I. El Grito del Brujo.
El estallido sónico provocado por la destrucción del Cuchillo de Obsidiana resonó en toda la Torre de los Observadores. La Lágrima del Druida había cumplido su propósito, pero había dejado a Kaelen desarmado.
El Brujo de Ironwood no gritó de dolor, sino de una furia gélida y absoluta. Su rostro, apenas visible bajo la máscara de hueso, se contrajo en un rictus de odio puro.
—¡El cuchillo! ¡Lo has destruido! ¡El poder absoluto se ha ido!
La sala de rituales se llenó de Niebla condensada y mágica, una manifestación de la ira del brujo. El aire se volvió irrespirable.
—¡Me pagarás con tu sangre, Guardabosque! ¡Y la Ghoul será la ofrenda que me devolverá el poder!
El brujo no usó proyectiles, sino un ataque cuerpo a cuerpo, impulsado por magia de sombra. Sus manos, envueltas en energía espectral, se lanzaron contra Kaelen.
II. El Combate a Manos Desnudas.
Kaelen era un Guardabosque, entrenado en la supervivencia brutal. Sin su espada, usó el entorno. Esquivó el primer golpe, que impactó en la pared, dejando una marca de hielo y quemadura.
Kaelen usó una patada baja contra la rodilla del brujo, intentando desestabilizarlo. El brujo se tambaleó, pero se recuperó rápidamente, lanzando una ráfaga de aire helado que arrojó a Kaelen contra un pilar de piedra.
—¡Eres débil! ¡Un simple hombre!
—Soy un cínico. Y conozco tu debilidad. —jadeó Kaelen, levantándose.
Kaelen sabía que el brujo confiaba demasiado en su magia. Lo que el brujo no esperaba era la fuerza pura. Kaelen esperó el siguiente ataque, un puñetazo cargado de sombra. Cuando el golpe llegó, Kaelen no lo esquivó; lo interceptó. Agarró la muñeca del brujo y usó su peso para aplicar una llave de brazo brutal.
El brujo gritó de dolor. Su concentración mágica se rompió.
III. La Entrada del Duque.
La pelea se interrumpió abruptamente. Una puerta lateral se abrió, y el Duque Ironwood entró en la sala. El Duque era alto, con una armadura ceremonial pesada y el rostro pálido.
—¡Brujo! ¿Qué significa este estallido? ¡Siento la Niebla fuera de control!
Al ver a Kaelen desarmado y al brujo inmovilizado, el Duque comprendió la catástrofe.
—¡Mi Señor! El Guardabosque ha destruido el Cuchillo. ¡El poder del Pacto es inestable!
El Duque Ironwood no atacó. Simplemente se acercó a Kaelen, su voz llena de fría desilusión.
—Has condenado a este reino a la anarquía, Guardabosque. Ahora el poder de la Niebla no puede ser controlado por nadie. Ni siquiera por mí.
—El poder absoluto corrompe. Y el Pacto era una mentira. Vuestro aliado, Blackwood, ha firmado la Proclamación de Traición. La nobleza se levantará contra ti. —dijo Kaelen, usando la verdad como su única arma restante.
IV. La Venganza de la Ley.
El Duque Ironwood sonrió, una sonrisa sin alegría.
—La nobleza es patética. Yo tengo el ejército. Y tú, la única pieza que me falta.
El Duque se dirigió al brujo. —Libera el ancla. Si no puedo controlarla, nadie lo hará.
Kaelen se dio cuenta del horror del plan final de Ironwood: destruir la Ghoul y desatar la Niebla como arma biológica.
Kaelen se soltó del brujo y se lanzó hacia el Duque. No tenía espada, solo sus puños.
Pero el Duque Ironwood no era solo un noble; era un guerrero entrenado. El Duque esquivó el golpe de Kaelen con una velocidad sorprendente y, de un solo puñetazo, golpeó el rostro de Kaelen con la empuñadura de su espada.
Kaelen cayó inconsciente.
El último que vio Kaelen antes de que la oscuridad lo reclamara fue el rostro del Duque Ironwood, que se inclinaba sobre él con una expresión de triunfo frío.
—La batalla es tuya, Guardabosque. Pero la guerra y la Niebla me pertenecen.