La novia del alfa

El nuevo amor del alfa

Pov Rowen

Se sentia completamente solo.

Rowen solo una vez se habia enamorado en su vida, el amor de su vida habia sido Virginia, la primera vez que la habia visto fue en la fiesta de cumpleaños de Rosaura su hermana mayor, inmediatamente cayo rendido a sus pies, a pesar de que el era doce años mayor que ella no les importó la edad,  y ella el se habian enamorado un sentimiento que solo se vive una vez en la vida cuando encuentras a la persona indicada, esa noche se escaparon y se casaron en secreto por el civil sin el permiso de sus padres.

Virginia estaba rebosando de la felicidad cuando vio lo que habia hecho, se sentia como una niña pequeña que habia robado su primera galleta salida del horno. Nunca habia creido en las almas gemelas pero desde que la vio sentio que ella estaba destinada para el. La llegada de Xavier fue como la primera brisa de invierno, Virginia estaba cansada y pálida pero todo eso cambio cuando vio aquel pequeño cachorro de seis kilogramo aullando en voz baja por sentir el calor de su madre, Virginia sonrió emocionada y abrazó a Xavier con mucho amor.

Nadie me habia dicho que ser padre iba ser fácil, Xavier era un cachorro muy inquieto, era muy curioso y todo se metia a la boca para probar los sabores y colores que habian a su alrededor, a pesar que habian personas que ayudaban a mi esposa, nunca era suficiente. Siempre la encontraba con el cabello revuelto y la mirada cansada mientras que Xavier dormitaba entre sus brazos y se embriagaba de su olor a vainilla. Tenia a la familia perfecta sin saber que luego de unos años, una hermosa omega visitaría mi hogar pero se llevaría lo más importante para mi.

- ¿Estas embarazada de nuevo?. - Pregunté sorprendido. - ¿Estas segura que no es mala digestión o puede ser gastritis?. - La abracé mientras Virginia negaba. - No es nada de lo que estas diciendo y ya se lo que estás pensando, Xavier ya no estan inquieto bueno al menos asi nos engañan sus maestros. - Rio en voz baja. - Me he sentido un poco mal además que mi olor ha cambiado mucho. ¿No lo has notado?.

Claro que lo habia notado. Su olor se habia vuelto más dulce y habia empezado a tejer pequeñas bufanda y calcentines para la llegada de un nuevo cachorro, la conocia a la perfección solo que por una extraña razón me sentía angustiado con su nuevo embarazo. Besé la mejilla rosada de mi esposa y suspire.

- Estoy muy feliz de la llegada de mi cachorro, y será igual de bella que tú.

Una beta llego pidiendo trabajo a la mansión con su hijo pequeño, su nombre era Giovanni esa omega ayudaba a mí esposa con algunas cosas basica, y el niño jugaba con Xavier. El embarazo habia sido complicado para ella, se sentia cansada al caminar y siempre vomitaba cada vez que comia, su rostro habia cambiado mucho pero a pesar de que se sentia falta nunca dejaba de sonreir y cantaba canciones de cuna a nuestro cachorrito. Una noche mientras le daba masaje en la espalda a Virginia se quedo en completo silencio cosa que me pareció raro, siempre sonreia o hablaba de cualquier cosa, me levanté de la cama y observé sus ojos, sabia que estaba ansiosa quizás porque estaba a unos días de que naciera nuestra hija.

- ¿Que te sucede mi amor?, ¿Te duele algo?.

Virginia negó en silencio y tomó mi mano.

- Sabes nunca conoci a mi mamá biológica. - Habló con tristeza. - Aura no era mi mamá biológica sino mi madrastra. - Abri los ojos ante sus palabras, todo este tiempo que llevabamos casados nunca habia hablado de ese tema, y la verdad habia quedado sorprendido. - Mi nombre es de mi abuela que se llama: Virginia pero mi mamá se llamaba: Valentina, asi que te pido que si dado caso no sobrevivo al parto, le pongas asi a la niña y le des todo el amor que yo quizás yo  no le pueda dar.

Abracé a virginia mientras lloraba como un niño pequeño entre sus brazos, esta solo se dedico a abrazarme y a susurrar palabras de amor. El parto habia sido duro para Virginia pero por fin tenia entre mis brazos a mi hermosa cachorrita, su cabello era identico al de su mamá, pero lamentablemente habia nacido prematura asi que paso unos dias en el hospital, luego la casa se habia llenado de alegria con la llegada de Valentina, Xavier pasaba horas llenando el cuerpo de su hermanita con su olor a lo que Valentina gemia a gusto con el olor, pero Virginia no era la misma. Lo que habia comenzando con desmayo, y náuseas habia terminado con fuertes dolores de cabeza creyendo que era migrañas.

A los dos meses lamentablemente se estaba iendo de este mundo.

La soledad habia inundado mi vida pero los único que le daban vida para que siguieran adelante eran mis hijos. Verlos crecer fue la  parte más dura, saber que ya no iban detrás de mi para que les atará los cordones de sus zapatos o consolarlo después de que tuvieran una pesadilla,  o ser su sosten cuando se caían mientras jugaban. Me dolia ver como hacian su vida y yo estaba muriendo en mi soledad de no volver amar de nuevo.

- Te extraño mucho Virginia.

 

(........)

Conocía perfectamente la naturaleza fiestera de los hermanos Ferrari, y la verdad no estaba de ánimo de festejar mi cumpleaños 54, daba gracias a Dios de estar con vida pero a veces me decepcionaba al ver a la cara a el sinvergüenza y ademas de un mujeriego como Xavier quien ahora tenia una "Novia", y ver lo caprichosa que se habia convertido Valentiana y me arrepentía de haberla mimado con locura por el hecho que era identica a su mamá. Observé a los dos hermanos mientras sorpresivamente estaban desayunando conmigo, alce la ceja y vi la sonrisa emocionada de Valentina y la emoción en los ojos de Xavier.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.