La Niebla de Veridia. (volumen 1)

Capítulo 11: El Nido del Cinismo.

​I. El Camino del Exilio.
​Las Tierras Libres, al otro lado de la Línea de la Sombra, eran un páramo de colinas rocosas y vientos fríos. Aquí, la autoridad de los Ducados de Veridia se desvanecía. Kaelen no sentía la opresión de la Niebla, pero sí la soledad de la frontera.
​Arrastró a la Ghoul Elara, que permanecía en su estupor catatónico por la Lágrima del Druida. Ella era su prueba viviente, su ancla y su mayor debilidad. La única facción que cumplía esos requisitos era la Liga de los Seis Clanes, los barones mercantes y contrabandistas del Norte, conocidos por su desprecio hacia la nobleza. Su base principal era la ciudad de Aethelgard, un nido de cinismo y oro.
​II. La Ciudad de la Moneda.
​Kaelen se dirigió hacia el Norte, el Sol siempre bajo en el horizonte. Tardo tres días en llegar a Aethelgard, un puerto libre rodeado de altos muros de piedra negra. Aquí, los hombres no temían a la magia, sino a la bancarrota.
​Kaelen ocultó a la Ghoul en una cueva abandonada a las afueras de la ciudad, asegurándola con cadenas y renovando el ungüento de Lágrima del Druida en la marca del cuervo. Dejó a Elara con una simple advertencia: "Quédate quieta y vivirás. Haz ruido y serás vendida como carne de brujo".
​Al entrar en Aethelgard, Kaelen sintió que el aire era diferente. No era la opresión de la Niebla, sino la opresión del dinero. La ciudad rebosaba de comerciantes, mercenarios, y espías.
​Kaelen se dirigió al distrito de los Gremios, a la casa de un viejo conocido.
​—Necesito ver al Maestro Theron, de la Liga de los Seis Clanes. —dijo Kaelen a la guardia de la puerta, un hombre fornido con un ojo de cristal.
​—El Maestro Theron solo recibe a la realeza, Guardabosque. Y tú apestas a pantano.
​Kaelen arrojó el Pergamino Sellado de Crestwood sobre la mesa. El Sello Real del Duque Crestwood era inconfundible.
​—Dile a tu Maestro que el "pantano" le trae la verdad sobre la Niebla y el Sello de un Duque Traidor.
​III. La Audiencia con el Maestro Theron.
​El sello de Crestwood fue suficiente. Kaelen fue desarmado y conducido a una opulenta cámara de ébano y seda. El Maestro Theron era un hombre elegante, con dedos enjoyados y una expresión de aburrimiento perpetuo.
​—Interesante, Guardabosque. Pocos hombres se atreven a entrar en mi casa con la amenaza de la realeza.
​—La realeza es una enfermedad, Maestro. Yo traigo la cura. —Kaelen explicó todo, sin adornos: el Pacto de Contención, el sacrificio de Elara, la traición de Ironwood y el chantaje a Crestwood.
​Theron escuchó en silencio. Cuando Kaelen terminó, Theron se reclinó y sonrió.
​—Una Ghoul controlada como ancla, la prueba de que nuestros Ducados son unos hipócritas, y un Sello Real. Es una historia hermosa, Kaelen. Pero la historia no vale el coste de una guerra contra Ironwood. Él es poderoso.
​—Pero no es invencible. Si la Niebla se desata, su comercio se acaba. La Liga pierde todo su oro. Yo te ofrezco la oportunidad de destruir el poder de los Ducados y reemplazarlo con el vuestro. Te ofrezco el control sobre el Pacto de Contención.
​IV. Un Nuevo Contrato
​Theron se levantó y se acercó a Kaelen.
​—El control de la Niebla... Es un poder que los dioses envidiarían. Pero, ¿dónde está tu prueba? Necesito ver a la Ghoul.
​—Ella está a tres horas de aquí, en un estado de letargo. Necesitaré tu ayuda para sacarla. Y necesito una garantía.
​—Mi garantía es mi palabra. Y tú eres el único que tiene la clave. —Theron sonrió con una frialdad calculada—. Trae a la Ghoul a la ciudad. Te daré hombres, oro y protección. Y a cambio, quiero el control total sobre el ancla de la Niebla.
​Kaelen asintió. Era un trato justo. Kaelen conseguía salvar a Giovanni, exponer a los Ducados, y Elara estaba fuera del alcance de Ironwood. Pero, en el fondo, Kaelen sabía que estaba entregando un monstruo a un hombre que era un monstruo mayor.
​—Hecho. —dijo Kaelen.
​Pero justo cuando Kaelen se preparaba para irse, Theron lo detuvo.
​—Una última cosa, Kaelen. El Duque Ironwood no te está buscando solo a ti. Está buscando el cuchillo de obsidiana. Y si lo tiene, puede revertir la contención en cualquier momento. ¿Dónde está el cuchillo?
​Kaelen sintió un escalofrío. Había dejado el cuchillo ritual de obsidiana en posesión del Capitán de Crestwood en la Línea de la Sombra.




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