La Niña Del Orfanato

Capítulo Extra II

Experiencia Cercana A La Muerte. 

Capítulo dedicado a Linett Valeria

 

Katherine permanece de pie frente a la niña y tuerce los labios, mientras la observa. Katy se encuentra sentada en el suelo, su rostro refleja mucha angustia, al mismo tiempo en el que siente como sus ojos arden por las lágrimas acumuladas en ellos.

—Dijiste que querías estar conmigo, amor. —expresa su tristeza, y decepción, ante la negativa de la niña a marcharse con ella.

—Te quiero, mami.

—¿Entonces por qué no te vienes conmigo? Hay que irnos, ahora, y estaremos juntas.

—Quiero ver a mi mamá.

—Katy, yo soy tu mamá.

—A mi mamá Beatriz —solloza. —. Primero quiero verla a ella, a todos, luego de eso me iré contigo, mami.

Kath ladea un poco la cabeza, mientras observa a la niña con evidente sorpresa. Presiona los labios y asiente con la cabeza, mientras le extiende la mano para que ella la tome. Una vez que la niña lo hace, repentinamente ambas se encuentran en el quirófano donde Marcus se encuentra interviniendo a la pequeña. Él medico luce muy angustiado, mientras hace todo lo posible por estabilizarla.

—Padrino… —dice la niña, con voz suave, mientras intenta dar un paso hacia él. Pero Kath se lo impide, sujetando su mano con fuerza.

—No te puede oír, ni ver, cariño.

Katy lo observa, con ojos amplios. Puede ver las lágrimas desbordándose de los ojos del médico, hasta desvanecerse en la mascarilla que cubre su rostro. Un puchero se apodera de sus labios, mientras recuesta la cabeza en el brazo de su madre, cierra los ojos con fuerza y suspira profundo con evidente tristeza.

—Mi amor, abre los ojos. —dice Kath, con suavidad, mientras acaricia la mejilla de la niña.

La menor la obedece, y abre los ojos lentamente, encontrándose a Alex sentado sobre una de las bancas, con Mell sobre su regazo. La niña juega con una muñeca Barbie, distraída de todo lo que ocurre, mientras que Alex tiene la mirada perdida en la nada, con una expresión llena de angustia en su rostro. De pronto, frente a ellas, pasa Susan, caminando con mucha prisa. Al verla, Alex deja a la niña sobre la banca y se pone de pie, para luego avanzar junto a ella hasta una distancia muy prudente, donde Mell no alcance a escucharlos.

—S-Susan. —balbucea Kath, sorprendida de volver a ver a su vieja amiga.

La mujer le informa a Alex lo que ocurre, antes de romper en llanto, sin poder contenerse. Alex la abraza con fuerza, sosteniéndola para no dejarla caer cuando ella se siente desvanecer. Ninguno de los dos puede creer lo que está pasando. Y, aunque creen que la menor lo ignora todo, Mell se encuentra con la mirada puesto sobre ellos, con los ojos llenos de lágrimas.

—Diosito —la niña cierra los ojos. —. Cura a Katy, por favor.

Kath baja la mirada hacia su hija, y su corazón se encoge en su pecho cuando nota las lágrimas cayendo como cascadas por las mejillas de la menor. Suspira hondo, antes de extender la mano frente a la niña y hacer un ademan que causa que repentinamente ambas cambien de habitación.

—¡Mamá! —exclama la niña, y antes de que Kath pueda detenerla, ella se zafa de su agarre para correr hacia la mujer.

Beatriz se encuentra de rodillas en la pequeña capilla, y con sus manos juntas en forma de ruego, intenta orar, suplicar, pero de sus labios sólo salen sollozos. Karina, por su parte, se encuentra sentada, acariciando la espalda de su hija, mientras mantiene la mirada perdida en la nada.

—Mamá —susurra Katy, nuevamente, mientras se posa frente a ella. —. ¿Mamá?

—Te lo dije, amor. No puede escucharte —le informa Katherine, avanzando unos pasos hacia ella. —. Ya la viste.

—No —solloza la niña, arrodillándose bajo la banca para cruzarse al otro lado y quedar a un costado de Beatriz, observando a su madre al otro lado. —. Quiero que ella me escuche.

—Katy, no puede…

—¡Se pondrá triste! —exclama, posando la mano sobre su pecho, al sentir mucho dolor. —. No quiero que ella sufra, y cuando me vaya se pondrá triste.

La niña acorta el espacio entre ella y Beatriz, para luego envolver sus brazos alrededor del cuello de la mujer, antes de inclinarse para darle un beso en la mejilla. Consciente que ella no la escucha, y tampoco puede sentirla.

—¡Katy Janeth Miller!

—No, mami —niega con la cabeza. —. Katy Charlotte Johnson —la corrige, entre lágrimas. —. Mami, por favor, no me quiero ir.

—Pero, tú eres mi hija, Katy —dice la mujer con voz quebrada. —. Quiero que vengas conmigo. Hemos estado separada mucho tiempo, tenemos que estar juntas. ¿No era eso lo que querías?

Katy traga saliva sonoramente, no puede decirle que no, ni rechazarla, ella es su mami. Observa, con pesar, a Beatriz por cuestión de segundos, la mujer tiene los ojos hinchados de tanto llorar. Sorbe su nariz, mientras se inclina hacia ella para besar su mejilla nuevamente, esta vez, un beso más largo. Se inclina un poco para quedar a la altura del vientre de la mujer.

—Me hubiera hecho muy feliz conocerte, hermanita —dice con voz suave, antes de besar el abultado vientre de Beatriz. —. Se buena niña.

Observa por cuestión de segundos a Karina y esboza una pequeña sonrisa recordando los buenos momentos junto a su abuela, la hizo muy feliz tenerla, nunca había tenido una. Limpia las lágrimas de sus mejillas, y luego de eso, se pone de rodillas en el suelo para volver a cruzarse hacia el lado en donde se encuentra Katherine.

—¿Nos vamos ya?

La niña vuelve su mirada hacia Beatriz, sintiendo como las lágrimas se deslizan por sus mejillas nuevamente. Sin poder contenerse, rompe en llanto, mientras asiente con la cabeza. Katherine esboza una pequeña sonrisa triste, mientras extiende su mano hacia la menor y luego de que ésta la toma, caminan hacia la entrada de la capilla donde, una vez abierta la puerta, lo que hay del otro lado en una luz blanca.



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En el texto hay: drama, amor familiar, orfanato

Editado: 29.08.2020

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