Purple Substance: La nación de los elefantes
Era una noche lluviosa en la zona norte del planeta Luah, y la flota armada del Emperador Yubet se encontraba lista para iniciar un ataque, su objetivo era Tho, el país conocido como la nación de los elefantes, debido a la forma física de sus habitantes, quienes habían recibido una maldición que hizo que sus cuerpos adquieran rasgos de elefantes, como: las orejas grandes; la textura y el color de la piel; la larga trompa y los ojos pequeños.
Pasaron unas horas, y la batalla dio inicio. Esta lucha entre países vecinos fue épica, y sirvió para dar inicio a la cruzada más sangrienta de todos los tiempos, donde un genocida y su ejército de robots asesinos llevaron a cabo una oleada de matanzas que inició en Luah (el planeta que ambos bandos habitaban), frente a la tensión que había entre su nación y la ya mencionada nación de los elefantes (quienes desde siempre habían sido sus rivales), generada por los grandes avances en ciencia e ingeniería que habían logrado las máquinas que trabajaban para el Emperador Yubet.
Dicho encuentro se dio; la nación de Yubet y la de los elefantes se vieron las caras en el campo de batalla; todo estaba listo y sin perder un solo segundo ambos bandos dieron inicio a la gran guerra. En la arena los robots del Emperador chocaron contra los elefantoides de Tho, quienes fácilmente superaron a los robots, ya que sus cuerpos eran mucho más grandes y fuertes, siendo sencillo para ellos aplastar a las pequeñas máquinas de metro y medio de altura a las que se enfrentaban.
Al ver la golpiza que estaban recibiendo sus robots, el Emperador Yubet decidió lanzar sus misiles, los cuales rápidamente atravesaron el campo de batalla detonando en las trincheras del bando enemigo, donde acabaron con la vida de una gran cantidad de elefantoides, igualando así la balanza; mientras que en el templo más grande de Tho se encontraban los 7 reyes de la nación de los elefantes, guiando a la distancia a todas sus tropas, y ellos al ver la masacre generada por los primeros misiles decidieron ingresar al campo de batalla, donde usaron parte de su energía para desviar los proyectiles y así acabar con buena parte de los robots del Emperador, quien al presenciar la muerte de sus soldados, quienes caían como moscas ante los rayos de los 7 reyes, decidió lanzarse al combate, pero no sin antes protegerse con su nuevo traje de guerra, el cual tenía preparado en caso tenga que enfrentarse en una batalla cuerpo a cuerpo contra uno o más seres superiores a él.
Al caer a la arena de batalla, el Emperador golpeó fuertemente el suelo, y la onda expansiva que generó lanzó por los aires a sus enemigos, y atrajo la atención de los 7 reyes, quienes rápidamente corrieron hacía él. El primer rey que llegó fue recibido con un fuerte golpe en el rostro; el segundo recibió un puñetazo en la barriga; el tercero un cabezazo y los siguientes lo atacaron en grupo; los otros 4 reyes restantes lo rodearon y empezaron a golpearlo; el Emperador estaba recibiendo patadas, puñetes y rodillazos, hasta que llegó un momento en el que los elefantes emplearon sus rayos y le enviaron fuertes descargas que su traje empezó a absorber para recargarse. Cuando la carga del traje del Emperador se llenó, éste descargó gran parte de la energía absorbida y botó a los reyes que lo estaban masacrando. Inmediatamente, uno de los reyes materializó un lazo con sus rayos y tomó por el cuello al Emperador, que con todas sus fuerzas jaló el lazo y lo hizo suyo, y con éste azotó a los 4 reyes en un solo giro; pero antes de que el Emperador vuelva a retomar su guardia los 3 reyes a los que inicialmente había reducido se acercaron a toda velocidad y lo embistieron, dejándolo de rodillas en la arena, pero aun así, él no dejó de luchar y desde ahí se impulsó con todas sus fuerzas, atravesó el pecho de dos de sus adversarios usando sólo sus manos, las cuales llegaron hasta sus corazones y los arrancaron de un solo tirón; después de haberlos matado, el Emperador aplastó con ambas manos el cráneo del tercer rey, comprimiendo así su cerebro, hasta que éste dejó de funcionar.
El Emperador, quien acababa de matar a 3 de los 7 reyes de Tho, se disponía a ir por los otros 4 reyes, pero uno de ellos apareció y lo golpeó en el rostro; luego vino otro por detrás y lo pateó en la espalda; los otros dos que faltaban llegaron con una piedra gigante cada uno y con éstas empezaron a golpearlo fuertemente. El Emperador pensaba que ese era su fin, ya que su armadura estaba a punto romperse y su cuerpo ya había recibido muchos golpes; pero él nunca contó con que uno de sus robots había sobrevivido y aparecería para ayudarlo, lamentablemente cuando éste intentó hacerlo fue tomado de la pierna por uno de los reyes, cosa que hizo enojar en demasía al Emperador, que se puso de pie y golpeó fuertemente el pecho del elefante que tenía tomado del pie a su robot, acabando con su vida en el acto; para luego reventar con ambas manos el pecho del otro rey que tenía al lado y romperle la columna vertebral junto con todas las costillas, a excepción de dos que usó como puñales para enfrentarse a los dos últimos reyes que quedaban en pie.
Finalmente, el Emperador Yubet mató a los 7 reyes de Tho, y el robot que lo había ayudado fue el único robot de su flota que sobrevivió, así que viéndolo a la cara lo felicitó y lo llamó Solono, el valiente.