La Novia de la Rosa Negra.

Capítulo 4 – Las Voces del Bosque.

Capítulo 4 – Las Voces del Bosque

El amanecer nunca llega al Bosque de las Rosas Negras. El cielo sobre la capilla permanecía perpetuamente cubierto por una niebla espesa, teñida de rojo y gris. Y sin embargo, Serelis sentía que algo nuevo palpitaba en sus venas. Un pulso antiguo. Ajeno. Vivo.

La Novia la guió fuera del altar, sus pasos ligeros no tocaban la tierra, como si flotara sobre las espinas. A su paso, las plantas se abrían con respeto... o con temor.

—Desde hoy, aprenderás a escuchar —dijo la Novia—. Este bosque te hablará, te probará, te tentará. Si no eres digna, te devorará desde adentro.

—¿Y si lo soy?

La Novia giró lentamente la cabeza, su expresión impasible.
—Entonces quizás sobrevivas a ti misma.

Mientras caminaban, las sombras se hacían más densas. De entre los árboles, figuras comenzaron a observarlas. Criaturas marchitas con formas humanas y rostros sin boca, antiguos moradores del pacto roto. Espíritus de prometidas olvidadas. Todas las que fracasaron.

—¿Quiénes son?

—Las que vinieron antes. Algunas buscaban poder. Otras, redención. Todas fallaron.

Una de ellas se acercó. Su vestido estaba hecho de pétalos podridos y su cabello flotaba como algas en agua estancada. Estiró una mano hacia Serelis, pero al ver la marca en su cuello, retrocedió de inmediato.

—Te reconocen —susurró la Novia—. Eso no significa que te acepten.

—¿Por qué yo?

La Novia no respondió al instante. Se detuvo frente a un lago oscuro, donde las aguas reflejaban no el cielo, sino los recuerdos. Allí, Serelis vio un retazo de su pasado: su padre sellando su destino con un anillo; su hermana sonriendo mientras la traicionaba; una habitación cerrada con flores blancas y palabras vacías.

—Porque tú llegaste con odio verdadero.

Serelis apretó los puños.

—No quiero venganza. Solo… libertad.

—Y para conseguirla, deberás amar. Amar como yo amé. Amar hasta romperte.

Un silencio cayó entre ambas. La Novia extendió su mano hacia las aguas.

—Mira.

Y entonces Serelis vio: una visión del futuro. Ella, con un vestido hecho de espinas vivas, alzando la mano contra un trono de jade. A su lado… la Novia, cubierta de sangre.

Serelis se apartó bruscamente.

—Eso no es libertad.

—No. Pero es el precio de alcanzarla.

El bosque rió. Las voces de las prometidas muertas susurraban entre los árboles.

Una nueva historia había comenzado. Y ya no había regreso.

¿Les gustaría que sigamos con el Capítulo 5?



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En el texto hay: gl, romance, realeza y nobleza

Editado: 10.06.2025

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