La navidad y sus milagros

Capítulo 1

Que las campanas suenen y alegren

los corazones de todo el mundo.

La navidad para mí es una de las épocas más especiales del año aunque debo admitir que  no siempre fue así. El regocijo, la alegría, solidaridad y esperanza son los valores que más se sienten en este tiempo. Por eso me hace muy feliz trabajar en distintas fundaciones que ayudan a las personas más necesitadas, especialmente a los niños.

_ Buenas noches

_Mamiiii_ gritan mis bebés desde la sala para posteriormente lanzarse a mis brazos.

_¿Cómo están los bebés de mamá?

_ Mami, ya somos niños glandes_me dice Noa, el más pequeño

_Si pero siempre serán mis bebitos_ les digo mientras les doy un beso a cada uno.

_ Y para mí no hay beso _ dice mi esposo llegando hasta nosotros, por lo que le doy un beso en la mejilla haciéndole fruncir el ceño y a mi sonreir.

_Y que hacían.

_ Estábamos jugando un juego, ¿quieres jugar? _ respondió Sofia la más grande 

Una vez que dejó las cosas que cargaba, mis hijos me arrastran hasta una manta frente a la chimenea y me explican en qué consiste el juego, el cual no era más que la bola caliente y el perdedor debía de contar una historia de navidad, mientras que el resto se pasaba comida entre ellos.

_Como ya todos contamos una historia ahora te toca a tí, mami.

_ Bien entonces comencemos.

_ Había una vez una niña que no le gustaba la navidad.

_ Y porque mami_me interrumpe mi princesa sorprendida.

_ Porque todas sus navidades eran muy tristes. Un día de navidad cuando tan solo era una bebé, una cigüeña la entregó a una mujer muy mala que nunca la quiso ni la cuido, por eso cuando la niña cumplió 7 años su mamá la dejó con el grinch el cual según lo que le había dicho era su papá…

 

Pasado

_ Mami por favor no me dejes aquí, te prometo que me portaré bien, trabajaré más duro y no volveré a insistir en ir a la escuela_ le dice la pequeña Selena con una mirada de súplica y lágrimas en los ojos. 

_ Niña ya cierra la boca y suéltame _ le dice la mujer empujándola _Es que no lo entiendes me estorbas, ya los hombres no pagan como antes por tu estúpida presencia_ le respondió para acto seguido dedicarle una mirada fría y seguir su camino abandonando a su pequeña hija con un completo extraño.

A la poca edad de 7 años Selena tuvo que madurar y luchar por sobrevivir en un mundo lleno de maldad que lo único que hacía era derribar su espíritu y su voluntad. Desde ese día algo en ella se apagó, perdió el interés en vivir, sonreír y disfrutar de la vida. Era como muchos lo llaman una muerta en vida, en ese momento tan difícil de su vida comenzó a  odiar con fuerzas su cumpleaños pero sobre todo la navidad ya que representaba el inicio de sus desgracias. 

_ Si ya terminaste con tu show entra rápido y prepárame algo de comer _ le dijo su padre de mal humor dejándola tirada en el frío pavimento de la calle.

La vida con su “padre” era aún peor que la que llevaba con su madre, ya que esta la ignoraba todo el tiempo, la obligaba a hacer los quehaceres del hogar y a esconderse cuando llegaban sus “amigos” los cuales más de una vez intentaron aprovecharse de ella. Su padre en cambio sumado a todo esto era un borracho y delincuente analfabeta que la maltrataba físicamente y la obligaba  a trabajar en la calle sin descanso.  

_ Eso te pasa por meterte donde no te llaman _ le dijo su padre  a una malherida Selene la cual no dejaba de llorar en el piso, tras la golpiza que le había propinado _ No sé en qué estaba pensando cuando te deje quedarte en esta casa si ni siquiera eres mi hija.

Tras decir esto el hombre se fue de la casa sin ningún remordimiento dejando a su hija malherida y encerrada. Por su parte Selene no comprendía que había hecho para merecer tanto, siempre lo obedecía en todo y procuraba hacer un buen trabajo pero eso nunca era suficiente, con las pocas fuerzas que le quedaban se arrastró hasta el pequeño sillón que le hacía de cama y trato de descansar un poco ignorando el fuerte dolor que sentía.

A la mañana siguiente su padre no se apareció por la casa por lo que temiendo lo peor se levantó, aseo y curó sus heridas, al intentar salir se percató de que la puerta estaba cerrada por lo que solo suspiro y se sentó a meditar todo lo que había pasado los últimos días.

 Al ser época decembrina su padre la forzaba mucho más a trabajar vendiendo cosas en la calle, cosas que no sabía de donde salían hasta hace unos días  donde descubrió a su padre robando a una pobre señora indefensa, al ver eso no pudo quedarse de brazos cruzados e impidió el robo despertando así la ira de su padre.

Al atardecer, su padre regresó tambaleándose después de haberse bebido todo el dinero que ella había conseguido con mucho esfuerzo, el hombre sin dirigirle la mirada la mandó a trabajar importandole muy poco su estado, Selena por su parte rápidamente obedeció sin contradecirlo temiendo que la volviera a golpear. Luego de recoger las cosas que vendería comenzó a caminar por las frías y solitarias calles buscando qué comer ya que si tomaba 1 solo centavo de lo vendido su padre se daría cuenta.




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