Mathew Grinfford y Gabriella Grayson son los hijos de las dos familias más ricas de toda la Ciudad.Ambos están políticamente destinados a comprometerse cuando sean mayores de edad. Pero los dos se odian mutuamente y se niegan al compromiso… aunque, con el paso del tiempo, esa negación cambiará.
Era un día cálido y tranquilo en la mansión de los Grayson, hasta que un grito rompió la calma.Provenía de la habitación de la hija menor, Gabriella Grayson, lo que hizo que todos corrieran hacia allí con rapidez.
—¡¿Señorita Gabriella, se encuentra bien?! – exclamó Laurie, una de las sirvientas, mientras abría la puerta apresurada.
Gabriella, con los ojos brillantes y una sonrisa inmensa, saltaba sobre su cama.
—¡Laurie! ¡Me aceptaron en la Academia más prestigiosa de todo el país! ¡Estudiaré en Grace Hall Academy!
La sirvienta suspiró aliviada, llevándose una mano al pecho. —Por un momento pensé que algo terrible había ocurrido, señorita.
Me alegra tanto que haya podido ingresar en una academia tan excelente como esa… Pero no debería saltar en la cama, es de mala educación y podría caerse.
—Tienes razón Laurie,Pero me entusiasma poder entrar a esta Academia. – Exclama Gabrielle deslizándose lentamente por la cama.
—Ire a contarle a mis padres sobre esto. ¡Seguramente estarán emocionados al saber esto! –Gabriella Sale de la habitación para dirigirse a la sala principal de la mansión donde sus padres ya se encontraban ahí.
Al entrar a la sala principal Gabriella nota que la familia Grinfford estaba ahí.
—Oh cariño, Escuché el grito que hiciste. ¿Sucedió algo? –Pregunta la madre de Gabriella acercándose a ella con preocupación en su mirada.
—Disculpa por eso madre. Me emocioné bastante cuando me di cuenta que me aceptaron en Grace Hall Academy. –Apenada por saber que su grito se escuchó en toda la mansión pasa su mano por su cabellera rizada.
El padre de Gabriella que estaba sentado junto a los Grinffords se sorprende al saber que su preciada hija fue aceptada en la prestigiosa Academia.
—Eso es un gran logro hija mia – Dice el padre.
—Te felicito cariño. Entrar a esa academia es muy difícil pero tu pudiste hacerlo. – Dijo su madre dándole un acogedor abrazo.
—Disculpe por interrumpirlos – Exclamó el señor Grinfford.
—Si no escuché mal ¿usted dijo que fue aceptada en la Academia no señorita Gabriella? –Pregunto el.
—Si, así fue señor. –Responde Gabriella con curiosidad en los ojos.
— Que bien. – Dijo el señor Grinfford. — Mi hijo también fue aceptado. Es obra del destino que ustedes estén juntos. – Comentó con una sonrisa.
—¿Usted Habla de Matthew...? – pregunto Gabriella apretando los labios.
— Exacto – Respondio el señor Grinfford con orgullo.
Gabriella suspiro y murmuró por lo bajo: — Perfecto... justo lo que me faltaba para arruinar mi sueño.