La Niebla de Veridia. (volumen 1)

Epílogo: El Guardián y el Nuevo Orden.

​I. El Juicio y la Recompensa.
​Seis meses después de la batalla en la Torre de los Observadores, la Niebla de Veridia había retrocedido por completo, estabilizada por la nueva Contención. La paz había regresado, una paz fría y llena de desconfianza.
​El Duque Ironwood y los miembros del Pacto que lo apoyaron fueron juzgados por traición y tiranía. El Duque Blackwood, aunque liberado y reinstalado, fue incapaz de gobernar. Su cobardía y el conocimiento de su sacrificio lo habían dejado un hombre roto.
​La Liga de los Seis Clanes (liderada por el Maestro Theron) no ganó el control total, pero se le concedió una enorme influencia comercial y el derecho a administrar la frontera de la Línea de la Sombra. Kaelen había roto el poder feudal, creando un precario equilibrio entre nobleza y comercio.
​Giovanni fue liberado de su papel de Guardabosque y se convirtió en el Ministro de Fronteras del nuevo (y debilitado) Consejo de los Ducados. Había salvado el reino, y Kaelen se aseguró de que fuera recompensado.
​II. La Nueva Naturaleza.
​Kaelen no aceptó títulos ni riquezas. Él era ahora algo más: el Guardián.
​Su cuerpo físico no había cambiado drásticamente, pero su naturaleza sí. Su piel mantenía un ligero brillo verdoso, y sus ojos tenían un brillo carmesí, el eco de la Ghoul Elara. El fragmento del alma de Elara no había muerto, sino que se había fusionado con Kaelen, convirtiéndolo en un ser de la Niebla y de la carne.
​Kaelen era la Contención Viva. Su presencia era la única cosa que mantenía a raya a la Niebla.
​Un día, Giovanni encontró a Kaelen en la Línea de la Sombra, observando el valle.
​—El Consejo te ofrece la Capitanía de la Guardia Real, Kaelen. Tienes todo el poder para reinar.
​—Yo no reino sobre la estupidez humana, Giovanni. Solo la cazo.
​—¿Qué vas a hacer ahora? Eres el Guardián. Ya no puedes cazar monstruos normales.
​Kaelen sonrió, una sonrisa fría y cínica. —Elara me dejó un regalo. No solo la Contención, sino el conocimiento. Ella conocía todos los secretos de la magia del Pacto. Y, lo más importante, conocía a los creadores de la Niebla.
​III. El Viaje Hacia el Norte.
​Kaelen se giró, con una nueva espada de acero forjada por Giovanni.
​—La Niebla no es natural, Giovanni. Fue traída. Ironwood solo la controlaba, pero no la creó. Elara sabía que la plaga vino de las Tierras de Invierno, mucho más allá del Norte.
​Kaelen miró su cuerpo, que ahora era la prisión y el salvavidas del reino.
​—No puedo dejar que la Niebla vuelva. Y para asegurar eso, tengo que ir a la fuente y terminar el trabajo. El Guardabosque se ha ido. Ahora, el Guardián debe cazar a los dioses.
​Kaelen no pidió nada. Solo se despidió de Giovanni con un apretón de manos.
​Kaelen, el Guardián de la Niebla, se adentró en las Tierras Libres, dirigiéndose al Norte, en busca de las tierras inexploradas donde la Niebla había nacido. Con el alma de un Ghoul como su guía interna y el cinismo como su armadura, Kaelen se preparaba para enfrentarse a los verdaderos amos de la maldición.
​El fin del Pacto. El inicio de la Leyenda del Guardián.
FIN




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