La MÚsica

Capítulo 24 – El Viaje del Eco

La noche envolvía el bosque con un silencio que parecía esperar algo.
El relicario seguía brillando, y en su centro, una luz palpitaba al ritmo del corazón de Alba.Lira, el rey de los lobos y el vampiro la observaban con cautela.

"Alba… "

Dijo Lira, suavemente.La sombra te habló por una razón. No era una amenaza, era una puerta.Alba levantó el relicario. Dentro, la luz se movía en espiral, como si llamara a su alma.

"Lo sé. Y creo que esa puerta… está aquí dentro".

Apenas terminó de decirlo, una corriente de aire la envolvió. El relicario se abrió como una flor, y una fuerza invisible la atrajo hacia su interior. Lira intentó sujetarla, pero su mano atravesó solo una onda de luz.

"¡Alba! "

Gritó el rey de los lobos, pero ella ya no estaba allí.Despertó en un lugar imposible.No había suelo ni cielo, solo una inmensidad líquida hecha de notas suspendidas, como gotas de sonido que brillaban en la oscuridad.Cada paso de Alba generaba una vibración que se expandía, formando círculos de luz.

"¿Dónde estoy…? "

Susurró.Una voz respondió desde todas partes:

"Estás dentro de ti. Dentro de la melodía que te dio origen".

Era la voz de la abuela.Suave, cálida, llena de esa sabiduría que parecía venir de otro tiempo.

"Abuela… "

Susurró Alba, con lágrimas en los ojos.

"¿Esto es real?".

"Más real que cualquier sueño. El poder de nuestra familia no nace del bosque, sino de la música que lo sostiene. Cada generación tiene una nota que la define. La tuya aún no ha sido tocada".

Alba miró a su alrededor. Las notas flotaban como estrellas apagadas, esperando.

"¿Y cómo la encuentro?".

"No se encuentra ".

Dijo la voz.

"Se recuerda".

Entonces, frente a ella, comenzaron a formarse imágenes hechas de sonido: una niña en la playa, cantando al mar; una mujer joven sosteniendo un violín junto a una sirena que emergía de las olas; un coro de voces antiguas que entonaban la melodía del linaje.Alba comprendió.

La “Sirena” no era solo una leyenda… era el eco original de su familia.
El primer canto que unió el mundo humano y el mágico.

Una lágrima cayó de sus ojos y tocó una de las notas suspendidas. Al hacerlo, la nota se encendió, pura, brillante, perfecta.
El sonido se expandió, y en su interior oyó la voz de su abuela una vez más:

"Esa es tu nota, Alba. El eco del amor que no teme al silencio".

El lugar comenzó a temblar. La melodía se alzaba con fuerza, y Alba sintió cómo la luz la envolvía. El relicario estaba cerrándose, devolviéndola al mundo real.Cuando abrió los ojos, estaba de nuevo en el bosque.

El relicario flotaba frente a ella, emitiendo una música suave.Lira se acercó, con una sonrisa que mezclaba alivio y asombro.

"Lo hiciste. Has despertado la nota del origen".

"No la desperté" .

Dijo Alba, aún con la voz temblorosa.

"Solo la escuché. Y ahora sé por qué la música nos eligió".

El rey de los lobos miró el horizonte, donde la sombra había desaparecido.

"Entonces… el verdadero viaje recién empieza".

Alba asintió, sintiendo la vibración de la melodía en su pecho.Sabía que aquella música no solo le pertenecía a ella.Era el eco de su abuela, de las sirenas, de todos los que habían amado antes que ella.

El bosque entero pareció respirar junto a ellos.La noche ya no era oscura, sino viva, como si cada hoja y cada estrella hubiesen comenzado a cantar.

Y así, con el relicario brillando entre sus manos, Alba entendió que la melodía no buscaba terminar.Solo quería continuar, a través de quienes se atrevían a escucharla.




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