El sol iluminaba el amplio patio del Instituto Ejemplar, mientras los estudiantes caminaban apresurados hacia sus clases. Sonic Uchija bajó del autobús con la mochila colgada a un hombro, sintiendo una mezcla de emoción y nervios. Hoy empezaba algo distinto.
—¡Sonic! —gritó una voz familiar—. ¡Te estábamos esperando!
Sonic giró y vio acercarse a nueve personas: cuatro amigos, dos hermanos y tres primos. Sus miradas eran cálidas, pero había un destello de misterio en cada una de ellas.
Primero estaban sus cuatro amigos:
Kai Tanaka, 16 años, ágil y silencioso, observaba cada movimiento. Protector y callado, parecía medir a Sonic en cada gesto.
Riku Hoshino, 17 años, auriculares colgando del cuello, con una sonrisa sarcástica. Bromista e ingenioso, dominaba cualquier dispositivo que tocara.
Leo Nakamura, 16 años, postura firme y mirada seria. Experto en artes marciales, leal y disciplinado.
Yuto Ishikawa, 15 años, calmado y metódico. Estratega nato, analizaba cada detalle antes de hablar.
Luego sus dos hermanos:
Haru Uchija, 18 años, fuerte y protector, líder natural del grupo.
Ren Uchija, 14 años, travieso y energético, su velocidad y agilidad eran impresionantes.
Finalmente, sus tres primos:
Kaito Fujimoto, 16 años, callado y misterioso, experto en química y medicina.
Akira Fujimoto, 17 años, serio y calculador, mente estratégica capaz de anticipar movimientos.
Sora Fujimoto, 15 años, creativo y soñador, inventaba cosas tecnológicas que siempre sorprendían.
—Bienvenido, Sonic —dijo Haru con voz firme pero amable—. Aquí aprenderás mucho… y quizás descubrirás algo que no esperabas.
Sonic sintió una mezcla de emoción y nervios. Sabía que no sería un día cualquiera en esta institución, y que esos nueve jóvenes tendrían un papel importante en su futuro.
Mientras caminaban hacia el aula, Sonic observaba cómo cada miembro del grupo interactuaba, cómo se movían y hablaban entre ellos. Había una química clara, un lazo que no podía explicarse con simples palabras.
Y aunque todo parecía normal durante el día, Sonic no podía ignorar el destello de misterio en sus ojos. Algo ocurría cuando el sol se ocultaba, algo que aún no entendía…
En la noche, las verdaderas historias comenzaban, y el grupo conocido como “La noche de la muerte” comenzaría a revelar su verdadera identidad.
Sonic respiró hondo, listo para adentrarse en un mundo de secretos, suspenso y lealtad.