La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 7: Un Nuevo Trato

No entendía porque estaba nerviosa. ¿Por qué tendría que estarlo? Solamente iba a mostrarle a todo el mundo que tenía una relación amorosa con uno de los empresarios más jóvenes de Los Ángeles. No había nada por lo que preocuparme.

Estaba vestida para la ocasión, no estaba para nada extravagante y tampoco de una manera sencilla. Estaba vestida como usualmente visto.

Briane se había despedido hace minutos de mí en la entrada de mi universidad y yo solo esperaba a que Henry apareciese. Mire a todos lados tratando de actuar casual a ver si había un rastro de algún Henry Kane en la entrada o en el estacionamiento.

Y ahí estaba, subiendo las escaleras que habían en la entrada pareciendo relajado mientras tenía sus manos metidas dentro de los bolsillos de su pantalón negro de tela. Tenía su mirada en el suelo pero la levantó por instinto y sus ojos cafés  se encontraron con los míos grises. Me sonrió de una manera que se sentía genuina cuando en realidad no era así.

Caminó tranquilamente hasta que se posicionó frente a mí. Me erguí tratando de entrar en mi rol como su novia. Le di una sonrisa cariñosa completamente falsa, pero que para los demás no lo parecería.

-Hola, cariño-besó mi mejilla haciéndome soltar un suspiro entrecortado cuando lo hizo.

-Pensé que estarías trabajando a estas horas-le dije cuando por fin separó su gran cuerpo del mío.

-Es que no pude esperar a verte en la noche así que decidí sorprenderte.

-¡Oh, cariño!-exclame con una cara soñadora como la novia enamorada que quería tratar de parecer.

-¿Cómo puedes ser tan adorable?-se acercó de nuevo borrando todo cualquier tipo sonrisa de mi rostro.-Siempre te ves tan emocionada de verme que eso solo hace que mis días mejoren-tomó un pequeño mechón que caía por enfrente de mi cara y lo puso detrás de mí oreja dejándome de piedra.

-Bueno qué te…-y antes de poder terminar de hablar sus labios se presionaron sobre los míos sorprendiéndome.

Henry Kane no solamente besó. Henry Kane me besó con pasión.

No supe qué hacer. La única opción que tuve en ese momento era seguirle el beso. Y cuando lo hice me sentí de una manera que nunca me sentí cuando bese a un chico en mi adolescencia. Me sentí… ¿excitada? ¿Yo? ¿Excitarme por un beso?

Se suponía que era al contrario, los hombres eran los que se excitaban con mi besos, no yo.

Sus grandes manos me sostuvieron y sus largos dedos se presionaron firmemente en mi cintura. Tenerlo tan cerca y a pesar de que tuviéramos ropa puesta podía sentir el calor que emanaba su cuerpo contra el mío. Nos estábamos enrollando, y prácticamente todo el mundo nos estaba observando.

Pude escuchar perfectamente los flashes indiscretos de las cámaras. La gente ni siquiera se contuvo para tomar fotos. Me sentí de una manera expuesta. El calor que mi cuerpo sintió cuando Henry me besaba se fue enfriando poco a poco. ¿Pero en qué estaba pensando?

Henry paró el beso en cuanto se dio cuenta de que ya no seguía moviendo mis labios sobre los suyos. Se acercó a mi oído y mordió el lóbulo de este.

-Lo tenemos, belleza. Solo dales unos segundos para que estemos listos para irnos-me miro a los ojos con una sonrisa en su boca antes de besarme de nuevo.

-Iremos a almorzar a uno de mis restaurantes favoritos. El WP24 por mi chef favorito, Wolfgang Puck. Mi equipo ya le ha hecho saber esa información a la prensa. Así que no debes preocuparte si ves a muchos paparazzis, solo actúa como si no estuviesen allí y todo saldrá perfecto.

-Bien.

No estaba segura de lo que haríamos allí, solo esperaba que si fuera perfecto para mi plan.

Al subirnos a su auto, sentí un escalofrío con el aire acondicionado cuando Henry lo encendió. Mientras íbamos en el camino, una de mis canciones favoritas de Pink sonó por la radio. “Just Give Me A Reason”. Apenas mi voz se escuchaba porque la cantaba en pequeños susurros a la vez que golpeteaba mis dedos en mi muslo.

Cuando la voz de Nate Ruess sonó me sorprendió mucho escuchar a Henry comenzar a cantar. Solo lo observe de reojo y él a mi. Seguimos así y me sentí… cómoda con él. Justo en ese momento.

***

Henry tomó mi mano entre la suya haciéndonos parecer dos locos enamorados entrando a uno de los restaurantes más elegantes y sofisticados a los que he ido.

Nos sentamos en una mesa justo en medio del lugar y en cuento lo hicimos un camarero llegó a darnos los menús. Lo primero que llamó mi atención fueron los precios. ¡Santo padre celestial! Pero si esas pequeñas comidas costaban más que la casa de papá.

-¿Estás bien, Lucia?-bajé el menú y mire a Henry quien me miraba con su ceño fruncido.

-Las cosas aquí son demasiado caras-reproché.

-Ese es el tipo de precio para este tipo de comida para este tipo de restaurante.

-Pero con el precio de esta comida podríamos alimentar a muchas personas en un restaurante más barato.

-¿Y entonces qué sugieres?-elevó una de sus cejas esperando mi respuesta.

Miré el menú en mis manos, hice una mueca al ver las imágenes con aquel montón de cosas verdes y cafés llamadas comida en un mini plato. A mi mente llegó aquel restaurante con el que solía ir con mamá y papá desde que era pequeña. Una sonrisa nostálgica apareció en mi rostro ante el recuerdo de aquella pequeña Lucy jalando de la mano a sus padres para que se apresuraran a entrar al restaurante.

Me preocupaba lo que podría pensar Henry. ¿Cómo actuaría en un lugar que no es “apto” para su “sociedad”? La gente que trabajaba se ganaba el dinero para poder salir de sus deudas y mantener  con muy poco dinero a sus familias. ¿Cómo sería Henry con ellos? ¿Sería alguien amable como lo fue conmigo o actuaría como ese iceberg que no desea derretirse?

-Esto podría ser una proposición muy absurda… ¿Pero podríamos ir a mi restaurante favorito? Podríamos ahorrar dinero-me encogí de hombros tratando de ser convincente. Realmente quería ir ahí, hace mucho que no iba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.