas. Tenía que salir de ese lugar cuanto antes; podía presentir que había mucha vida a pesar de la hambruna negra que acechaba el bosque.

Sin que ellos lo notaran, tocó la barrera y esta se abrió. Aprovechó para salir, pero esta vez puso un hechizo de tiempo, permitiéndole estar en ambos lugares al mismo tiempo.

Al cruzar la barrera, su intuición no se equivocaba: había vida al otro lado, aunque sus existencias pendían de un hilo. Sabía que tenía que actuar rápido. Comenzó a recitar un hechizo en silencio mientras caminaba entre la niebla negra; su cuerpo empezó a brillar con un resplandor blanco.

Su poder emanaba para purificar el bosque oscuro que apenas podía verse. Con cada toque, la niebla desaparecía y el lugar comenzaba a recuperar su color original. Alba observó cómo aquel inmenso bosque había sido hogar de muchas criaturas y podía producir alimentos para los seres mágicos que lo habitaban.

Los seres mágicos comenzaron a aparecer lentamente entre los árboles recuperados. Sus miradas estaban fijas en Alba; unos eran pequeños y brillantes como luciérnagas, mientras otros tenían formas más imponentes con alas iridiscentes.

"¡Gracias!."

Dijo uno, al fin, ella vio su diminuto cuerpo, ella dedujo que era de las razas pequeñas, notó que estaba muy débil, pero sobrevivía al poder oscuro y a la niebla toxica.

Con pasos lentos, Alba notó cómo el bosque volvía a tomar forma y ser lo que era antes. La niebla oscura se disipaba por completo, revelando un mundo lleno de vida y magia.

Albra sintió una profunda conexión con todos ellos; sabía que su viaje apenas comenzaba y que juntos podrían restaurar el equilibrio del bosque sagrado.

Así, mientras el sol comenzaba a asomarse entre las copas de los árboles, Alba se dio cuenta de que su destino estaba entrelazado con el destino del bosque y sus habitantes mágicos.

Mientras admiraba el ecosistema, aparecieron otros seres mágicos, cómo el unicornio, duendes, ninfas, entré otros. Todos se inclinaron ante ella, no lo entendía el porqué, aun así, ella les pregunto lo siguiente:

"¿Por qué se inclinan ante mí?".

Pregunto la joven incrédula ante ese gesto, observó como todos se miraban entre sí, para ella, esté gesto, era algo innecesario, no tenía valor alguno, qué le dieran las gracias así, ella lo hizo sin que le dieran nada.

De pronto una vocecita se hizo presente ante, una niña ninfa, era muy bella, Alba se sorprendió por belleza ella empezó a hablar más fuerte.

“Soy la reina de las ninfas, me llamo Megara, sólo queremos expresar nuestra gratitud, por poco mis fuerzas y de las demás criaturas, razas ya no podían sostenerlos, además, nos diste algo de tu poder, puedo sentirlo”.

Dijo con tanta seguridad la reina de las ninfas, sabía bien de que hablaba, a pesar de todo ella había vivido más que otros, Alba le pregunto.

“¿Cómo sabes que te di algo de mi poder?”.

“Por qué he leído en los libros de este bosque por mucho tiempo, pero nunca lo he experimentado solo describe como es, nada más que eso, ¿de dónde lo has aprendido?”.

Pregunto la reina de las ninfas, sorprendida por aquella joven que los había salvado en esa ocasión, pero ella sabía que era especial.

“Lo aprendí en mi lugar de nacimiento, soy una humana”.

Todos los que estaban allí, se sorprendieron, jamás pensaron que la que les salvo de esta pesadilla, es una humana, pero no quitaron las miradas hacia ella, ésa humana emanaba un poder que no se había visto en la historia.




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