Primer acercamiento

Después de clase, Sonic caminaba por los pasillos del instituto, con la mochila colgando de un hombro y la mente divagando entre tareas y lo que había pasado en la última misión nocturna del grupo.

De repente, alguien se cruzó frente a él y lo detuvo.

—Sonic, tienes que mejorar tus notas —dijo Emili, con una expresión seria pero no dura—. Así el salón podrá contar contigo en los eventos deportivos de este año.

Sonic la miró, un poco sorprendido, y luego esbozó una sonrisa tímida.
—Lo intentaré… no quiero que nos deje fuera.

Ella arqueó una ceja y sonrió levemente.
—Confío en que lo harás. Además… no solo se trata de los deportes —agregó con un toque de picardía—. Ser parte del equipo es también sobre compromiso.

Sonic sintió un ligero calor en el pecho, una sensación que no comprendía del todo. Emili tenía esa manera de hablar que hacía que cualquier cosa que dijera pareciera importante.

—¿Sabes? —dijo Sonic, intentando romper el hielo—, no sabía que te preocupabas tanto por los demás.

Emili lo miró de reojo, con una sonrisa apenas perceptible.
—Siempre me preocupo por quienes me rodean… aunque algunos no lo noten.

Sonic se quedó en silencio unos segundos, viendo cómo ella se alejaba por el pasillo, y pensó:
—¿Por qué siento que esto… importa más de lo que debería?

Mientras continuaba su camino, no podía quitarse de la cabeza esa sonrisa, ni la sensación de que algo había cambiado dentro de él. Algo que no tenía que ver con misiones, habilidades o secretos, sino con emociones que hasta ahora había mantenido bajo control.

Esa pequeña interacción lo dejó pensativo, pero también motivado. Tal vez mejorar sus notas no sería tan difícil, si eso significaba estar cerca de Emili…