La Necesidad del Amor

CAPITULO 13

Alicia fue el trabajo con ganas de llamar a Alejandro, pero no sabía cómo explicarle todo lo que ella sentía.

A lo mejor tenia miedo que él no la entendiera. En su cabeza pasaban muchos pensamientos negativos que provocaban inseguridad.

Cuando la mañana estaba terminando, ella escuchaba música romántica y apareció Alejandro, tomó su silla y la giró firmemente sobre él, se agachó y quedó frente a ella. Le dijo.

- ¿Podemos hablar?

Alicia sin saber qué responder, asintió con la cabeza.

Alejandro tomó su mano y la llevó a la sala de reuniones. Cuando estaban solos, la tomo de ambos brazos y empezó a decir.

- Alicia tú me gustas mucho y quiero que seamos algo más que amigos.

Ella iba a hablar y él tapó su boca con su mano suavemente.

- ¡Alicia escúchame! Quiero conocerte mejor y que salgamos, no sé por qué me siento así, solo sé que quiero estar contigo y te necesito. No entiendo porque me evades, ¿hice algo mal?

Acariciando su boca, la miraba como queriéndola besar y la liberó de hablar.

Alicia estaba muy nerviosa, no estaba cómoda, comprendía la actitud de Alejandro, pero en el trabajo la incomodaba. Para calmarlo y terminar con situación, le dijo.

- Alejandro tú también me gustas, quiero conocerte, estar contigo, no hiciste nada malo, pero no puedo conversar ahora, ¿puedes esperar? ¿Podemos hablar a la salida del trabajo?

Él sentía que Alicia estaba avergonzada y también el sentía vergüenza de haber actuado tan precipitado asi que respondió.

- Sí, claro.

Entendiendo que no era el momento y el lugar. Aunque quedo tranquilo con la declaración de ella.

Alicia lo abrazo y luego lo aparto. Salió de la sala de reuniones muy apresurada. Ella estaba molesta, comprendía la desesperación Alejandro y sabía que se gustaban, pero en el trabajo no era propio.

Ella nunca mezclaba los placeres en el trabajo. Esto estaba fuera de lugar y tenía miedo que los demás se enterarán de su relación.

Estaba confundida y no podía encontrar paz, siempre su vida era complicada, debía parar.

Pronto cumpliría 30 años y sentía que no debía comportarse tan a la ligera y ahora en el trabajo todo era un caos. Necesitaba un orden, tomar las riendas de su vida y no quería seguir de esa misma forma.




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