Sarah llegó a Cedarville con la esperanza de disfrutar de un verano tranquilo y relajante junto a su abuela. A pesar de que la ciudad parecía pacífica y acogedora, Sarah no podía evitar sentir un poco de nerviosismo al caminar sola por las calles desconocidas.
Mientras caminaba por la acera, se dio cuenta de que alguien la estaba observando. Giró la cabeza y vio a un hombre de mediana edad con una mirada fría y siniestra, que la estaba mirando fijamente. Sarah se sintió incómoda y trató de alejarse lo más rápido posible, pero el hombre la siguió con la mirada.
Finalmente, llegó a la casa de su abuela y entró al interior. Al principio, se sintió aliviada de estar a salvo en su nuevo hogar temporal, pero la imagen del extraño hombre con la mirada fría no la abandonó. Decidió ponerse cómoda y relajarse en el sofá, pero no pudo sacudirse la sensación de que algo andaba mal en Cedarville.
Esa noche, mientras dormía, Sarah tuvo una pesadilla aterradora en la que era perseguida por un hombre con un cuchillo. A medida que el sueño se intensificó, se dio cuenta de que el hombre de su sueño era el mismo extraño que la había estado mirando en la calle esa tarde. Despertó con un grito, sudando y temblando.
A medida que pasó el tiempo, Sarah comenzó a notar que el extraño hombre la siguió por todas partes. Siempre parecía estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, y siempre la estaba mirando con esa mirada fría y siniestra. Pero Sarah no se dio cuenta de que había despertado la atención del asesino, quien la había seleccionado como su próxima víctima.
La noche siguiente, mientras caminaba sola por las calles, Sarah se dio cuenta de que estaba siendo seguida. Giró la cabeza y vio al extraño hombre que la había estado mirando desde su. Sarah trató de alejarse lo más rápido posible, pero el hombre la alcanzó y la tomó del brazo. Antes de que Sarah pudiera gritar por ayuda, el extraño hombre sacó un cuchillo y se lo apuntó al cuello.
Sarah estaba aterrorizada, sabía que estaba en grave peligro. Pero antes de que el hombre pudiera hacer algo más, un grupo de jóvenes apareció en la calle y lo asustó. El hombre se alejó, desapareciendo en la oscuridad de la noche. Sarah estaba a salvo, pero sabía que la amenaza no había desaparecido.
Después del encuentro con el extraño hombre, Sarah se sintió aún más nerviosa y vulnerable. Comenzó a preguntarse quién era ese hombre y por qué la estaba siguiendo. A pesar de que tratar de hablar con su abuela y sus amigos sobre el incidente, nadie pareció tomarla en serio.
Pero la sensación de que algo andaba mal en Cedarville no desaparecía. Sarah comenzó a investigar por su cuenta, revisando los periódicos y las redes sociales para ver si había ocurrido algún otro incidente sospechoso en la ciudad recientemente.
Finalmente, encontré un artículo en línea que habló de una serie de asesinatos violentos que habían ocurrido en la ciudad en los últimos meses. Las víctimas eran principalmente jóvenes y todos habían sido asesinados de manera brutal con un cuchillo. Pero lo más inquietante era que el asesino aún no había sido capturado.
Sarah se estremeció al leer la noticia. Era imposible que esto fuera una coincidencia. El extraño hombre que la había estado siguiendo tenía que estar relacionado de alguna manera con los asesinatos. Sarah comenzó a preguntarse si ella también estaba en la lista del asesino.
A partir de ese momento, Sarah decidió tomar medidas para protegerse a sí misma. Compró un spray de pimienta y comenzó a llevar consigo en todo momento. También se asegurará de nunca caminar sola por las calles después del anochecer y tratar de mantenerse siempre en compañía de alguien.
Sin embargo, el miedo y la paranoia comenzaron a afectar su vida diaria. Sarah no pudo fortalecer sus estudios ni en sus actividades de verano, ya que siempre estaba preocupada por su seguridad. Comenzó a tener pesadillas cada noche y se despertaba sudando y temblando.
La situación se volvió aún más tensa cuando Sarah comenzó a recibir notas amenazadoras en su buzón. Las notas eran escritas con letra temblorosa y amenazante, y la instaban a dejar Cedarville antes de que fuera demasiado tarde.
Sarah se sintió atrapada y asustada, sin saber a quién acudir. Sabía que necesitaba descubrir la identidad del asesino antes de que fuera demasiado tarde, pero no tenía idea de por dónde empezar. La pregunta que se repetía una y otra vez en su mente era: ¿sobreviviré a La Noche de los Cuchillos?
Editado: 13.04.2023