Navidad:
Tiempo de darnos un tiempo
para compartir y amar.
Mientras seguía perdida en sus pensamiento noto a lo lejos una familia que salía de un restaurante, los niños iban muy felices saltando y cantando villancicos navideños mientras sus padres los miraban con una sonrisa, al ver esto se instaló en ella un sentimiento de añoranza al saber que nunca podra tener algo así, resignada a una vida infeliz decidió ver si podría conseguir algo de comer.
Al entrar al restaurante las personas se le quedaron viendo, en sus rostros pudo observar lástima, pena e incluso desagrado, al ver esto se tragó su orgullo y término de ingresar en el espacio, mientras se dirigía a la barra sintió como era tomada por el brazo y sacada de allí a la fuerza.
_ Qué es lo quieres niña, no puedes estar aquí_ le dice un hombre con vestimenta de camarero.
_ Solo quiero un poco de comida.
_ Pues ve a buscarla a otro lado, aquí no damos caridad.
_Pero…
_ Nada, vete de aquí o llamo a la policía_ dijo el hombre con una mirada severa.
Sin más, Selena se marchó de allí con más hambre de la que tenía al haber olido y visto tanta comida junta. Mientras se alejaba del restaurante recordó que la mayoría de restaurantes de la zona desperdiciaba mucha comida especialmente en esa época por lo que con un atisbo de esperanza se dirigió hasta el basurero más cercano, al observarlo se reforzó más su odio por la navidad al ser el mes en que más se desperdicia comida y nadie se detenía a pensar en los más necesitados, especialmente los niños.
Una vez saciada su hambre se dispuso a vender la mercancía de ese día que no era más que decoraciones de navidad y cosas relacionadas a eso. Al caer la noche aún le faltaba algunas cosas por vender por lo que hasta que no acabara de todo no podría regresar a casa, titiritando de frío se acercó a una camioneta que estaba estacionada a la orilla de la calle, al tocar una ventanilla esta se bajó dejando ver a una mujer de aspecto mayor, está al verla se bajó de inmediato sorprendiendo a la niña.
_Niña qué haces sola a estas horas de la noche, ¿dónde están tus padres?_ le preguntó la mujer al ver a la pequeña niña.
_ Iba de camino a casa, disculpe las molestias _ expuso la niña una de las tantas mentiras que acostumbraba a decir al notar una posible amenaza.
La mujer no creyó ni una de sus palabras por lo que al acercarse más a ella, noto su ropa desgastada, su delgadez extrema y algunos golpes que sobresalían por su ropa.
_ Ven conmigo te llevaré a casa, ¿sabes tu dirección?_ preguntó la mujer por lo que la niña negó con la cabeza y se preparó para correr.
La mujer al ver esto y el miedo que mostraban sus ojos, la sujeto de un brazo para evitar que escapara pero no contó con que la pequeña comenzaría a golpearla y a forcejear, al ver que no llegarian a nada la soltó, ante este gesto tan repentino la niña perdió el equilibrio y cayó en el pavimento golpeándose la cabeza.
Al abrir los ojos se dio cuenta que estaba en un hospital y tenía una venda en la cabeza, asustada trató de huir más su acto se vio interrumpido por un médico que entró de improviso.
_ Buenos tardes señorita, ¿cómo se encuentra?_ la niña ante tal pregunta se quedó en silencio.
El hombre al comprender su silencio continuó hablándole y le explicó lo que había pasado la noche anterior, al parecer la mujer que había visto era una trabajadora social del "Servicio Social de Protección Infantil" que al ver su estado dedujo lo que pasaba. En la mañana lograron encontrar su casa pero en esta no había nadie por lo que sospechaban que su padre había escapado al enterarse de lo que pasó.