En la mañana Alicia fue a nadar y se quedó un rato más, ya que andaba en auto. Se imaginaba muchas cosas, mientras veía el techo de vidrio.
El nado de espaldas le provocaba tanta paz. No habia como igualar esa sensación de estar flotando en el agua y que el vaivén te relaje. Aguantar la respiración y que te eleve el cuerpo. Flotar, con el ritmo del movimiento del agua y del cuerpo. Es un baile con el cuidado de que no entre el agua por la nariz ni en la boca.
Produce una armoniosa serenidad. Una paz impagable. Nada duele en el agua, se siente una limpieza refrescante, una libertad de las fuerzas de gravedad. Nada te hunde, si manejas el nado, como un vuelo. No quería salir del agua. Se demoró. Sentia que se merecía ese momento.
Ese día tenia que estar con Pablo y estaría expuesta de nuevo a los coqueteos e insistencia de él. Pero ya estaba más tranquila, tenia claro sus sentimientos.
Recordar que estaría con Alejandro en la tarde la ponía de buen humor. Ella tenía claridad que lo amaba.
Soñaba estar a solas con él. Lo deseaba. Había soportado mucho por mantener distancia y superar la tentación, se sentía poderosa. Podía vencer sus deseos, hacerlos esperar y controlar sus ansias.
No era por simple capricho. El sexo es algo tan íntimo y antes se entregaba como un deporte. Todo eso le había traído más ansiedad y tristeza. Luego de estar con alguien que no conocía y solo por placer. Queda un vacío. Comprendía que era usada por ella misma. No valoraraba su cuerpo y espíritu. Quiso hacer un cambio y tomar el control. Sentía que era la mejor decisión que había tomado.
Ese día estaba contenta y en paz.
Llegando a la oficina se encuentra con Pablo en el estacionamiento. Él la estaba esperando. Cuando baja del auto Alicia, él se acerca. Ella abre el maletero y Pablo se da cuenta que se ira de viaje y le pregunta.
-¿Viajas? Que entrete y ¿donde?
-Nos vamos de viaje con Alejandro, a descansar.
Dice Alicia con mucha felicidad en su cara y él se da cuenta y la mira con deseo.-Ese debería ser yo. Dice Pablo riendo.
-En otra vida. Le contesta Alicia, también con una sonrisa.
-Porque no, ahora. Podría hacerte feliz. Responde Pablo con.mucha seguridad.
-No podrías conmigo. Tu no tienes lo que Alejandro me ofrece. Yo tampoco podría contigo, sé que tienes una familia que jamás me aceptaría. Por lo tanto, pongamos distancia ahora y deja de ofrecer algo que no puedes dar.
Dijo Alicia y caminó a la oficina. Ese día brillaba. Tenía la convicción de que sabía perfectamente lo que quería y no era Pablo.
Él quedó parado mirándola, de lejos. Tenía la razón Alicia. Lo peor es que fue un cobarde y ella se lo restrego en su cara.
Cuando Alicia llegó a la oficina bajo con su ropa de terreno al primer piso. Fue directo a la oficia de Pablo y cuando entró él estaba piniendose su chaqueta, la estaba esperando.
-Alicia, si querías rechazarme y hacerme sentir mal, ya lo haz hecho. Me queda clara tu respuesta y no te molestes en repetirlo.
Respondió Pablo serio y un poco molesto.
-No quise ofender. Pero somos adultos y no soy una niña que puedes molestar, sin que me defienda. Para que te quedes tranquilo, si me hubieras conquistado antes, hubiera aceptado. Pero también me habría arrepentido. Porque ahora no busco aventuras y me siento feliz con Alejandro.
Dijo Alicia, con sus ojos brillantes y su cara con una paz y tranquilidad, que sólo el amor verdadero produce.
-¿Nos vamos? Dijo Pablo.
Ella acepto con un movimiento en su cara. Tomó sus cosas y salieron a la camioneta.
La mañana fue buena. Un día tranquilo y sin contratiempo. Sólo un momento fue intenso. Cuando ya terminaron de trabajar fueron a almorzar a la playa de Viña, en el balcón mientras esperaban solos. Tomando la brisa de la playa. Pablo le confeso.
-Eres muy especial Alicia. Una pena darme cuenta tarde. Hubiéramos sido felices juntos. No soy tan complejo, pero si tienes razón en algo. Mi familia es complicada y no es fácil tener una buena convivencia con ellos.
Alicia acercándose a Pablo y abrazando su brazo. Para consolarlo le dijo.
-Pablo, gracias. Me hace sentir que tenemos algo bueno, aunque no seamos pareja. Deseo que tengas el amor que mereces y construyas una familia hermosa.
Al terminar de almorzar llegaron temprano a la oficina y Alejandro los esperaba, para viajar con Alicia.