La Necesidad Del EngaÑo

XXVIII

James dormía profundamente, parecía que decir por fin la verdad lo había liberado de un gran peso. Sin embargo, esa misma verdad era la que no me permitía a mí contraer el sueño. Iba estructurando en mi mente la información de la que disponía y seguía teniendo demasiadas lagunas que esperaba James me fuera respondiendo. Los ronquidos dejaron de escucharse y yo me volví hacia mi esposo, el cual abrió los ojos en ese preciso instante.

-¿No puedes dormir? -Preguntó soñoliento.

-No…

-Son mis ronquidos. -Aquello me hizo reír. - ¿Dónde está la gracia?

-¿Crees que después de todo lo que he descubierto hoy tus ronquidos son los culpables de mi insomnio? -No pude evitar sonreírle de nuevo.

-Hasta el día de hoy siempre te has quejado de ellos…

-Bueno, es que son muy fuertes y casi imposibles de acallar.

-¿Qué de todo te roba el sueño? -Preguntó incorporándose en la cama.

-Todo… Me pregunto dónde y cómo estarán las pobres chicas con las que trafican, quién podría ser la próxima víctima del asesino, cuándo volverá a matar…. ¿Quién puede estar tan podrido por dentro? …. Sabía que ocurrían cosas malas, muchos de los pacientes a los que he atendido con víctimas de gente que no actúa bien, pero siempre pensé … no sé, que había un límite, una línea que el ser humano no cruzaría. Se que es una estupidez, pero no me cabe en la cabeza que una persona lúcida pueda cometer una atrocidad… estoy convencida de que deben ser personas trastornadas.

-Ojalá fuera eso…. Aroha, hay gente que simplemente disfruta haciendo daño.

-¿Y eso te parece normal? Esas personas no pueden estar bien de la cabeza, me niego a pensarlo.

-Hay otras personas que simplemente deciden que un mal está justificado si con él se logra algo más. Es decir, el poder, el dinero, el prestigio… hay gente que justifica sus acciones como necesarias o irremediables. También hay quien simplemente consideran las desgracias que afligen a los demás como daños colaterales o incluso disfrutan con ellas.

-Eso es horrible…- No era capaz de digerir aquello, en mi cabeza no cabía ninguna de esas posibilidades.

-Me sorprendes.- Dijo acariciando mi rostro.

-¿Y eso por qué? -No eran acaso mis interrogantes los mismo que tendría cualquiera en mi situación.

-Porque en ningún momento has dicho que te preocupe tu seguridad…

-Bueno… si lo hace, pero creo que hay gente que está en mucho más riesgo que yo.

-Aroha, creo que no has comprendido en la situación en la que estás.- Me recriminó algo ceñudo.

-Cariño, creo que sí lo he hecho. Ayer proclamé a los cuatro vientos que tenías una amante y que yo era infeliz, hecho que me sitúa en la lista del asesino. Por no mencionar que soy mujer, por lo que podrían traficar conmigo. No es que no sea consciente, es que prefiero no serlo. Si me quedo ahí parada no podré ayudar a las demás personas que se encuentran en la misma situación que yo.

-Quizás no debí decirte toda la verdad…- Pronunció tras un prolongado silencio.

-Señor Lluch, ni se le ocurra afirmar que sería mejor que yo continuara en la ignorancia. La red de engaños que envolvía nuestro matrimonio lo habría destruido al completo. – Yo trague al comprobar el peso de mis palabras. Y la mirada del señor Lluch me confirmo el valor de las mismas.

-¿De verdad cree que podemos salvarlo?- Preguntó inocentemente rascándose la cabeza. -No quiero que interpretes que yo no lo deseo. -Se apresuró a añadir. -Quizás cuando todo esto termine podamos comenzar de nuevo…

-Por supuesto que no. -Él pareció más que desilusionado por mi respuesta. – No pienso esperar a que todo esto termine para arreglar nuestro matrimonio James. -Él alzó la vista deseoso de escuchar lo que yo tenía que decir. – Creo… creo que deberíamos empezar ya. Ahora ya no hay mentiras entre nosotros… por lo que considero es un buen punto de partida. ¿No está usted de acuerdo?

-Lo estoy. -Lucía la mar de feliz. -No comprendo porque en ocasiones me tutea y en otras no señora Lluch. -Añadió convirtiendo la trascendental conversación que manteníamos en una más relajada.

-Creí que ya se lo había explicado señor Lluch… simplemente me sale así.

…………………………

Tras el último evento al que habíamos acudido, el escándalo y las mentiras sobre nuestro matrimonio se habían extendido por París. Por lo visto, ahora se murmuraba que James tenía una amante, que yo lo había permitido, que ahora yo estaba abierta a encontrar otros brazos en los que sentirme deseada… los rumores eran tantos que le pedí a James que no me los contara. Él y Daniel, el cual, había descubierto era también espía, se habían devanado los sesos pensando en la mejor estrategia para lograr convencerlos de que realmente éramos felices juntos.

-Te repito que con más engaños no lograrás convencer a nadie. Creo que lo que debemos hacer es mostrarnos tal y como somos… Bueno quizás tú un poco más cariñoso de lo que eres. -Daniel rio ante mi comentario hasta que la mirada asesina de James le hizo ponerse serio de nuevo. – Lo que yo decía.

-Aroha, no va a ser tan sencillo. - James era un hombre que no podía dejar nada al azar, y mucho menos ahora que mi vida podía estar en juego.



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En el texto hay: juvenil, romance, epocavictoriana

Editado: 09.08.2021

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