Va de nuevo a su habitación, despidiéndose con un sublime Adiós y robándome un beso inesperadamente. Abro los ojos como platos cuando los de él están cerrados y sus labios pegados a los míos. Esto es un acto de un adolescente enamorado, no el de un joven que tiene mucho poder en las manos. La sorpresa no me disgusta, me asombra por al contrario. Pienso en que su padre debe haberle negado el placer de ser un adolescente normal colocándolo a la cabeza de esta organización.
Aturdida y un poco confundida soy incapaz de eliminar la sorpresa de ese comportamiento de mi rostro. Recapacito en los errores que he cometido y de repente la expresión de sorpresa cambia a una expresión de angustia por saber lo que el destino me tiene deparado. No voy a ir a una cárcel o a una muerte segura sin antes haber acabado con las personas que fueron en un tiempo malas conmigo, tengo que ocuparme de matar a la maestra que hizo de mis estudios en el preescolar un infierno. Primero tengo que saber dónde vive, dónde trabaja, que ha hecho de su vida, necesito información; sin otra alternativa, esa información con seguridad me la puede dar Marcelo. Sus labios se despegan y comprendo que he pensado eso en un santiamén.
~ ¿Te sientes bien? ~ pregunta al ver mi repentino cambio en una angustia extralimitada.
Vacilo un momento antes de responder. Debo hacer algo rápido que desvié mi angustia y desesperación de sus ojos.
~ Sí, Marcelo ~ digo apenas audible.
~ Está todo bien entre nosotros ¿cierto? ~ pregunta un poco desconfiado por lo que siento hacia él.
~ Sí… ~ respondo para aliviar su duda. Esa pregunta hace que desconfié en lo que en verdad siento por él, nunca antes había pensado en ello hasta hoy, es cierto que siento algo por él, pero ¿qué es lo que siento por él? No es amor, no es cariño, no es amistad. ¿Entonces qué es?; a mi edad es normal enamorarse de un compañero de estudio, ser novios, dejar de serlos y punto final. En este caso, en mi caso es todo un enredo, todo inicio con una venganza, con obtener el poder que tiene, con ser mucho más que una simple y común persona, es eso lo que me llevó a sentir algo inexplicable por mi jefe. No debería seguir con esto cuando mis sentimientos no están definidos. Soy una niña, bueno una adolescente trastornada por unos demonios que consumen su alma, su cuerpo, su mente y todo dentro de ella, es tan simple ¡Esa es mi historia! Pero nada en esta vida tiene sentido. ~ Sí está todo bien entre nosotros.
~ Me alegra saberlo.
A mí no tanto, no sé lo que siento por ti, y espero descubrirlo pronto para aclarar todos mis sentimientos.
~ Marcelo. ¿Puedo preguntarte una cosa pequeñita? ~ digo colocando la punta del índice con la punta del pulgar, dando una señal clara de pequeñez con los dedos.
~ Por supuesto.
~ ¿Puedes saber el paradero de una persona y conseguir información acerca de ella?
~ Ciara Alejandra Müller Vidal, nacida el trece de octubre del año mil novecientos noventa y seis, a las 13:00h en la Colonia Tovar. Padres: Nidia Vidal y Rüdiger Jr. Müller, nacidos en Venezuela. Abuelos Paternos: Rüdiger Müller y Sabina Peitz de Müller, nacidos en Berlín, Alemania. Abuelos Maternos: Benigno Vidal y Viviana Alsina, nacidos en Venezuela ~ contesta. ~ Obvio que puedo conseguir la información de la persona que desee.
~ ¿Cómo sabes todo eso de mí? ¿Cómo puedes tener esa información? ~ digo elevando un poco la ceja izquierda.
~ Sé mucho más de ti, conozco tu vida entera. También sé que tus abuelos maternos fallecieron.
Tiene razón, los padres de mi madre fallecieron antes de que naciese, a raíz de sus muertes mi madre abandonó la ciudad donde residía, y se mudó a Maracay estando embarazada de mi acompañada de mi padre, pasé los primeros tres años de vida en Maracay, luego nos mudamos a Caracas por un año y luego a la Colonia Tovar donde viví hasta hace un tiempo.
~ Dime que más sabes detective Marcelo.
~ ¿Puedo leerte tu acta de nacimiento si quieres, o la de tus padres, puedo decirte cuantas veces te mudaste de estado, en cada uno de los colegios en los que estudiaste, en las residencias donde viviste?
~ No es necesario ~ digo esbozando una pequeña sonrisa.
Entiendo todo ahora, como sabe tanto de mí, como sabe dónde vivía entre otras cosas. Para él conocer la vida de cualquier persona que le interese es tan fácil, que es por esa misma razón que necesito que me ayude.
~ Marcelo si te pido un favor ¿lo harías? ~ digo en tono inocente e infantil.
~ Por supuesto, ¿qué quieres?
~ Podrías investigar a alguien, su nombre es Olivia García.
~ Claro, pero tienes que decirme quién es esa mujer antes.
~ Fue mi maestra cuando tenía cinco años.
~ ¿Para qué necesitas saber de ella y qué quieres saber de ella?
~ Solo ayúdame con eso, yo te lo explicaré todo después.
~ De acuerdo. Hablaré con unos amigos de mi padre y te haré conocer toda la vida de esa mujer.
~ Gracias ~ besándolo en la mejilla.
Recostada en la deliciosa cama, cubierta con sábanas de satén inhalo el aroma de la victoria adelantada. Un día juré que tarde o temprano las personas que me hicieron el mínimo daño terminarían muertas por mis manos y lo estoy cumpliendo. Primero fue Georgina, luego Lisbeth y para terminar será mi imbécil maestra. Las demás personas a las que mate fue porque era mi trabajo o se entrometieron en el peor momento.
Editado: 07.08.2021