El ser:
La noche extendía sus garras amenazantes, pero yo no sentía ni un ápice de temor al desafiar con mi mirada a la luna llena, me acerqué decidida, hacia el montón de escombros donde los recuerdos de Ballet embrujaban mi mente, trayendo consigo el terror de ser consumida por la misma fuerza invisible que la acechó a ella, sentí su miedo, su dolor y su pesar.
Mis ojos se dirigieron hacia la neblina misteriosa, sintiéndome extrañamente atraída, me acerqué con cautela, como si esperara que una criatura surgiera de entre la blancura, inhalé profundamente y la toqué: su frío te hacia sentir como haber palpado un cuerpo sólido y congelado, la humedad dejaba diminutas gotas de agua en mi piel, sin pensarlo, me adentré en ese espacio etéreo, experimentaba un remolino de mareos que parecía no tener fin, voces, gemidos y lamentos en una melodía de desesperanza que no cesaba, me sentía perdida, desorientada, incapaz de encontrar una salida. El aire comenzaba a escasear, asfixiándome lentamente, escuché el tintineo de la campana, pasos se acercaban sigilosamente en mi dirección, destellos dorados que aumentaban en intensidad hasta que caí desmayada.
—Los objetos o anclas emocionales pueden desencadenar recuerdos y emociones —Leía Sora en voz alta recostando su cuerpo a la mesa coja—. Cuando una persona fallece, sus objetos personales pueden conservar esa energía, ese valor emocional otorgado y simbólico para quienes quedan atrás, y retener la propia esencia o espíritu del que abandono el mundo vivo, lo que podría explicar por qué ciertos individuos sienten la presencia de sus seres queridos muertos cerca de esos objetos, el desapego... —su mirada salio del pergamino por un instante —Sea quien sea este demonio tiene mucha influencia en los planos sutiles —La voz de Sora me sacó de mi letargo, comencé a escucharla en el mismo lenguaje que las voces misteriosas de la bruma, sus labios se movían con premura mientras intentaba comunicarme algo, entonces sentí un zumbido que se intensificaba, ella seguía intentando decirme algo, creo que quería saber como me encontraba.
Presencié el regreso de mi espíritu a la morada de mi cuerpo, la lluvia fría arreciaba con fuerza, mientras el suelo fangoso se veía impregnado por la tormenta, no transcurrió demasiado tiempo antes de que me hallara una vez más postrada en el suelo del refugio iluminado por las velas, hice un último esfuerzo por entender sus palabras
—¿Estás bien? —al fin pude comprender, mis labios temblaban al intentar articular una respuesta, sintiendo el frío abrazo de la incertidumbre.
—Creo que sí —murmuré con esfuerzo levantándome del suelo colmado de hojas revueltas que se adherían a mi espectral piel.
—No podía comprender tus palabras, dije con la voz quebrada —Era como si luchara por establecer un diálogo con una presencia... —La observé con cautela antes de dejar escapar esas palabras— con un fantasma....
—Sora se alejó nuevamente de mí y sacó un pergamino, su mirada recorrió las letras.
—Chicos, salgan de aquí, necesito hablar con ella, a solas —todos asintieron y salieron sin pensarlo dos veces.
En la soledad del lugar, Sora desenfundó el Haidong Gumdo, agachándose a mi lado, cortó con precisión la palma de mi mano, su rostro se contrajo al ver la sangre, pero rápidamente se relajó al hacer lo mismo con su propia mano, la sangre no fluyó, me mostró su palma con una expresión alegre.
—¿Sora, qué haces? —le pregunté, con el dolor punzante en mi mano contrastado con la confianza que sentía por ella.
—Creo que sigues viva. Tu alma lucha por volver —respondió, alejándose un poco, pasó la espada por encima de mi cuerpo dirigiendo la energía mientras:
—El Ka, como la energía vital y la fuerza espiritual, va ser atraído de vuelta hacia su recipiente físico original, en un acto de retorno a la fuente primordial de vida y existencia, —Yo comenzaba a retorcerme del dolor a medida que ella avanzaba el conjuro—. El Ba con su capacidad de movimiento entre los mundos, actuará como el guía que facilita el regreso del Ka a su cuerpo físico, sirviendo como mensajero entre los planos terrenal y espiritual— ¡Para SORA PARA! —le rogaba, experimentando un dolor que parecía imposible, de una forma inhumana, mientras estaba atada al plano terrenal escuchando su voz en la lejanía, pero sin importar mis plegarias ella continuaba—. El Akh, el aspecto más elevado y glorificado del ser humano, va a irradiar su luz y sabiduría sobre este proceso, guiando y protegiendo al Ka en su camino de regreso al cuerpo físico —Sentí como si me estuviesen extirpando los órganos en vida mientras no podía siquiera moverme, como si la lluvia en el mundo terrenal pesara tanto como dos grandes pirámides juntas.
—¡Basta! —Escuché el grito de Kufiyyah, de manera simultanea mi espíritu volvía una vez más al refugio— Vas a matarla a este paso —dijo quitándole el Haidong Gumdo y amenazándola.
—¡Ayúdenme! —exclamé con asfixia y ambas venían a socorrerme.