La noche de luna llena

Capítulo 14

Riley.

 

Mikasa estaba a mi lado derecho en la banca. Mientras Dagda jugaba un partido de béisbol y nosotras le echábamos porras.

Pude notar la tención entre yo y Stev. Algo ocurría. Algo estaba ocurriendo en nuestras vidas. «Algo insensato y sin una coordinación normal »

—Puedo sentirlo Riley Wyvern. —miré a Mikasa confundida. —. No puedes engañarme, niña. Cuéntame todo acerca de tú y Stev.

—Entre Stev y yo no hay...

No hay nada más que una atracción irresistible. Debes aceptar que algo ocurre.

Es que todo parecía cuadrar. Me agrada Stev. De una manera desconocida... Es ese deseo de tenerlo tan cerca...

— ¿Y por qué no está aquí ahora pidiendo que se revolquen en el cuarto del conserje?

—Tyler es un idiota. Es por eso que no puedo estar tranquila nunca. —ignoré su comentario.

— ¿Otra vez está soltándo directas? Es un patán. Su ex lo votó por mucha manoseadera en la casa de su familia.

— ¿Y tú cómo es que sabes esa información?

—Los Rashgarroth tenemos sentidos más allá de todos los sentidos.

Y eso que soy hija de un hombre muy importante...

—Oye —me abrazó. —. Sí Stev te quiere, si al menos se digna a pensar en ti, va a luchar por ti.

—Es un Banehallow. —protesté.

—Zev también es un Banehallow. Y se ve tan sexy cada vez que se ducha...

Creeme que no quiero saber esa información —me reí un poco.

Admirando cada parte perfecta de Stev. Cada músculo de sus brazos, cuando dejaba ver su tatuaje cerca de su brazo; con aquel símbolo que me fascinaba tanto.

Stev era diferente. Diferente al tarado de Tyler. Incluso de sus hermanos. Stev era el sueño perfecto de toda mujer.

Al lanzar la pelota, agitado y sudado, decidió mirarme. Para luego volver a apartar su vista y concentrarse en el juego.

~•~

Tiré el periódico sobre el sillón donde se encontraba Ty. Aquel dejó sus palomitas en la mesita y su refresco; también le puso pausa a su película de acción preferida, misión imposible: Protocolo fantasma.

—No entiendo por qué te odio de esa manera en la que deseo que te quites del sofá y me pongas atención. —musité molesta y empujé sus piernas para sentarme decentemente.

—Yo sí. Entiendo que me desees, Riley. Pero estoy ocupado en este momento.

¿Y? Esto es más importante que una misión de ladrones y espías. Esto es serio.

Tyler tomó el periódico entre sus manos.

Frunció el cejo al ver la noticia.

Carlotta Spices ha sido encontrada muerta esta mañana —siguió leyendo. —. Un ataque desconocido. Podría ser animal. Toda su... Piel fue devorada, dejaron restos, por eso se hizo comprobable la identidad del cuerpo.

—Extraños y atroces asesinatos son reportados cada día, pero las heridas eran totalmente anormales. —señalé la marca roja en la hoja. —. Se encontraron cadáveres aplastados, desmembrados, y con una herida grande como si se tratase de un animal, e incluso se encontró un esqueleto humano, como si hubiese sido devorado. La policía busca de manera desesperada para atrapar al asesino, pero los resultados de su búsqueda son irrelevantes.

— ¿Sabemos de qué cosa se trata? —preguntó preocupado.

—Al parecer se trata de alguien que desconocemos —parpadee rápidamente. —. O que tal vez conocemos.

Ty se levantó de inmediato del sofá.

—Deben ser la manada de la que hablaste. No hay manera en que uno de nosotros haya cometido cierto sadismo...

Me puse de pie a su altura.

—No. —lo miré a los ojos. —. Mejor, comienza por explicarme qué es lo que sucedió entre tú y Stev.

—Ahora no es el momento de hablar de ese idiota. Riley, hay cosas allá afuera. Necesitamos detenerlos.

—Al único que voy a detener esa a ti. Dime qué tanto le dijiste a Stev.

Pude sentir como su cuerpo se tensaba. Estaba nervioso.

—No hay nada que no le hubiera dicho. —contestó.

— ¿Qué le has dicho Tyler? —mascullé.

Aquel suspiró.

Todo lo posible para que huyera de ti. Para que supiera el fenómeno que eres. Y no comiences con que soy 'el peor monstruo de tus peores pesadillas' porque no estoy de humor para aguantarte. Debes entender que ese idiota del que estás enamorada, Nunca Será Tuyo. Porque tú eres mía. Y ni tu ni nadie, Riley, va a cambiarlo.




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