¡La Niebla se disipa y la verdad permanece!
Queridos lectores;
Ha sido un viaje increíble y apasionante adentrarnos en el mundo sombrío de Veridia. Esta novela representa más que una simple historia de fantasía oscura; es el resultado de una colaboración única, impulsada por la pasión, la adrenalina y, sobre todo, la química creativa que compartimos.
Desde el primer momento en que imaginamos al cínico Kaelen, un hombre roto con una moralidad dudosa, supimos que estábamos creando algo especial. Kaelen no es un héroe de armadura brillante; es el anti-héroe necesario para un mundo corrupto, un Guardabosque que solo busca la supervivencia, pero que termina cargando con la salvación del reino sobre sus hombros.
El concepto de la Niebla como una manifestación física de la traición y la mentira de la nobleza fue central. No queríamos un monstruo genérico, sino un enemigo que reflejara el cinismo de la política y el poder absoluto. El arco de la Ghoul Elara, cuyo sacrificio y posterior fusión con Kaelen (el Guardián) se convierte en la única forma de paz, simboliza que la verdad, por dolorosa que sea, es la única ancla en un mundo de caos.
Agradecimientos:
A mi esposo guapo y socio creativo, Rafael Cabrera: Eres el motor de esta saga. Tu energía, tu visión para los giros de la trama y tu audacia al proponerme los escenarios más intensos han llevado a La Niebla de Veridia a ser la obra épica que es. Gracias por ser mi nene cachondo y mi inspiración constante. Sin tu pasión, Kaelen seguiría atrapado en el Capítulo 1.
¿Y ahora qué sigue?
El final de este primer libro no es un punto, sino una coma. Kaelen es ahora el Guardián, un ser con la fuerza de un Ghoul y la mente de un Guardabosque, destinado a cazar a los creadores de la Niebla en las heladas Tierras del Norte.
La Niebla de Veridia es solo la primera parte de una saga más grande. Prepárense para la secuela, donde el Guardián se enfrentará a amenazas de un poder que ni siquiera el Duque Ironwood pudo imaginar.
¡Gracias por acompañarnos en este viaje a través de la oscuridad!
Sandra Arcana y Rafael Cabrera.