La Niebla de Veridia. (volumen 1)

Capítulo 15: Cloacas, Cobardía y la Ghoul

Capítulo 15: Cloacas, Cobardía y la Ghoul
​I. La Carrera por las Cloacas.
​Kaelen y Giovanni empujaban al Duque Blackwood a través de las cloacas malolientes de la capital. La Niebla se filtraba incluso aquí, pero el lodo y la oscuridad eran mejores que el duelo directo con el brujo de Ironwood.
​El Duque Blackwood, un hombre acostumbrado a la seda y los vinos, estaba histérico.
​—¡Mi túnica! ¡Este hedor! ¡Cazador, os pagaré el doble, el triple! ¡Pero sacadme de aquí!
​—Vuestro oro no vale nada aquí, Duque. Vuestra vida sí. —dijo Kaelen, sin perder el ritmo.
​Giovanni estaba al lado de Kaelen, con su espada lista. —Tenemos que ir más rápido, Kaelen. Si el brujo se da cuenta de que el Ghoul es la clave, irá directamente a por ella.
​—Lo sé. Y por eso mi elección del escondite fue brillante.
​Kaelen había escondido a Elara en un pozo de alcantarillado, un lugar saturado de la inmundicia de la ciudad. La Ghoul, siendo una criatura de la Niebla pura, detestaba el ambiente orgánico y contaminado. La suciedad actuaba como una contención química, manteniendo su energía a raya.
​II. La Frustración del Duque.
​El Duque Blackwood tropezó y cayó en una zanja fangosa.
​—¡No puedo más! ¡Dejadme! ¡Ironwood no me matará si me rindo!
​Kaelen se detuvo y tiró del Duque por la solapa, acercando su rostro al gordo y pálido noble.
​—Vuestro cuerpo es la única pieza de evidencia que necesitamos para anular el Pacto. Si os rendís, Ironwood os obligará a firmar la disolución del Pacto, y él se convertirá en el amo de la Niebla. ¡Sois la llave de la ley, Duque! Actuad como tal.
​El Duque, humillado y asustado, se levantó. Kaelen había tocado el único nervio sensible de un noble: el miedo a perder su estatus legal.m
​—¿Y qué garantía tengo de que me protegeréis?
​—Mi garantía es la Ghoul. Y la promesa de que, si Ironwood gana, la Ghoul será liberada en vuestro Ducado. —mintió Kaelen.
​III. El Reencuentro con el Ancla.
​Finalmente, llegaron al pozo donde Kaelen había escondido a Elara. El hedor era casi insoportable.
​—Ella está ahí. Aturdida por la inmundicia. —dijo Kaelen.
​Giovanni se cubrió la nariz. —No puedo creer que estemos rescatando a un Ghoul, arrastrando a un Duque y escapando de un brujo, todo en un día.
​Kaelen descendió. Elara estaba arrodillada en el barro, las cadenas apretadas. Al ver a Kaelen, sus ojos rojos brillaron con una mezcla de reconocimiento y hambre. El veneno de la Lágrima se estaba desvaneciendo.
​—Tenemos que ir rápido. Está despertando.
​Kaelen liberó a Elara de sus cadenas de contención y le pasó una cuerda de arrastre. Al ver la luz del día (que se filtraba tenuemente desde arriba), la Ghoul se mostró dócil.
​IV. La Decisión Crucial.
​Al salir de la cloaca, la Niebla era más espesa que nunca. Kaelen sabía que el brujo estaba rastreando la energía del escape.
​—¡El Duque a la cabeza! ¡Giovanni, tú y yo a los lados! ¡A la muralla!
​Pero justo cuando se dirigían a la puerta de la muralla, oyeron un sonido inconfundible: el whoosh de la magia del brujo.
​El brujo de Ironwood había anticipado su ruta. Estaba bloqueando la puerta de la ciudad.
​—¡No podemos ir por ahí! —gritó Giovanni.
​—La muralla exterior. Es la única forma. Tendremos que usar a la Ghoul a plena vista.
​Kaelen tomó la decisión. Iban a escalar la muralla bajo la Niebla, usando la energía del Ghoul Elara como un faro de advertencia, obligando a los guardias a retroceder antes de que pudieran disparar.
​La exposición total. Kaelen iba a mostrar a la capital de Veridia quién era el verdadero enemigo: el Ghoul que temían, o el noble que la había creado.




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