El silencio cae sobre la cueva al borde del derrumbe absoluto cuando Thorian entra. Mi cabeza está llena de preguntas mientras anda por el pasillo principal con mi indefensión a un lado y Alara al frente con un revólver en mano y rastreando con su mirada penetrante y su expresión impasible observa cada movimiento de Thorian mientras yace en la cueva. Su rostro revela poco de sus pensamientos, pero la que tiene expresión de verse realmente sorprendida de la líder de esta comuna refugiada quien verdaderamente no sale de su asombro.
–Has regresado–murmura Alara–. Pensé que no sobrevivirías a una situación así. Es extraño, ¿no? El dragón se va, tu regresas prácticamente ileso y ya es la segunda vez que consigues enfrentarlo sin sufrir daño alguno en el intento.
Thorian asiente con cansancio, su rostro sombrío y fatigado evidencian que no ha sido una labor sencilla.
–Alara–intervengo–. Thorian es un luchador de primerísimo nivel, si realmente lo vieras cómo pelea y el entrenamiento experto que ha forjado a lo largo de toda su vida, entenderías cómo es que ha podido conseguirlo.
–¿Qué clase de entrenamiento te permite sobrevivir a un dragón hambriento y embravecido que acaba de salir luego de más de treinta años en un dudoso cautiverio?
–No entiendo a qué vas con lo de dudoso–murmuro, sintiendo que hay una parte de la historia que me estoy perdiendo.
–Lo hice–responde simplemente mi vikingo guerrero con su voz cargada de una mezcla de agotamiento y determinación–. Sobreviví, estoy acá y lo mejor sería que nos larguemos de una vez, Alara. En este lugar hay desprendimiento de roca.
–¿Existe acaso un lugar seguro donde podamos ir?
–Quizá solamente debamos salir y punto. Esto es un paso a paso.
–No hasta que me cuenten toda la verdad.
Una nueva roca inmensa vuelve a cae, destrozando esta vez algunos catres que me provocan soltar un grito de horror.
–¡Por favor, tenemos que marcharnos!–le pido a Alara.
Ella sigue con su revólver en alto y lo apunta directo a mi frente mientras se miran cara a cara con Thorian.
El silencio que sigue es abrumador. Mis ojos buscan los de Alara, pero están echando chispas con los del vikingo y permanezco en busca de alguna señal de lo que está pensando, pero su expresión permanece inescrutable, sus pensamientos ocultos a la vista de todos.
–¿Por qué has sobrevivido dos veces ante un encuentro con un dragón?–pregunta Alara, con un severo tono de sospecha–. No puedes esperar que creamos que es simplemente suerte, no hay entrenamiento conocido sobre los secretos de esa criatura que permita sacar con vida a alguien, su fuego consume todo de manera inmediata.
Thorian vacila por un momento, su mirada encuentra la mía en busca de consuelo y comprensión. Me siento impotente ante su dilema, mi corazón ahora está partido entre la lealtad hacia él y la necesidad de conocer la verdad detrás de sus acciones porque también estoy comenzando con mis dudas, pero creo que podemos someterlas en juicio una vez que dejemos de tener un montón de tonelada rocosa sobre nuestras cabezas pendiendo de un hilo.
–Por favor…–le digo a él como si le pidiera en una súplica. El arma de Alara se agita cuando quita el seguro y estoy entregada a mi suerte.
Thorian asiente con resignación, su expresión permanece sombría mientras se prepara para revelar su secreto más oscuro el cual me deja a mí misma bajo un manto de incredulidad y cierto desdén por la traición de tamaño secreto:.
–Fui entrenado como un jinete de dragones–confiesa finalmente con su voz llena de pesar y remordimiento–. Fui parte de un programa secreto del gobierno, diseñado para crear guerreros capaces de controlar a estas bestias temibles, pero ya no pertenezco a él, me rebelé junto con otros guerreros que nos inmiscuimos en la comuna del general y todos los guardianes del presidente alrededor. Si el presidente domina al dragón, dominará más allá de las fronteras con un poder despiadado que no se le puede permitir.
Mi cabeza comienza a desvariar mientras recuerdo cuatro palabras que me marcaron a fuego desde que llegué a la comuna anterior.
Nova me lo dijo.
Ella ya lo sospechaba.
“Traidor a la patria.”
Ella intentaba protegerme porque sabía que Thorian no era de los suyos… Un momento. Nova es parte de ese equipo.
Y también…
–Imagino que tal rebeldía solo es posible con un traidor en las arcas del poder muy cercano al presidente–asevera Alara. Luego me mira a mí–: No me digas que no sabías. Lo sospeché desde el primer minuto que llegaron.
Baja el arma.
Pero luego apunta a Thorian:
–El peligro siempre fuiste tú.
Y dispara.
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Editado: 29.10.2024