Rachell estaciona su auto frente a la mansión, lleva una semana de no saber nada de su amiga, sabe que la madre de Beatriz y la de Jared están molestas, pero no logra recordar nada de lo ocurrido en la fiesta. No debió beber tanto. Ingresa en la mansión y escucha un ruido proveniente de la cocina, frunce el ceño mientras avanza hacia el lugar.
— ¿Beatriz?— pregunta confundida cuando encuentra a su amiga abriendo todos los gabinetes de ahí. Ella, al escucharla, se detiene y se gira para observarla.
— ¡Rachell!, ¿dónde has estado?— pregunta extrañada antes de girar nuevamente y continuar rebuscando en la cocina.
—Me he sentido mal estos días, no debí beber en la fiesta— dice mientras se sienta en un banco. Arquea una ceja cuando nota que Beatriz continúa con su búsqueda—. ¿Se perdió algo?
—Sí, pero pronto lo encontraré... ¿Y ya estás mejor?— pregunta deteniéndose un momento para dirigirse a su amiga, se sienta en el banco junto a ella y acaricia su cabello castaño viéndola con ternura—. Debiste llamarme para ir con Marcus a ayudarte.
—Ya estoy bien... Sabes que tenemos que hablar, ¿no?— pregunta viéndola con seriedad, Beatriz amplía los ojos antes de alejarse de ella y seguir con su búsqueda—. La mamá de Jared y tu mamá están molestas, ¿me dirás por qué?
—Les dije que se fueran de mi casa— responde con simpleza mientras continúa abriendo y cerrando gabinetes, y sí que son muchos.
—¡Beatriz!, ¿cómo pudiste hacer eso?, ¡y frente a los invitados!
—Ambas cuestionaron mis decisiones, fueron irrespetuosas y la mamá de Jared... No quiero ni hablar de lo que me hizo. ¿Por qué la invitaste a la fiesta?
— ¡Porque es tú suegra!, no tenías que haber hecho lo que hiciste, y peor aún, ¡a tu madre!— para de hablar al ver que no le presta atención—. Beatriz... ¿Qué haces?
Beatriz no le responde nada, solo continúa con su tarea, Rachell suelta un suspiro exasperado al perder la paciencia, mientras se pone de pie y camina hacia Beatriz.
—Sabes muy bien que Jared estará molesto de saber que echaste a su madre de una fiesta, frente a los invitados. Y todo porque...
— ¡Te encontré!— exclama victoriosa, interrumpiendo a Rachell quien frunce el ceño.
— ¡Sí!— grita Katy riendo desde adentro del gabinete, antes de salir y saltar sobre Beatriz—. Me encontraste, mamá—dice emocionada antes de abrazarla. Beatriz le corresponde el abrazo mientras se pone de pie con ella.
—Beatriz... ¿Qué significa esto?
—Lo obvio, estábamos jugando a las escondidas, pero esta vez se escondió muy bien— responde Beatriz riendo mientras pellizca la mejilla de la niña de manera juguetona.
— ¡Beatriz!, lo que te estoy diciendo es serio y tú... ¡Espera!... ¿Te llamó mamá?
— ¡Sí!— chilla Beatriz emocionada, y Katy sonríe—. Ella es la nena de mami.
Katy se sobresalta. Rápidamente se inclina hacia Beatriz para hablarle al oído.
—De mamá— le susurra con timidez.
—Sí, lo siento amor... de mamá, porque Kath es su mami— se corrige, causando que Rachell ruede los ojos mientras se cruza de brazos, resoplando.
—Beatriz— dice con seriedad—, esto se te saldrá de con...
—Vamos a hacer una tarta de fresa, ¿te apuntas?— pregunta Beatriz cortándola a mitad de palabra mientras camina con Katy en brazos hasta el mesón para sentarla sobre este.
— ¿Usaremos fresas de verdad?— pregunta Katy emocionada cuando observa a Beatriz sacar la harina, entre otros ingredientes.
—Claro amor— responde con ternura—. Hace poco hicimos torta de manzana, le encantó... dice que nunca las había probado— le comenta a Rachell.
— ¿No los comen en el orfanato?
—No, al parecer solo comen avena o cereal— responde Beatriz mientras comienza a sacar las fresas de la nevera. Rachell suspira profundo tratando de calmarse, observa a la niña que mese sus pies en el aire, mientras observa con atención los movimientos de Beatriz. Vuelve la mirada a su amiga, quien ya tiene las fresas en sus manos—. ¿Vas a ayudar? —pregunta graciosa.
—No... Soy alérgica a las fresas, Beatriz— le recuerda tratando de no sonar irritada, pero le sale fatal.
—Lo siento... Lo olvidé.
—No es lo único— murmura mientras se gira para dirigirse a la salida—. Hablaré con Marcus para que trate de resolver lo de tu madre y la de Jared.
—No creo que lo encuentres, tenía una cita con Susan— le advierte, y Rachell frena en seco.
—¿Qué?, ¿salió a una cita con esa...?
— ¿Esa mujer que lucha por sacar a su hija adelante?, sí— responde Beatriz frunciendo el ceño con molestia por la actitud ofensiva de Rachell.
—Sabes que, no me importa, me iré a casa— dice mientras sale de la cocina furiosa.
—Rachell... ¡Vuelve!— le pide Beatriz; sin embargo, no va tras ella.
***
—Señoritas Johnson— dice Alex, esbozando una pequeña sonrisa mientras abre la puerta del auto para la mujer y la niña.
—Gracias, Alex— contesta Beatriz saliendo, le extiende los brazos a Katy y ésta salta hacia ella chillando con emoción.
—Gracias, señor Alex— dice Katy sonriendo mientras se aferra a Beatriz como un koala a un árbol para no caerse. Alex ríe mientras comienza a sacar todas las bolsas de compras del auto para llevarlas hacia la casa.
Al llegar a la puerta, Beatriz baja a la niña y toma su mano mientras entran a la casa, Katy camina a su lado por el lobby dando saltitos, Beatriz sonríe embobada por la extrema ternura de la niña. Mientras avanzan hacia las gradas comienza a escuchar un sonido, una melodía de piano. Frunce el ceño y suelta la mano de la niña.
—Amor, espérame aquí, ¿sí?— pide mientras se dirige hacia la sala de estar, donde un enorme piano decora la estancia. Se adentra en el espacio y sus ojos se amplían en gran manera cuando mira una cabellera castaña, sus ojos continúan bajando por la espalda ancha y los brazos fuertes de aquella persona.
Editado: 29.08.2020