La Niebla de Veridia.

Capítulo 3: La Marca del Ritual Antiguo.

​I. La Cámara de los Secretos.
​El Duque Blackwood cumplió su parte del trato: Kaelen recibió acceso completo a la biblioteca y a los archivos privados del Ducado, un laberinto de pergaminos prohibidos y libros encuadernados en piel. Más importante aún, se le dio una habitación tranquila para observar a Elara, la Ghoul.
​Elara gemía suavemente en la oscuridad, encadenada en un ala abandonada de la fortaleza. Kaelen la estudió con la frialdad de un cirujano. El Ghoul común es solo carne devorada por la Niebla, pero Elara era diferente: sus ojos, ese rastro de memoria que la hizo decir "papá" en el molino, no deberían existir.
​—La Niebla te transformó, no te devoró. —murmuró Kaelen, examinando su piel pálida.
​Kaelen encontró una marca sutil detrás de su oreja: una pequeña cicatriz, casi invisible, con la forma de un cuervo con tres garras. No era una herida de batalla, sino una marca ritual hecha a propósito.
​"Esto no es la Niebla, es brujería. Una iniciación", pensó Kaelen.
​II. El Cifrado del Ducado.
​Kaelen pasó las siguientes noches en la biblioteca, bebiendo brandy robado y buscando el símbolo del cuervo de tres garras en los textos arcanos. La mayoría eran historias de magia básica, pero una sección estaba sellada con el emblema personal de un antepasado del Duque.
​Al forzar el sello, Kaelen encontró un viejo diario. Su autor era un ex-canciller de la Casa Blackwood que había vivido hace dos siglos, justo después de que la Niebla se instalara en Veridia.
​El diario no hablaba de monstruos, sino de poder.
​...El pacto de las Tres Familias fue la única manera de detener el avance total de la Niebla. Hemos aprendido a contenerla, pero el precio es alto. Debemos alimentarla con rituales de sacrificio periódico para que no devore Veridia entera.
​Kaelen se detuvo. Alimentarla. La Niebla no era una plaga, sino una entidad viva que los nobles estaban manejando activamente.
​III. El Pacto Olvidado.
​Kaelen siguió leyendo, su corazón latía con una mezcla de horror y fascinación.
​El diario detallaba el Pacto de Contención:
​Para mantener la Niebla a raya, cada uno de los tres Ducados (Blackwood, Ironwood y Crestwood) debía realizar un Sacrificio de Sangre cada veinte años en un punto específico de su territorio.
​El sacrificio debía ser de sangre pura, un miembro de la familia noble, para que el ritual funcionara.
​El sacrificio no era matado, sino transformado en un Guardián, que se convertía en un monstruo de la Niebla, pero con un vestigio de su antigua alma.
​Kaelen entendió: la hija del Duque, Elara, no era una víctima; era la nueva ofrenda de la Casa Blackwood, transformada para "alimentar" y, por lo tanto, controlar la Niebla.
​La marca del cuervo de tres garras era el símbolo del sacrificio.
​El juramento del Duque no era por la supervivencia de Veridia, sino por la supervivencia de su linaje. Si el ritual fallaba, la Niebla devoraría su Ducado.
​IV. La Inminente Ofrenda
​Mientras Kaelen cerraba el diario, una voz resonó en el pasillo:
​—Kaelen. El Duque te llama. Hemos visto movimientos en la Niebla. La Luna de la Sangre se acerca.
​La Luna de la Sangre. Kaelen recordó lo que había leído. Esa era la noche en que los tres Ducados se reunían para renovar el Pacto de Contención.
​El Duque Blackwood no solo quería la ayuda de Kaelen para investigar; quería su fuerza para proteger el ritual. Y la ofrenda que estaba a punto de entregar era a su propia hija, Elara.
​El tiempo de la investigación había terminado. Kaelen tuvo que actuar inmediatamente para salvar a Elara y romper la Niebla de Veridia




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