La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 5: Firmando un Contrato

Briane:

“¿Lo dices en serio?”

“Pues si tu oferta iba en serio, pues sí.”

“¡Pero claro que sí!”

“¿Podrías ir a mi casa en media hora? Tenemos que hablar algunas cosas bastante importantes.”

“Ok.”

“¡Perfecto! Entonces nos vemos pronto. ¡Besos!”

 

Ya no hay vuelta atrás,  Lucia Gates...

Dijo aquella voz en mi cabeza. Y sí. Eso lo sabía muy bien.

***

Media hora después...

-No sabes lo feliz que estoy de que hubieras venido. A Henry le ha encantado mi idea y su equipo de relaciones públicas aprobó todo.-Briane y yo estábamos sentadas en un mueble de cuero que estaba en su gigantesca habitación de color rosa.

-Eso está bien.-dije no tan emocionada como ella hablaba.

-¿A que sí?-sonrió.- Si el plan funciona, te voy a deber una bien grande.

-Exageras, Briane.

-No, no estoy exagerando. Solo te estoy siendo sincera. Primero lo primero, te voy a explicar cómo va a funcionar todo esto.

-Te escucho...-le dije para que lo supiera. No quería que ella pensara que la estaba ignorando todo el tiempo que hablaba y solo me mostraba sus blanquecinos dientes mientras lo hacía.

-Vamos a reunirnos con Henry y firmaremos el contrato hoy mismo. Sus agentes te pagarán semanalmente y vas a disfrutar de los beneficios de ser su “novia”.-dijo la última palabra con una sonrisa pícara en sus labios pintados de un rojo pasión. Eso me motivó a preguntarle más sobre los tales beneficios.

-¿De qué tipos de beneficios hablas?

-Pues se te dará una tarjeta de crédito platinum, tendrás acceso a varios eventos exclusivos. Oh, ¡hasta podrías ir a la alfombra roja de cualquier premiación! El sueño de cualquier chica, eh. También tendrás oportunidades de poder establecer varios contactos en las redes sociales y muchos, muchos y muchos beneficios más. Podrás conocer a gente rica que hasta te podría conseguir algún trabajo en alguna empresa importante.-La escuché detenidamente.

-En serio esto parece demasiado bueno para ser cierto.

-Es porque es bueno y también cierto. Esto es algo que nos conviene a las dos, Lucy.-sus ojos azules me miraron diciendo a su vez “todo esto depende de ti.” “Mi futuro y el tuyo.”

Y era cierto.

-Bueno... si tú lo dices.

-Me habías dicho que conociste a Henry hace poco, ¿no es así?-le conteste con un simple “ajá”.-Pero cuando le dije tu nombre me dijo que no lo recordaba de ningún lado.-eso me sorprendió. Porque aunque era cierto nos habíamos conocido hace muy pocos días.

-¿Crees que le vaya a importar que sea yo quien finja ser su supuesta novia?

-¿Por qué preguntas eso? ¿Acaso lo ofendiste cuando hablaron?-sus ojos se abrieron como platos. Tal vez pensaba que todo su plan se arruinaba en un microsegundo.

-No, al contrario, me porte bien con él. Estoy segura de que no le va a importar.- negué con mi cabeza al final

-Okey, pero solo te quiero decir que por favor te comportes de una manera elegante. Se amable y respetuosa todo el tiempo.

-Siempre lo soy.-que le diga la verdad a las personas no significa que sea irrespetuosa. ¿O si?

-Bueno, solo lo decía porque quiero asegurarme de que todo te quede claro para la hora de la hora. Ahora sí ya podemos irnos. Todo esto va a tener un tiempo ilimitado, así que mientras más rápido se firme el contrato, mucho mejor.

Tome todas mis cosas al igual que la pelirroja y salimos de su casa para subirnos a su auto y dirigirnos al edificio de la Corporación Kane.

Cuando llegamos, entramos en el gran edificio de no sé cuántos pisos mientras ella saludaba a algunas personas mostrándoles esa sonrisa tan suya.

 Yo no dejaba de pensar en cómo podría reaccionar Henry Kane en cuanto me viera. ¿Me reconocería? ¿Y si pensaba que no haría bien mi papel como su novia?

Nos adentramos en el ascensor y ella tocó el último botón. Veinte pisos. Increíble.

-¿Pasa algo, Lucy?-Me miró un poco preocupada. Me imaginaba que se sentía así porque tal vez yo podía no aceptar todo lo que pasaba.

-No pasa nada. Estoy bien.

-Si necesitas algo solo me lo dice, ¿okey?- las puertas del ascensor se abren y la sigo hasta que llegamos a una puerta al fondo del piso.

-¿Y si hago el ridículo?-solté de repente. La verdad es que estaba nerviosa. Y no había pasado mucho tiempo que me había sentido así tan nerviosa. Me sentía como una estatua de piedra frente a aquella gran puerta de madera.

-Eso no pasará, yo te cuidaré la espalda.- abrió la puerta después de sonreírme y nos encontramos con un Henry igual de sonriente que ella. O tal vez un poco más.

-Hola.-nos saludó en cuanto ya estábamos dentro de su oficina con la puerta ya cerrada. El lugar olía al típico olor de perfume carísimo de un hombre. Pero tengo que admitir que aquel olor era muy muy adictivo.

-Señor Kane, ella es Lucia Gates, la chica de la cual le hablé esta mañana.

Su mirada se dirigió a mí. Primero examinó mi cuerpo con sus ojos cafés y luego llegaron a mi cara y su ceño se frunció y cualquier tipo de sonrisa se borró de su rostro.

-Eres tú. La chica de la facultad.-dijo mientras mordía su labio inferior y seguía con su ceño fruncido.

-Si así es como me conoces. Pues sí, soy yo.-no le sonreí. Cualquier chica con las hormonas alborotadas por verlo con aquel traje bien a la medida de su perfecto cuerpo lo hubiera hecho. Pero yo no. ¡Ese tipo ni siquiera recordaba mi nombre!

-¿Acaso esto es una especie de alguna maniobra elaborada?-soltó una risa irónica.

-¿Perdona?-lo miré incrédula. ¿Pero que creía que era yo?

-Claro que no, señor. Usted sabe cómo yo aprecio más que nada mi trabajo en el internado. Le juro que su encuentro fue más que una simple coincidencia. Yo le pedí a la señorita Gates que trabaje con nosotros por obvias razones.




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