Cuando llegaron a la camioneta, Pablo pensó en sentarse con Alicia en la parte de atrás. Ella suponía que él iría de copiloto. Así que sería solitario su camino, no como ayer, Alejandro se fue acompañándola todo el camino. En ningún caso se imaginó a Pablo al lado de ella.
Alicia iba a abrir la puerta para sentarse y Pablo se adelanto, como un caballero se acercó tomando la manilla y sus manos se rosaron. Ella le agradecio con una sonrisa. Él cerró la puerta y abrió la puerta de adelante y dejo todos los documentos y planos en el asiento del copiloto. Luego dio la vuelta y abrió la puerta de atrás. Para sentarse con Alicia. Era una oportunidad que no iba a desaprovechar.
Era el momento para conversar con ella, de cosas que no hablaba en la oficina. Alicia tenía una conexión especial con él, siempre que hablaban o se bromeaban, sentía que cada oración, el otro la podia terminar. Sus miradas ocultaban un algo. Un acuerdo de complicidad. Pero en ese momento ella estaba incómoda. Tenía claro que Pablo era un mujeriego y además su jefe. Eso era sinónimo de “hombre problemas”.
En el viaje conversaban con el chofer, que no era el mismo chofer que había estado con Alejandro y Alicia. Era el chofer personal de Pablo.
Ella encontraba que todo lo que rodeaba Pablo era atractivo. Que no había mujer que se resistiera a sus encantos. Era agradable su voz, tenía una risa varonil y se marcaban margaritas en sus mejillas. Su perfume era delicioso. Realmente era irresistible. Pero Alejandro tenía esa risa espontanea que le fascinaba. Sus hombros anchos, era alto y su piel era morena, perfecto para ella. A parte que era atento y amable.
Pablo le preguntó a Alicia nuevamente si había tomado desayuno. Quería estar con ella a solas. Esperaba atenderla. Su obsesión aumentaba con el tiempo que estaba cerca de ella. Trataba de no sentir ese deseo y sabía que cometía un error, seria irreversible.
Alicia no había alcanzado a desayunar, ya que suele hacerlo en la oficina cuando está trabajando. Pero le dijo que si, para que no insistiera.
En un momento Pablo le toma la mano, ella la retira rápidamente, indignada le dice.
- ¿Que paso? En silencio modulando, para que no escuchara el chofer.
Él le responde muy tranquilo a su oído.
- Porque sentí que tu mano estaba helada y la toque para ver si era así.
Ella torció su cuello, mirándolo y con cara de dudas. Le hablo al oído.
- ¿Qué prentendes?
Al escuchar esto Pablo cerró los ojos y rio, ese susurro encendió más sus ganas de tenerla. Se fue en silencio un rato y decidió parar en una cafetería y le pregunta a Alicia.
- ¿Quieres algo?
- Si. Respondió ella.
Se bajan juntos y Alicia aprovechó ese momento que iban caminando, para retar a Pablo por su comportamiento. Él se ríe por el enojo de ella. Caminando hacia el local, se dieron cuenta que el local se llamaba “Pastelería Alicia” ella sonríe y él la mira también sonriendo. Entran al local y suena una campanilla.
En el en el viaje Pablo sintió los ruidos del estómago de Alicia y se dio cuenta que ella le había mentido. Sintió ternura por ella. Decidió aprovechar de regalonearla.
Entraron y se sentaron en una mesa metálica blanca, con sillas blancas, con almohadones tejidos a crochet. Alicia quedo encantada con el local. Pablo la miraba mientras ella estaba feliz mirando todo a su alrededor, notaba como se iluminaba su rostro. Aun así. Ella al sentarse, lo reprendió.
- Pablo, me molesta que te comportes asi. Que seas tan amable, delante del chofer me siento incómoda.
- Alicia ¿te molesta que te demuestre algo delante del chofer? ¿si quieres te demuestro mi afecto ahora?
Pablo cambio la silla al lado de ella y le puso el brazo por encima de su hombro. Ella lo empujo y trato de pararse. Él también se paró frente a ella, la arrinconó y acerco su cara. Estuvieron así por un minuto.
Alicia es una mujer de altura media y Pablo es un hombre alto y maceteado. Su fuerza era mayor y ella no lucharía, estando arrinconada. Pero trato de no colocarse nerviosa y controlar la situación.
- Pablo ¿Me vas a besar?
Ella, al decir esto, rió y quedo mirándolo. Como para ver que hacía. En ese momento hubo un silencio. Que interrumpe Pablo cuando le dice:
- Aclaremos algo tú me gustas. Si tú quisieras algo conmigo, yo estaría dispuesto a estar contigo. Si, quiero besarte, pero no quiero que sea a la fuerza ¿Me lo permites?
Alicia molesta, pero tranquila, le suelta el brazo y siguiendo el juego, le dice.
- Eres muy osado Pablo. Me dices eso ahora, porque estoy con Alejandro.
Pablo responde inmediatamente.
- Si antes no te propuse algo, es porque no sentía lo que siento ahora. Disculpa si soy directo contigo y entiendo que estás con Alejandro. No te pido nada que no podamos hacer, sin que tú no quieras.
Era cierto. Pablo no le ofrecía nada, estaba probando a Alicia.