La Nefilim

U N O

NUEVA YO

NUEVA YO.

Malena:

Todos recuerdan la fecha de su nacimiento como algo especial, pero cuando la eternidad esta de tu lado sólo te parece un número más. Yo nací un cuatro de abril del año cuatrocientos cuatro antes de Cristo, mi madre fue quien me crió, desconozco el paradero de mi padre y la verdad no me interesa saber nada de él, él nos abandonó, nos dejó en casa de nuestro amo y nos obligó a nosotras a pagar por su libertad.

Cuando mi libertad llegó creí que mis años de esclavitud habían terminado para siempre, pero me equivoqué. Cuando tenía veinte años apareció Ertael y me obligo a convertirme en su vínculo, ser la marioneta de ese imbécil tuvo sus ventajas, gracias a eso yo me entere de lo que mi padre era en realidad, un ángel caído. El ser hija de un caído le facilitó todo el trabajo a Ertael, estoy condenada a pasar el resto de mi vida atada a ese idiota, la verdad no soporte mucho tiempo su manipulación y terminé huyendo de mi país de origen, abandonando mi vida y a las personas que quería.

La verdad es que no puedo quejarme, gracias a eso pude conocer el mundo entero, pude presenciar guerras, epidemias, persecuciones, hogueras, cruzadas, y casi todo lo provoqué yo. Me siento muy orgullosa de todo el caos que cree, aunque eso implique que tenga que estar huyendo de ese... ángel.

Durante todos estos años no me ha interesado mantenerme en una sola clase social, he pertenecido a la pobreza, a la nobleza, a la realeza, incluso tuve una relación con un faraón. Una larga vida me ha hecho reunir bastante dinero, poseo más de lo que jamás podrán imaginar, pero el dinero perdió todo valor para mí, lo único que me importa es el poder y el caos... Es una verdadera lástima que esta era sea la más pacifica de todas las que he vivido.

—Malena...

Mis ojos se cruzan con los de mi "tía", por su postura deduzco que viene a recordarme algo o a pedirme hacer algo.

—¿Pasa algo, tía?

Termina entrando a mi habitación y golpea mi frente con un delineador de ojos, hace mucho que no me reprendía de esta manera, solía hacerlo cuando era "niña".

—Por lo visto olvidaste que hoy vendrán a cenar con nosotros

Cuánta razón tiene, lo olvidé por completo, al parecer mi "tío" organizo una cena de negocios con un inversionista, pero con nuestras respectivas familias. Este inversionista es muy importante si mi tío logra convencerlo de firmar con su empresa por fin podrá enterrar la empresa de Gustave Daniels, su más grande rival en la ciudad, como estas son las únicas guerras que existen en esta época me encargo de terminar de convencerlos, me gusta ver ganar a mi tío.

—Estaré lista a tiempo, lo prometo.

Tía me sonríe de forma dulce y alborota un poco mi cabello.

—Eres la mejor y nuestro más grande amuleto de la suerte, nuestras vidas mejoraron demasiado desde que tú llegaste a esta casa, gracias, Mal.

Por fin me deja sola, me quedo viendo la puerta, esta familia rompe con todos los estándares de perfección, me causan mucha intriga, pero sé que mientras este con ellos Ertael no va a acercarse a mí. Lo que más me extraña de estar con ellos es que no me temen, ellos... ellos me aman como si fuera su hija sanguínea, yo soy un miembro más de esta familia. Me parece increíble que teniendo más de dos siglos de vida apenas estoy encontrando a mi familia, esta es la primera vez que no deseo que nada cambie, me gusta esta tranquilidad, yo quiero... No, yo amo a mi familia, ellos son los que crearon esta nueva yo, la mejor versión de Malena.

Me salgo de la cama para irme directamente al baño, me doy una muy corta ducha, me maquillo un poco pare verme aún más bonita y me pongo el vestido color vino que mi tía eligió para mí, me gusta mucho el vestido y lo considero apropiado para la ocasión.

Bajo hacia el comedor, pero en mi camino me cruzo con mi tío, lo detesto un poco porque parece un Ken viviente, lo que más me gusta de mi tío son sus ojos azules y su cabello rubio, se nota a dos kilómetros que mi tío es algo vanidoso, su imagen es muy importante para él. Mi tío realmente es muy guapo, pero —como es lógico— amo mucho más a mi tía y jamás haría algo que la dañara, ellos son mi única familia. Mi tía también es rubia y también tiene ojos azules, pero el azul de los ojos de mi tía son más intensos, son como un par de mares, incluso, al verlos, te invade esa misma serenidad que te ofrece el mar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.