La Necesidad del Amor

CAPITULO 3

Alicia tomó su auto y se fue.

En sus pensamientos habia confusión, desánimo y tristeza. Nada tenia sentido, sentia culpa y rabia.

Todo lo que Myriam le había dicho se repetia. Su falta de madurez en sus relaciones, el idealizar a los hombres y elegir siempre al incorrecto.

No sabía lo que quería. Los otros veían su inseguridad y fácil entrega. Mientras ella necesitaba el amor, sin saber lo que significaba. Ese sentimiento que ella confundia buscando placer.

Antes, se sentía feliz buscando el momento, una cita, un encuentro furtivo o un beso ocasional, que nunca perduró. Sólo ilusión. Nunca encontró el amor. El verdadero Amor.

Myriam siempre le hablaba de la necesidad del amor, de querer sentirse amada, es una sensación que no se encuentra en un día, si no varios días. Es un compromiso de dos personas y se da con el tiempo de conocerse. Eso es el apego, el sentir que el otro es parte de tu día a día.

Se sintió vacía, entendió los consejos de Myriam. Por eso renunciaba a seguir con esa cita horrible, incómoda. Se sintió liberada al irse. No se soportaba y debía cambiar. Debía empoderarse y renunciar a su antigua forma de ser y grito.

- ¡Eso quiero ahora! ¡Eso quiero con Alejandro! No quiero que me vea como una tonta o una fácil y también yo no quiero sentirme así. “Desechable”

Hablo en voz alta, como si se reafirmara la decisión que tomó. Con fuerzas y determinación.

Alicia llora en su estacionamiento. Liberando esa tristeza que acumulo por años. Cuando ya se sintió más fuerte se miró al espejo y limpio sus ojos con toallitas desechables y deseando con ese Paño húmedo en su cara. Luego, seco su cara y subió a su departamento.

Al pasar por donde vive su amiga, pensó en conversar, llorar un rato y disculparse. Pero siguió subiendo la escalera. Se dio cuenta que Myriam era quien la contenía y que estaba cuando la necesitaba. Quería agradecerle por su amistad, pero le dio gracias a Dios por tenerla y no quiso molestarla. Estaba cansada y siguió subiendo la escalera.

Busco las llaves en su bolsillo y subiendo unos escalones más, se dio cuenta que en la puerta de su departamento estaba Alejandro con flores.

Alicia al verlo sintió muchas cosas, felicidad, tranquilidad, vergüenza y su viejo deseo de volcar toda su pasión, pero tardó unos segundos para calmar esos deseos y respiró hondo.

Alicia se acercó hacia él, mostrando una sonrisa le preguntó.

-¿Qué estás haciendo acá? ¿Cómo sabes donde vivo?

Alejandro le entrega las flores y le contesta.

-Son para ti. Disculpame.

Alicia las recibió las muy agradecida y lo abrazó.

Alejandro comprendió que Alicia era una mujer especial para él, por lo tanto, no quería ofenderla y que ella se alejara. Quería conocerla.

Él tomo su abrazo como una reconciliación y besando su pelo, empezó a bajar a su cara, mejillas y encontró sus labios.

Dulcemente la besó. Su primer beso.

Alicia al abrazarlo, respiraba su perfume y sentía que él besaba su pelo. Luego ella subió su cara, hasta encontrarse con los labios de Alejandro y lo besó.




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