La noche de luna llena

Capítulo 6

Riley.

 

Me detuve en frente de mi casillero. Recargué la cabeza y me cubrí las manos. Ya era suficiente con que Tyler me persiguiera a todos lados mientras se le hacía la baba por mí. Aunque lo que más me ponía nerviosa, era tener a Stev Banehallow cerca.

Sentí el aroma de cada uno de los humanos en el instituto. Era sorprendente cómo podíamos aprender a controlar las ansias de matar y convertirnos.

—No puedes quejarte, va por ti en auto lujoso —se burló Dagda.

Rodeé los ojos.

—Y es licántropo... —agregó Mikasa.

—No repitan eso en alto —me quejé. —. ¿Cuántas veces se los tengo que repetir?

Mikasa y Dagda de cruzaron de brazos.

—Se que les gusta todo este mundo... Pero en lo personal, yo prefiero mantenerlo en secreto —respondí antes de que dijeran algo.

—Lo entendemos Ry, pero...

—No quiero aceptar a Tyler ni a ningún otro lobo que quiera sobrepasarse conmigo. —seguímos caminando.

Entrecerré los ojos al darme la vuelta, encontrándome con el pecho duro de Stev Banehallow.

Se veía serio.

— ¿Qué acabas de decir?

Tragué duro.

— ¿Tengo que repetirtelo? ¿En especial a ti?

¿Quién quiere sobre pasarse contigo Riley? —evitó mi burla.

« ¿Por qué te importa tanto Stev Banehallow...? »

—Nada. —dije al fin.

— ¿Nada? No te creo.

—Pues no me creas entonces —pasé a su lado.

Me detuvo del brazo.

Pude notar aquellos ojos cafés que me observaban hasta lo profundo de mi alma.

—No necesito repetir lo de la otra vez Riley...

—No lo repitas. —me solté.

~•~

Era una noche fría, cuando miraba hacia la ventana. Había hecho todos los deberes de hoy, ir a entrenar, ir a la escuela, excepto correr.

Solo pensaba en el maldito interés que tenía Banehallow...

«¿Qué es lo que quieres de mí? »

Me encaminé hacia el espejo, cuando escuché un ruido. Una piedra tocar mi ventana.

En seguida la abrí, y divisé a Stev.

—Mierda... ¿Qué estás haciendo aquí?

Subió por las escaleras de afuera y se adentro por la ventana.

Quería verte —musitó.

— ¡Pues yo no! —exclamé caminando hacia los lados.

Me asomé a la escalera, pero no vi ni a papá ni a ninguno de la manada.

—Me puedo meter en muchos problemas. ¿Qué carajos estás haciendo aquí?

—Tu padre acaba de salir. Pensé que podría visitarte, y de pasada que me explicaras sobre aquello de hace rato.

— ¿Qué? Yo no tengo por qué darte explicaciones.

—Dijiste que alguien quería sobrepasarse contigo. —se colocó delante de mí.

— ¿Por qué te importa tanto?

—Te lo dije, quiero concerte. —levantó las cejas.

—Yo no —rodeé los ojos. —. Así que deja de buscarme, por favor.

Me senté en la cama.

—Sé que no nos conocemos del todo...

— ¡Es que no nos conocemos!

Se quedó quieto. Sólo mirándome...

—En verdad, Stev. Yo no quiero que me sigas. Ni que me persigas. No intentes caerme bien porque...

El asintió.

—Mi intención no era molestarte...

—Yo sólo... Gracias por llevarme a la enfermería. No debiste hacerlo, yo soy fuerte...

—Lo sé.

Después desapareció por esa ventana. Verlo así hacía que me culpara a mí misma por todo lo que les hací pasar a él y a Tyler. Aunque Tyler era como era, él sabía las consecuencias de familiarizarse con muchos humanos. No podía permitir que alguien como Stev descubriera mi secreto.

¿Qué pasaría si lo hiciera? Mi padre estaría en peligro. Todo lo que habíamos construido se derrumbaría por un simple capricho.

~•~

Golpeé el colchón de boxeo una y otra vez. Estaba enfadada. Ni siquiera sabía por qué lo estaba. Quería mantener a todos los que amaba lejos de mí. Y eso incluía a Stev. Era esa sensación de que quería mantenerlo lejos de mí. Que no conociera a mi familia. Aunque ni siquiera sabía si a eso podía llamarse familia...

 

Eran una manada.

—Entrenas muy duro mujer —sonrió Ty colocándose la toalla sobre el hombro. Estaba sin camisa.

 

—Nosotros tenemos que entrenar muy duro, Tyler. —contesté normal. Era raro, porque siempre le hablaba mal...

 

Me satisface verte pelear —agregó.

— ¿Sí? ¿A ti o a tu cosa? —lancé un puño.

—Se podría decir que a las dos. Pero saliendo del tema, me gusta ver como dedicas tu precioso tiempo en la manada.

—Yo no lo hago por la manada, ni por complacer a mi padre y a todos ustedes. Lo hago por mí, por pasión, por saber ser una verdadera mujer.

—Tú para mí ya eres una gran mujer —comentó con sinceridad. —. Aunque no entrenes ni tengas ese cuerpo curvado y esas...

Alcé la mano para interrumpirlo.

—Basta —solté una risita. —. No necesitas darme detalles.

Él sonreía con su dentadura perfecta. De pronto ese era el Tyler que por muy adentro amaba, porque una que otra vez te hacía reír y no te hacía que te dieran ganas de matarlo.

 

—Tú eres una gran mujer Riley Wyvern —agregó.

—No necesitas halagarme.

— ¿Algún instinto de sobrevaloración?

—No hagas que deseé matarte...

Bufé.

De pronto ese tacto.

Esos sentidos que percibí a kilómetros.

Un olor a humano.

Pero estaba tan cerca...

~•~

Mi padre abrió la puerta. Habían dos oficiales de policía dispuestos a atacar con sus preguntas.

 

Por suerte solo estábamos nosotros tres en casa. Me pregunto que dirían si nos encontraran a todos juntos...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.