En el inicio de los tiempos, era el sexto día cuando Dios creó al hombre. Al terminar dicho día se admiró de su creación y tuvo a bien descansar. Al empezar el día séptimo Dios bendijo dicho día y lo apartó para que todos lo adoraran.
A veces no reparamos en los detalles de cómo es que Dios creó al hombre es por eso que queremos dar a conocer detalles que pudimos dejar pasar por tener nuestra atención en conocimientos humanos que nos distraen en no reparar en los motivos que puso Dios al hombre para que tengan una vida de plenitud.
Aunque pareciese ser una realidad no acorde a nuestros tiempos pues muchas cosas se han probado científicamente y pensamos que esos conocimientos nos alejan de Dios cuando por mucho que cueste creerlo muchos de esos conocimientos no hacen más que comprobar nuestra fe en Dios.
La fe no se contrapone con los avances científicos de nuestros tiempos y son a bien estos adelantos los que nos reafirmará en nuestra convicción de estar conducirnos en el camino que nos ha trazado Jesús.
Entonces veamos las santas escrituras que nos revelan el propósito original de Dios para nosotros los hombres.
Génesis 2, 7
Entonces Dios tomó un poco de polvo, y con ese polvo formó al hombre. Luego sopló en su nariz, y con su propio aliento le dio vida. Así fue como el hombre comenzó a vivir.
Dios tomó un poco de polvo para crear al hombre, es la forma en que Dios dispuso de materia para formar al hombre, sin embargo, la materia no le daba la vida sino el soplo en su nariz con su propio aliento que es el espíritu similar al de Él el que realmente lo hizo vivir.
Y la bendición del hombre a manera de propósito fue.
Génesis 1, 27 – 28
Fue así como Dios creó
al ser humano
tal y como es Dios.
Lo creó a su semejanza.
Creó al hombre y a la mujer,
y les dio esta bendición:
«Quiero que se reproduzcan,
quiero que se multipliquen,
quiero que llenen la tierra
y la pongan bajo su dominio.
Que dominen a los peces del mar
y a las aves del cielo,
y a todos los seres vivos
que se arrastran por el suelo».
Dios nombra a los peces, a las aves y a los animales que se arrastran y bien sabemos que la serpiente que tentó a Eva se arrastra por el suelo.
Posteriormente explicará que, de una de las costillas del primer hombre, crea a la mujer; cuando ellos habían sido creados la sagrada escritura explica lo siguiente.
Génesis 2, 4 – 6
Ésta es la historia de cuando Dios creó el cielo y la tierra. En ese tiempo aún no había árboles ni plantas en el campo, porque Dios todavía no había hecho que lloviera, ni había nadie que cultivara la tierra. Del suelo salía una especie de vapor, y eso era lo que mantenía húmeda la tierra.
Para Dios era necesario poner al hombre cultivar la tierra, también dispuso a la mujer para que el hombre no esté solo y para que fuera su ayuda.
No obstante, más adelante el hombre y la mujer fueron echados del paraíso tras pecar, tentada la mujer por la serpiente y el hombre pecar al hacer caso a su esposa. Dios los sacó del paraíso para llevarlos ponerlos en tierras fuera de allí.
Sin embargo, Dios nunca se nos fue de nuestra presencia, su gracia siempre se fue manifestando a los hombres pese a tener la condición de pecado. Sus designios se preservarían en ellos y en la descendencia de los hombres.
Adán y Eva tuvieron hijos y la tierra empezó a poblarse con la descendencia del hombre y de la mujer.
Con la presencia del pecado siguieron viéndose situaciones donde el hombre se aparta de Dios, seguimos apartándonos de sus caminos.
En el huerto del edén existía también el árbol de la vida, se indica el árbol de la vida y no el árbol de la vida eterna porque no estaba en los designios de Dios la muerte y la muerte nos llegó tras comer, nuestros primeros padres, del árbol de la ciencia del bien y del mal, este hecho fue por la intervención del diablo enmarcada en la serpiente.
Recordemos cómo es que la serpiente homicida desde el principio tentó a Eva.
Génesis 3, 2 – 5
La mujer le contestó:
—¡Sí podemos comer de cualquier árbol del jardín! Lo que Dios nos dijo fue: “En medio del jardín hay un árbol, que no deben ni tocarlo. Tampoco vayan a comer de su fruto, pues si lo hacen morirán”.
Pero la serpiente insistió:
—Eso es mentira. No morirán. Dios bien sabe que, cuando ustedes coman del fruto de ese árbol, serán iguales a Dios y podrán conocer el bien y el mal.
La serpiente contradijo a Dios al mencionar “No morirán” la serpiente mintió al decir que no morirían, pues desde aquel momento fue como Dios lo había mencionado, llegó la muerte a los hombres.
Hoy la muerte ha creado terror y caos, ha hecho presa de los seres humanos.
Es por eso que Dios se refiere a la serpiente como “homicida desde el principio y padre de la mentira”.
Sin embargo, notemos que la astuta serpiente mencionó “cuando ustedes coman del fruto… serán iguales a Dios…” era muy astuta la más astuta de los animales del campo y como Dios mencionó, creó al hombre para dominar a todos los animales, aves, mamíferos y bestias y también a los animales que se arrastran. La mujer y el hombre no pudieron dominar a este animal que se arrastra, la serpiente.
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Editado: 04.07.2023