La noche de luna llena

Capítulo 12

Tarah.

 

Me introduje en el bar nocturno. Divisé de inmediato la última mesa y me encaminé hasta ella.

Tomé asiento y entrelacé mis manos. El encapuchado estaba frente a mí, acariciando la punta de su cuchillo.

—Hice todo lo que me pediste —comencé. —. No sé qué es lo que quieres que haga ahora.

El encapuchado clavó la cuchilla en la mesa y se puso de pie para irse.

—Yo no puedo interferir entre Stev y su protegida —me puse de pie.

Sus ojos oscuros me observaron.

—No voy a romper las reglas de la manada. Calis fue muy específico sobre lo que nos pasaría si llegásemos a cometer traición.

Me empujó y se marchó.

~•~

Los hombres me empujaron contra la pared. Oswald y Zack, uno de los nuestros. Colocó un cuchillo sobre mi garganta.

—No van a poder contra los Banehallow. Ellos controlan a toda la raza licántropo. Ni ustedes ni yo vamos a poder contra eso.

—Tú vas a hacer lo que nosotros queramos. —masculló Zack. —. El collar debe estar en nuestras manos. El híbrido no puede conseguir ninguna información sobre su origen. ¿Acaso no entiendes el peligro de todo esto? Licaón está vivo. Hace tiempo que dejó de buscar el collar.

Resh no va a obtenerlo tampoco, Zack. —lo empujé con furia.

El cuchillo cayó al suelo.

—Eres demasiado insípida, Garroway. —escupió Zack.

—No estamos aquí para esto —Oswald me dejó detrás de él. —. Haremos lo suficiente para conseguirlo. Sólo necesitamos más tiempo.

— ¿Qué? Nosotros no somos niñeras de un jodido collar.

—Te recuerdo —me apuntó con su dedo adelante de Oswald. —, que sin mí no seguirían vivos.

—Unirnos a Resh fue lo más estúpido que hicimos en la vida.

—Cállate Tarah —me amenazó Oswald. —. Cállate sino quieres que lastimemos a Stev.

—Dejen de meterse con Stev —inquirí con enojo. —. Es sólo un inocente más de sus redes. Estoy segura de que nos entregará el collar. No tenemos porque quitárselo a la fuerza...

—Aquí tu sigues mis órdenes —Zack me tomó del cuello.

—Suéltala idiota —lo apartó Oswald. —. No te atrevas a volver a ponerle una maldita mano en cima.

Es fácil obtener lo que queremos. Por mí mataría al híbrido de una buena vez. —masculló.

—Stev no es un híbrido. No vuelvas a llamarlo así Hijo de...

—Ninguno de nosotros tiene la misma transformación de un humano y un lobo. —bufó. —. Nosotros nos transformamos por completo. Nuestra genética es a causa de nuestros antepasados. Nuestros descendientes también. Pero esa cosa a la que llamas lobo, no es más que un maldito híbrido al que tanto defiendes.

Sacó su teléfono y comenzó a teclear un número. Pero nadie respondió.

—Su orden es encontrar el collar. Volveré, y para entonces, lo quiero en mis manos. No quiero éste tipo de escenas a fuera de un bar nocturno. Y Oswald, cuida a tu perrita de los Banehallow.

~•~

 


Intenté acercarme a Tyler, pero cada vez me ignoraba. No me miraba. Sólo se iba de todo el lugar en el que me encontraba por el resto de la noche.

Tomé su brazo con fuerza y lo volteé hacia mí. Estaba tan cerca que podía sentir su respiración.

Escúchame —musité. —. Sé que la he regado...

—Eres... Increíble... —bufó.

—Lamento todo.

—Ja' —se burló. —. ¿Es por eso que a mí no me quieres?

Yo te quiero Ty.

—Pero como tu gata Riley. —rodeó los ojos. —. ¿Es porque todo este tiempo mientras te dedicaba mi vida, suspirabas por él?

—Yo no suspiraba por él.

— ¡Entonces por otro idiota! Pero el caso era no amar a alguien que siempre te ha amado. Nunca darme una oportunidad.

Yo siempre fui alguien que se preocupaba por terminar la preparatoria y entrar en el equipo de Béisbol. —suspiré. —. Ahora sólo me preocupo por mi manada desde que cumplí los dieciséis y me convertí completamente en una de ustedes. El cambio es nuevo en mí.

—El maldito cambio siempre ha existido en ti. —estaba a punto de irse, cuando sostuve su rostro sobre mis manos.

—Yo te quiero —expliqué. —. Pero...

'Pero sólo como amigo Ty' —me empujó. —. ¿Sabes una cosa Ranita? Eres el maldito amor de mi miserable vida. Me vale una madre si suspiras por otro wey. Yo voy a hacer que seas mía. Que seas mi luna. Y si necesito arrebatar una vida, lo haré.




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