La novia del alfa

Sin escapatoria

Xavier observó desde lo lejos a su hermana quién no se había sentado ni un momento desde que había puesto un pie en el hospital, las feromonas de Valentina estaban alterada por todas las noticias que había recibido, primero lo de su pareja y luego de Rowen. El alfa menor abrazó a su hermana para calmarla con sus feromonas. Valentina sollozó en voz baja y correspondió el calor que le estaba brindando su hermana para tranquilizarla, Xavier solo estaba esperando que el doctor dijera algo de la salud de su papá y dependía de lo que llegará a decir que ambos hermanos actuarían. Catalina por otra parte no sabía que hacer, la tensión en la familia era demasiado alta, no tenía ni la más mínima idea en cómo ayudar. La omega se hacía una idea de lo que podía pasar si Rowen falleciera, automáticamente Xavier sería el patriarca por el ser el único varón de la manada, pero todavía su pareja no se sentía preparado para llevar esa responsabilidad. Un hombre alto y de cabello castaño oscuro se acercó a los hermanos, Valentina lo miró con ojos lloroso.

- ¿Qué pasa con mi papá?, ¿Cómo esta su salud? - Preguntó Valentina desesperada casi al ataque de ansiedad, Xavier buscó la mano de su hermana y trató de calmarla nuevamente. 

- La condición de su papá es estable, solo quiero decirle algunas cosas que encontré en alguna de las pruebas que realizamos, ¿Me pueden seguir señores? - Habló con sequedad el doctor.

Xavier buscó con la mirada a su pareja, extendió su mano izquierda para que la tomará esta lo tomó y Xavier caminó a lado de las dos mujeres que el más amaba. Valentina entró primero seguido de Xavier, y Catalina el doctor miró con recelo a Catalina.

- Solo puedan estar en el consultorio la familia del señor Ferrari. - Miró con molestia a Catalina, en ese momento la omega se dio cuenta que era un alfa que no soportaba a los no sangre pura como él. - Espera afuera omega.

Xavier se levantó de su asiento y golpeó la mesa molesta.

- Ella es mi pareja y si ella quiere sentarse en tú mugrosa silla lo hará. - Respondió Xavier molesto mientras el color de sus ojos cambiaba a uno más oscuro, Valentina trató de tranquilizarlo. - ¿Quieres que te enseñe a quien debes respetar?

El doctor suspiró y negó.

- No me interesa su vida personal. - Bufó serio y extendió unos exámenes. - Prosigamos a la verdadera razón por el cual los traje, encontré que el señor Rowen cuenta con una grave desnutrición, y una anemia profunda, solo quiero hacerle una pregunta, ¿Su papá bebe algún medicamento o té?

Ambos hermanos negaron.

- Es que encontré la combinación de tres plantas venenosa que solo se le da a los perros, esa son: Azalea, ciclamen, narciso. - Habló en doctor preocupado. - Son tres plantas que juntas pueden causar la muerte rápidamente en una persona por los efectos secundarios que contiene, la verdad estoy sorprendido de la fuerza que tiene su papá porque a esta hora ustedes estarían llorando por él. ¿Usted saben si tiene tendencia a depresión o suicida?

- ¡Por supuesto que no! - Exclamó seria Valentina. - Mi papá es un hombre en sus cinco cabales, por favor haga lo que sea para que se recuperé, no importa el dinero solo queremos a nuestro papá con vida.

En eso la puerta del consultorio se abrió de sorpresa una enfermera entró con efusividad.

- ¡Doctor el señor Rowen está convulsionando!

El doctor salió corriendo a la habitación en dónde se encontraba el alfa, Valentina se quedó congelada en su lugar cuando vio a su papá entre tantos médicos, Xavier cubrió los ojos de su hermana y la abrazó mientras la omega se desvanecía entre sus brazos.

- Catalina quédate con Valentina yo haré algo. - Habló Xavier con tranquilidad mientras observaba su hermana dormir en una de las camas del hospital, besó la frente de su pareja. - Cualquier cosa, recuerda que te amo mucho, eres lo mejor que me pudo haber pasado en mi vida, y lamento mucho que te haya involucrado en esto. - Sonrió. - Me hubiera gustado conocerte de otra forma.

Catalina tomó la mano de la mano de Xavier y sintió su corazón partirse en dos.

- ¿Por qué me dices esto?. - Preguntó con tristeza Catalina. - Hablas como si te estuvieras despidiendo de mi para siempre, ¿Qué piensas hacer Xavier? - Sollozó. - Te recuerdo que somos una pareja, lo que te a ti te pase a mí me afecta porque eres la persona que más quiero, y no me arrepiento de haberte conocido, es más volvería aceptar ese trato todas las veces si así fuera necesario.

Xavier besó los labios de Catalina y sonrió.

- ¡Te amo Catalina!

Xavier se dio la vuelta y salió de la habitación, la omega limpió sus lágrimas mientras que Valentina hablaba entre sueños, abrazó a la omega menor.

- Todo estará bien.

 

                                                                           (.......)

 

Xavier abrió la puerta de la casa y sintió un olor suave a naranja, siguió el olor y entró al estudio de su papá en eso vio como la foto de su mamá había sido partido por la mitad, el alfa rugió al ver la reliquia de la familia en dos, escuchó como la silla de su papá se daba la vuelta en eso vio la sonrisa divertida de Amanda.

- Virginia era sin duda alguna una mujer muy hermosa lástima que su belleza se marchitó al igual que una flor, la insoportable de tu hermana es idéntica a ella, pero no vengo hablar de eso, me imagino que ya leíste el documento que te dio Christina para que ahora recuerdes que la fortuna Ferrari está en nuestra manos y que tú y la mimada de Valentina ya no tienen nada que ver. - Sonrió. - Christina es mi hija amada, desde pequeña la eduqué para que siguiera mis pasos y se casará con un hombre de dinero como yo lo hice, te voy a dar un consejo porque me caes bien Xavier. - Amanda tomó un bolígrafo y lo puso delante del alfa. - Lo más maduro es que firmes y te vayas, ya le enseñé a tu hermana de lo que soy capaz, y lo mismo haré con la zorra que tienes por pareja y tú familia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.