La Novia de la Rosa Negra.

Capítulo 1 – El Jardín de las Rosas Muertas.

Título de la historia: La Novia de la Rosa Negra
Género: GL · Fantasía oscura · Romance · Realeza · Maldición · Traición

Capítulo 1 – El Jardín de las Rosas Muertas

La niebla se alzaba como un velo gris sobre los jardines de Kareth, el reino olvidado. Bajo un cielo perpetuamente rojo, donde el sol parecía sangrar cada día al amanecer, se alzaba una capilla abandonada, cubierta de espinas negras y pétalos marchitos. En su altar marchito, entre las sombras vivas del bosque, dormía una figura vestida de negro… con rosas escarlata bordadas en su piel.

La llamaban La Novia de la Rosa Negra, aunque nadie recordaba su verdadero nombre.

En la ciudad capital de Elouren, a muchos kilómetros, Lady Serelis, la joven heredera del ducado de Merden, se preparaba para ser enviada al Castillo del Norte. A sus diecinueve años, la noble estaba comprometida por decreto real con el Príncipe Elden, un hombre cruel al que nunca había amado. Serelis, con su cabello como la miel quemada y ojos de otoño, era todo lo que un cuento de hadas podía soñar… menos sumisa.

—¿Por qué debo casarme con alguien que no conoce la música del viento, ni el dolor de los libros olvidados? —murmuró, mientras quemaba las cartas del príncipe en su chimenea.

Aquella noche, los cuervos sobrevolaron su torre. Uno de ellos dejó caer una flor negra, perfecta, fresca, imposible. Una rosa. Y junto a ella, un susurro dentro de su cabeza:

"El destino ha despertado. Ella aguarda en espinas, vestida para el final del mundo."

Esa misma noche, impulsada por el fuego de la rebeldía y el deseo de escapar de su jaula dorada, Serelis montó su caballo y cabalgó hacia el norte prohibido. Rumbo al reino donde nadie regresaba. Al bosque de las doncellas malditas.

El camino estaba envuelto en sombras, pero la flor negra guiaba sus pasos.

Horas después, llegó a la antigua capilla… y allí la vio.

La figura dormía erguida, inmóvil, como una estatua esculpida en tristeza. Vestía de luto y gloria, con labios que parecían haber besado veneno y ojos cerrados que ocultaban mil inviernos.

Serelis se acercó, sin entender por qué sus lágrimas comenzaban a caer.

—¿Quién eres…? —susurró.

Y al tocarla, las espinas florecieron de nuevo.
La Novia abrió los ojos.

Rojos. Eternos. Tristes.

—…¿Eres tú… la nueva promesa rota?



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En el texto hay: gl, romance, realeza y nobleza

Editado: 18.05.2025

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