Alicia tiene un nuevo amor.
Ahora de verdad se siente enamorada, lo recuerda a cada momento, escribe su nombre en el aire con sus dedos, habla sola imaginándose que están juntos y ríe.
Realmente no es ella.
El enamoramiento está en su máximo esplendor.
Hoy no se puede concentrar, al cerrar los ojos ve su sonrisa y quiere poseerlo, está pensando en el momento que se va a encontrar con él.
¿Qué va a pasar? ¿Cómo lo va a saludar? ¿Qué va a hacer él? ¿Cómo la va a mirar? ¿Qué gesto va hacer? ¿qué va a decir? ¿Si va a estar sentado? ¿La va a abrazar? o ¿le tomará la mano? ¿Qué le va a decir?
Tantas preguntas que ya no la dejan pensar en otra cosa.
Va donde su amiga y vecina, a pedirle un consejo. Baja la escalera al segundo piso y golpea su puerta, al no abrir, toca su timbre desesperada.
Cuando abre, Alicia entra empujando la puerta y sin saber si está acompañada le grita.
- ¿Myriam dime qué hago?
Le contó que lo desea completamente y que está sin saber qué hacer para controlar ese amor loco.
Myriam que la conoce y sabe que cambia de opinión después de dos semanas, entiende que ahora, no será diferente, con cariño se enfrenta.
- Querida Alicia por favor deja de sufrir antes de tiempo. Piensa en todas las veces que no te resultó, ¿por qué ahora sería el correcto?
Alicia le contesta tratando de convencerla y con desesperación.
- Porque es diferente, porque él es diferente, porque todo es diferente, porque me siento diferente.
- Alicia, me dijiste lo mismo con Juan. Le dice Myriam, con tono sarcástico.
- Es que ahora es diferente, me siento más libre no me presiona y le gusta como soy. Expresa Alicia danzando por la habitación.
- ¡Aliciaaaaa..!
Dijo Myriam, mirando la hora muy enojada y apurada, siguió retando a Alicia y cambió su tono de voz.
- No puedo verte sufrir cada vez que conoces a alguien y te sientes enamorada, tú sabes que eres obsesiva cuando conoces a alguien, siempre dices que es diferente y luego terminas decepcionándote y te das cuenta que te aburre, que te cansa, porque no es lo que tú quieres o él termina contigo y tú no soportas la situación y despechada tratas e insistes en volver hasta que te cansas de nuevo.
Creo que es una competencia contigo misma.
El orgullo, tu ego y tu obsesión.
Termina diciendo Myriam ya cansada de la actitud de Alicia.
Pero Alicia no se cansa y vuelve a insistir, sin fijarse que Myrian está cansada, que algo le pasa y con tono de suplica le responde.
- De verdad que ahora sí. Estoy enamorada, muy enamorada. Lo siento de verdad no dejo de pensar en él.
- ¡Para Alicia! Por favor.
¿No te das cuenta que patética te ves? Myriam ya descontrolada.
Alicia muy seria, le responde.
- Te demostraré que es el correcto.
Cerrando la puerta. Alicia se va, toda ilusionada y sin rencor con su amiga. Siempre tiene una facilidad de hacerla enojar cuando quiere algo.
Myriam se toma su cabeza y peina su pelo en una cola, como preparándose para una guerra.
Alicia no le preguntó nada, ni siquiera de su madre enferma y de su trabajo nuevo.