La noche de la muerte

La prueba de fuerza

El silbato sonó nuevamente, indicando el inicio de la segunda prueba: fuerza y resistencia. El campo estaba lleno de pesas, cuerdas y obstáculos diseñados para medir la potencia de cada equipo. Sonic y su grupo se alinearon, con determinación en el rostro.

—Recuerden —dijo Kaito—, esta prueba no es solo fuerza bruta, sino estrategia. Cubran los puntos fuertes de cada uno.

Cada miembro del equipo comenzó con su tramo. Algunos estudiantes luchaban con los pesos, mientras Sonic avanzaba con calma y precisión. Cada levantamiento parecía fácil, aunque él guardaba su máximo potencial para momentos clave.

Cuando llegó el turno de Sonic en los ejercicios de resistencia, se notó la diferencia. Su cuerpo soportaba cada repetición con firmeza, y sus movimientos eran fluídos, potentes y medidos. Sus compañeros lo miraban sorprendidos; nunca habían visto a alguien completar tantas repeticiones con esa facilidad.

—¡Impresionante, Sonic! —exclamó Ren, dándole un impulso moral—. ¡Eso nos da una gran ventaja!

Los obstáculos de cuerda y tirones de peso requerían coordinación, y el grupo trabajó junto, cubriéndose mutuamente. Sonic lideraba silenciosamente, sus ojos atentos a cada detalle, calculando cómo ayudar a sus compañeros sin dejar que nadie se cansara demasiado.

Desde la grada, Emili lo observaba con atención. Su mirada no solo mostraba admiración, sino que también enviaba un apoyo silencioso. Sonic la vio y asintió levemente, sintiendo un calor agradable en el pecho, un pequeño recordatorio de que había más que fuerza en ese día.

Cuando terminaron, el equipo recibió aplausos por su desempeño, y Sonic se permitió una sonrisa discreta. La prueba de fuerza había sido superada con honores, pero él sabía que las pruebas más difíciles aún estaban por venir.

—Bien hecho, equipo —dijo Kaito, orgulloso—. Si seguimos así, podemos destacar en todas las competencias.

Sonic asintió. Aún mantenía sus secretos, pero cada prueba que pasaba demostraba que su esfuerzo y habilidades no eran cualquier cosa. Y mientras miraba a su grupo y a Emili, comprendió algo más: estar junto a ellos hacía que cualquier desafío valiera la pena.




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