La niñera fea de mis hijos

Capítulo 8: Atraído

Oliver

Julio habla y habla sin parar mientras yo solo tengo esa sonrisa en mi mente, paso las manos por mi rostro dándome cuenta de que no he escuchado nada de la reunión y luego solo me pongo de pie, mi amigo se calla y todos me miran, pero salgo de la sala dando por finalizada la reunión, no puedo seguir fingiendo que entiendo algo que ni siquiera he escuchado, miro mi teléfono con pesar y suspiro, debería estar ahora junto a mi esposa contándole mi día como siempre hago, pero fui al hospital en busca de los pequeños y ni siquiera pasé dentro, siento algo raro en mi pecho que me dice que todo lo estoy haciendo mal y cuando la miro solo siento vergüenza.

—¿Quieres que te ponga al día? —escucho a Mónica y no la miro —porque supongo que no escuchaste nada —suspiro

—Estoy cansado

—Oliver es importante que vayas a la inauguración de esa escuela y que lo hagas con tu mejor rostro —la miro —también muéstrate feliz ante todos, es un gran logro y las personas de ese pueblo van a estar felices, al fin habrá una escuela —ella sonríe —ya hablé con algunos periodistas e iremos con estos, ganarás puntos muy importantes porque esas personas son las que hacen la diferencia.

—Iré con mis hijos —sus cejas se alzan

—No, no puedes, tus hijos son hermosos, pero muy traviesos y la relación que tienes con ellos no es buena Oliver

—Iré con ellos —dejo claro con voz firme —eres la directora de la campaña Mónica, pero es mi vida, pasaré algunos días en ese pueblo como quieres y lo haré con mis hijos —su rostro se contrae

—¿También piensas llevar a la niñera esa? —ríe —parece sacada de una mala película antigua Oliver, la mujer es realmente fea —bufa —dará mala imagen y tu hermano aprovechará eso —respiro hondo.

—Todo estará bien Mónica —dejo de mirarla

—Necesitas distraerte al menos un día —una de sus manos se coloca sobre una de las mías y la miro —necesitas sacarte toda la tensión que tienes Oliver —ella se acerca más a mí —y puedo ayudarte con eso.

—Mónica

—Tu esposa está en coma —habla mirando mis ojos —hace años Oliver y las probabilidades de que despierte cada día son menores —suspira —estoy de tu lado, somos amigos y solo quiero ayudarte —ella mira mi boca y luego mis ojos.

—Mantente concentrada en el trabajo Mónica, te lo he dicho y te lo digo ahora, ya no es solo porque esté casado, trabajas para mí —me alejo de ella luego de hablarle así y camino hacia mi habitación deshaciendo el nudo de mi corbata, no es la primera vez que ella se ofrece así, pero llevo años rechazándola y mi cuerpo no ayuda en eso, soy consiente de mis necesidades y eso está dañando mi mente, sin pensarlo mucho cuando entro a mi habitación voy directo a mi baño, necesito una ducha fría.

—¿Puedo saber qué te pasa? —bufo al salir del baño y ver ahí a Julio —Oliver

—Pasa que estoy al volverme loco Julio —lo miro a los ojos —ya hasta encuentro atractiva a la niñera —su risa solo causa más genio en mí —hablo en serio

—te ofrecí una solución amigo

—Lo pensaré —digo pasando las manos por mi cabello —pero por ahora no puedo, estamos en plena campaña y

—Es un lugar seguro —lo miro y en sus ojos veo sinceridad —nadie sabrá que eres tú Oliver, cuando te decidas avisa, la mejor bailarina no va todos los días —sonríe con picardía y luego va hacia la puerta.

Sin hacer nada de ruido abro la puerta y entro, mañana debo viajar temprano, el pueblo al que iré queda lejos y ya está todo listo para eso aunque no había informado a Valeria, respiro hondo, sé que ni siquiera debería llevarla, menos a mis hijos, pero quiero cambiar y necesito pasar tiempo con ellos. Me detengo al verla a ella dormida en el sofá con un libro en sus manos y me acerco en total silencio, es temprano, pero al parecer los gemelos duermen y ella también se ha quedado dormida, me detengo a pocos pasos sin dejar de mirarla y como si de un imán se tratara me es imposible quedarme quieto, solo me acerco más y acabo agachándome frente a ella mirando su rostro, con cuidado llevo mis manos a las gafas que trae puestas, necesito quitarlas y ver su rostro sin ellas.

—¿Qué...? —se despierta y rápido me empuja, el libro cae al suelo y yo también, ella rápido se aleja —¿qué hace? —se escucha nerviosa y me pongo de pie aunque antes tomo el libro en mis manos.

—Valeria

—¿Se está volviendo loco? —me señala —deme mi libro —viene hacia mí, intenta tomar este, pero lo alejo levantándolo y ella queda a centímetros de mi rostro, su respiración choca con la mía.

—Lamento haberte despertado —expreso sin dejar de mirar sus ojos y se aleja de mí como si mi presencia le afectara, me da la espalda y sonrío

—Debió llamarme, me asustó —respiro hondo mirando el libro

—Una novela —alzo mi ceja leyendo el título —espero mantengas este libro para adultos lejos de mis hijos, es —lo arrebata de mis manos sin darme tiempo a nada y sonrío cuando lo esconde detrás de ella, puedo notar el rubor en sus mejillas y evita mi mirada, por primera vez veo algo de vergüenza en su rostro y es impresionante, como si lo que estuviera haciendo fuera un pecado.

—Si vino a darle las buenas noches a sus hijos llega tarde, ya duermen —habla rápido y sin pausas.

—Llevas unos días rara —bufa con mis palabras, pero es verdad, me ha evitado, no ha hecho más travesuras y mis hijos ni siquiera se han notado en la casa, menos ella —¿todo está bien?

—Diga que quiere y lárguese, voy a dormir —espeta de mala manera mirándome y suspiro.

—No sé si sabes, pero mañana debo viajar —se tensa un poco y entrecierro los ojos —y quiero hacerlo con los pequeños —me mira más confundida aún —quiero que temprano prepares a los niños, debemos ir a un pueblo algo lejano, prepara cosas para ellos y

—¿Es por la inauguración de esa escuela? —sonrío, sí que está informada

—Así es —ella ríe

—Déjame adivinar —mira mis ojos —quiere llevar a los pequeños para que vean lo buen padre que es, fingir frente a todos que tiene una familia perfecta —me señala —que es un hombre fiel a una mujer en coma y buen padre con sus tres hijos —alza una ceja —¿me equivoco? —aprieto mis dientes, no debería molestarme lo que piensa, ¿por qué los hace?




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