Capítulo 4: El Dilema del Cínico.

​I. La Revelación al Duque.
​Kaelen se presentó ante el Duque Blackwood, llevando en la mano el viejo diario sellado. La Luna de la Sangre (la fecha del ritual) estaba a solo tres noches de distancia.
​—Su plan es más sucio que mi espada, Duque. —Kaelen arrojó el diario sobre la mesa—. Elara no es una víctima de la Niebla; es la ofrenda para mantener el Pacto de Contención de las Tres Familias. El cuervo de tres garras es la marca del sacrificio de sangre pura.
​El Duque palideció, pero su expresión se volvió dura.
​—La Niebla habría devorado Veridia hace dos siglos si no fuera por el Pacto. Cada veinte años, una vida de sangre pura debe ser entregada para alimentar a la Niebla y mantenerla a raya. Es un mal necesario, cazador. Es la única ley que mantiene mi Ducado intacto.
​—¿Y qué pasa si el ritual ya no funciona, Duque? Elara habló. Ningún Ghoul habla. El ritual está fallando, o algo está modificándolo.
​—¡Por eso te contraté! ¡Para asegurar que el ritual se complete! Si interrumpes el ciclo de la Luna de Sangre, la Niebla no solo devorará mi Ducado. ¡Devorará todo Veridia! ¿Estás dispuesto a condenar a miles por la vida de una Ghoul?
​II. La Moralidad de la Niebla.
​Kaelen sintió el peso de la decisión. Siempre había vivido en la moral gris de la Fantasía Oscura: matar monstruos por monedas. Nunca antes había tenido que elegir entre el mal menor (el sacrificio de una Ghoul noble) y el caos total (la destrucción del reino).
​Visitó a Elara en la cámara. La criatura gimeaba, sus ojos rojos fijos en él.
​—Tú tienes el secreto, ¿no es así? —le dijo Kaelen a la Ghoul—. La marca del cuervo te dio un propósito, no solo un hambre. ¿Quién te marcó?
​Elara solo respondió con un sonido, que a Kaelen le sonó como: "Línea".
​Línea. ¿Línea de sangre? ¿Línea de costa? ¿Línea de mando?
​Kaelen regresó a la biblioteca, buscando referencias a "Línea" junto al símbolo del cuervo de tres garras. Encontró un mapa antiguo que mostraba una cadena montañosa al oeste de Veridia, conocida como la "Línea de la Sombra". Era el único lugar en Veridia que la Niebla nunca había tocado.
​El ritual no se hace aquí. El ritual se hace en la Línea de la Sombra, el único lugar a salvo.
​III. La Infiltración y el Traidor.
​Kaelen se dio cuenta de que el Duque Blackwood no lo había contratado para asegurar el ritual, sino para proteger la ruta hacia el ritual.
​La noche del Ritual de la Luna de Sangre, Kaelen se puso su armadura de cuero y sus dagas. Mintió al Duque, diciéndole que aseguraría el perímetro. En cambio, siguió en secreto la comitiva de carruajes sellados del Duque, que se dirigía hacia la Línea de la Sombra.
​La comitiva se detuvo en un antiguo templo de piedra, justo donde la Niebla se detenía, como si una barrera invisible la contuviera.
​Kaelen se infiltró en las ruinas. Allí encontró a los líderes de los otros dos Ducados, Ironwood y Crestwood, esperando.
​El Duque Blackwood se puso en el centro del círculo, con un cuchillo ritual de obsidiana en la mano.
​—Procedamos. Elara será la ofrenda final de mi linaje.
​Pero cuando el Duque se preparaba para traer a Elara, el Duque Ironwood, un hombre alto y delgado con ojos como obsidiana, se adelantó.
​—No habrá ritual esta noche, Blackwood. El pacto está obsoleto.
​El Duque Ironwood levantó su propia mano, y en ella, brillaba el símbolo del estado controlando la Niebla. Y tu hija no es la ofrenda, Blackwood. Tú lo eres.

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