I. La Revelación del Cebo.
Kaelen salió de la cámara del Maestro Theron con un contrato de sangre fría. Le había entregado el secreto de la Ghoul y el poder sobre la Niebla a un barón mercante. La única condición de Kaelen era recuperar a Giovanni y exponer a los Ducados.
Pero la última pregunta de Theron resonaba en su mente: “¿Dónde está el cuchillo?”
—El cuchillo de obsidiana... es la clave para manipular el Protocolo de Receso de la Niebla. Si Ironwood lo consigue, nos anula a todos. —murmuró Kaelen.
Theron le asignó dos hombres de su propia guardia personal, mercenarios silenciosos y eficientes. Kaelen tuvo que admitir que la Liga de los Seis Clanes no se andaba con juegos.
—Recuperaremos el cuchillo, Guardabosque. Y luego, traerás a tu monstruo. —dijo el líder de los mercenarios, con voz monocorde.
Kaelen lideró al grupo de vuelta a la Línea de la Sombra. El viaje fue tenso; Kaelen no confiaba en los mercenarios, y ellos no confiaban en el hombre que había encadenado a una noble Ghoul.
II. La Trampa de Crestwood.
Al acercarse al paso de montaña, Kaelen sintió que algo andaba mal. El silencio era total. No había guardias de Crestwood a la vista, ni siquiera en las torres de vigilancia.
—Es una trampa. —dijo Kaelen, deteniendo al grupo.
—El Capitán no rompería un pacto con el Sello Real. —replicó el mercenario de Theron.
—El pacto era para asegurar su supervivencia, no para honrar.
Kaelen usó su conexión con la Ghoul Elara (que esperaba en la cueva) como un sensor. El frío en su mente le indicó un pulso de energía mágica anormal cerca del paso. No era la Niebla; era magia de protección.
Kaelen se lanzó hacia adelante, corriendo solo hacia la línea de guardia.
Encontró al Capitán de Crestwood en el puesto de vigilancia. No estaba muerto, sino atado a una silla, la boca amordazada. Sus ojos, llenos de terror, se clavaron en Kaelen.
Y en el suelo, la túnica verde del Capitán estaba rota. Faltaba el cuchillo de obsidiana.
III. La Invasión del Brujo.
En ese momento, la verdad golpeó a Kaelen con la fuerza de un martillo.
—¡El cuchillo! ¡Ironwood lo tiene! —Kaelen se dio cuenta de que el Duque Ironwood nunca había dejado de rastrear el cuchillo ritual. Había usado el tiempo de contención para infiltrarse, silenciar a Crestwood y robar su premio.
Pero no fue Ironwood quien apareció. Fue el Brujo de la Guardia, el mismo que Kaelen había evadido en el Pozo de los Lamentos. El brujo salió de las sombras de la torre, sosteniendo el Cuchillo de Obsidiana.
—El perro de Theron es tan predecible como el del Duque Blackwood. —siseó el brujo—. El cuchillo ha regresado a su verdadero amo.
El brujo levantó el cuchillo. En el mismo instante, la Niebla que se detenía en la base de la Línea de la Sombra comenzó a avanzar.
El Protocolo de Receso se había anulado. El brujo había usado el cuchillo para liberar la Niebla por completo.
IV. Un Cambio de Prioridades.
—¡Aethelgard caerá! ¡Y la Liga de los Seis Clanes morirá ahogada en el miedo! —gritó el brujo, su voz resonando con el triunfo.
La Niebla subió por el paso de montaña con una rapidez terrorífica, engullendo a los mercenarios de Theron en segundos. Kaelen no tenía tiempo de luchar; no podía ganarle al brujo en un duelo mágico cuando este tenía el arma clave.
Kaelen se lanzó hacia el Capitán de Crestwood, desatándolo rápidamente.
—¡Giovanni! ¡Mi compañero! ¿Dónde está?
—¡Se lo llevó! ¡A la capital! ¡Como prisionero! —gritó el Capitán, aterrado.
Kaelen no tenía otra opción. El cuchillo estaba perdido. La Niebla avanzaba. Giovanni estaba prisionero en la capital de Veridia, probablemente en manos de Ironwood.
Kaelen corrió montaña abajo, de vuelta a las Tierras Libres, con la Niebla pisándole los talones. Tenía que llegar a Elara antes de que la Niebla la alcanzara o el brujo la encontrara.
Al llegar a la cueva, la Ghoul Elara estaba gimiendo, la Lágrima del Druida fallaba ante la fuerza de la Niebla liberada. Ella era una fuente de energía, y la Niebla venía por ella.
Kaelen la agarró y la arrojó sobre su hombro. El nuevo contrato con Theron se había desvanecido. Ahora solo había una prioridad: salvar a Giovanni y detener al Duque Ironwood en su propia guarida.