Entre libros y miradas

Sonic se adentró en la biblioteca del instituto, buscando un rincón tranquilo para repasar sus apuntes. Mientras caminaba entre los estantes, vio a Emili concentrada leyendo un libro sobre historia del deporte.

Tomando aire, se acercó.
—Emili… ¿puedes ayudarme con algo? —preguntó, un poco tímido—. Hay un tema de historia que no entiendo del todo.

Ella levantó la mirada y sonrió suavemente.
—Claro, Sonic. ¿Qué parte te confunde?

Se sentaron juntos en una mesa, y mientras Emili le explicaba, Sonic no podía evitar fijarse en la manera en que sus ojos brillaban con interés. Cada gesto, cada palabra parecía ligero pero lleno de intención.

—Ah… ahora lo entiendo mejor —dijo Sonic, sonriendo tímidamente—. Gracias, de verdad.

Ella le devolvió la sonrisa.
—No hay de qué. Me gusta ayudar a quienes se esfuerzan.

Hubo un instante de silencio, cómodo, donde ambos solo se miraron. Sonic notó un pequeño cosquilleo en el pecho, algo que no estaba acostumbrado a sentir, y se dio cuenta de que Emili lo hacía sentir diferente.

—Oye… —dijo él, jugando con su bolígrafo—, ¿te gustaría… estudiar juntos más seguido? Solo para repasar, claro.

Emili rió suavemente, un sonido que hizo que Sonic sonriera aún más.
—Claro, Sonic. Me parece una buena idea.

Mientras la tarde caía y la luz del sol se filtraba por los ventanales, los dos continuaron hablando, compartiendo risas y miradas. Esa biblioteca silenciosa se convirtió en un pequeño refugio donde el inicio de algo nuevo comenzaba a florecer, una chispa de cercanía entre ellos que ninguno esperaba.