La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 10: Mejor Amigo Enamorado

Siempre he limpiado mis oídos. Siempre. Pero no estaba segura de lo que había escuchado.

-¿Qué dices?

-Que vas a vivir conmigo-dijo mientras me miraba como si eso no fuera nada de otro mundo. ¡Porque sí que lo era!

-De ninguna manera haré eso-exclamé furiosa viendo la manera tranquila en la que me miraba. Me crucé de brazos.-Eso no era parte del trato.

-Lo sé-se encogió de hombros.-Es por eso que mañana vamos a firmar un nuevo contrato con nuevos acuerdos y así poder aceptar sobre este… altercado.

Me di la vuelta y tomé mi cabeza entre mis manos y negué repetitivamente.

-No puedo procesar esto. De verdad no puedo.-me di vuelta para volver a verlo. ¡Seguía calmado!-Apenas acabamos de tener nuestra “primera cita” y me estás pidiendo que me mude contigo. ¡Estás completamente loco! ¡Has perdido la cabeza!

-Claro que no-bufó.-No tiene nada de malo esto, nuestra relación es falsa, Lucia. Mudarnos juntos no va a ser ningún altercado.

Un balde de agua fría me mojo por dentro devolviéndome a la realidad y dejándome parecer una loca dramática. No quería parecerlo frente a él y por eso adopte una posición recta y lo mire seria.

-¿Puedes pensar en lo que podría pasar si nos mudamos juntos?

-Nada va a suceder-confirmó seguro de sí mismo.- Por eso tendremos nuestras propias barreras.

-¿No crees que vivir juntos podrá afectar parte del plan?-un frío recorrió mi cuerpo y a pesar de estar usando mi sweater de lana pase mis manos por mis brazos para quitarme la piel erizada.-Digo, algunas cosas pueden llegar a pasar y yo…

-Lucia-me callo llamándome por mi nombre.-Lo que tú y yo estamos haciendo solamente es un pequeño truco sucio para mis padres y la prensa. Quiero que sepas que lo último que quiero es arruinar mi reputación y arruinarlo todo con la persona incorrecta. Técnicamente, tú trabajas para mí, eres como una secretaria por así decirlo. Yo nunca me he acostado con las personas en mi espacio de trabajo.  Así que te dejó en claro que es mejor dejarlo todo de manera profesional. Yo respetare tu espacio personal.

¡Aburrido! exclamó una voz en mi cabeza y yo instintivamente fruncí mi ceño al escucharla.

-Yo respetaré tu espacio personal-siguió hablando.-Dormirás en una habitación aparte si eso es lo que te preocupa. Y también haré que todo eso sea claro en el nuevo contrato.

Suspiré y me tranquilice un poco.

-Bien. ¿Pero que firme este nuevo contrato significa que yo… ganaré más dinero?-pregunté indecisa y con pena. Henry sonrió.

-Claro que sí.                                    

-Okey, eso es genial-asentí con mi cabeza mientras seguía con mis brazos cruzados sobre mi pecho. Sonreí, más dinero. Bueno, al final terminó valiendo la pena.

-Te veo mañana entonces .-Se inclinó para besarme pero voltee mi cabeza y terminó besando mi mejilla. Vi cómo se avergonzaba. No recordaba que aquí no teníamos que fingir.

-Nos vemos mañana.

Antes que dijera algo más abrí la puerta y cuando salió la cerré de inmediato. Me apoyé en ella y dejé salir un suspiro de cansancio. Me preguntaba en que me había metido. ¿Qué es lo que acababa de hacer? ¿Acababa de firmar mi propia condena?

Cerré mis ojos pero los abrí en cuanto escuche el timbre. ¿Y ahora que quiere Henry?

Abrí la puerta con mi ceño fruncido pero todo gesto de enojo se desvaneció al ver a la persona frente a mí.

-¡Mini Adele!-los brazos fuertes del chico me apretujaron en un abrazo cariñoso. Me separé sin poder creerme quien estaba frente a mí.

-¿Lucas?-lo dije como pregunta. ¿En serio era él? ¿Mi mejor amigo estaba aquí y… mucho más guapo?

-El mismo-me sonrió.- ¡Cómo te extrañé, preciosa!-volvió a abrazarme y esta vez sí le correspondí.

-¡Eres tú! ¡Oh, Lucas, eres tú!-me reí en su cuello y dejé un beso justo ahí.

-No hagas eso si no quieres que pierda el control-me separe de él.

-No me habías dicho que venias a Los Ángeles, Lucas-cambie de tema. Iba a pasar un mechón de mi cabello por detrás de mí oreja pero Lucas se me adelantó.

Entró a mi casa y se recostó en mi cama mientras dejaba la maleta al lado de ella.

-Te escribí pero ni siquiera te inmutaste a contestarme-sacó su teléfono y yo me senté a la orilla de la casa.- ¿Saliste? Te ves muy guapa hoy-me echo un vistazo y luego volvió su vista a su celular.

-Oh, sí. Bueno… hay algo que tengo que contarte-le quite su teléfono de las manos y se quejó. Posé mi dedo en su fina boca antes de que dijera algo.-Y necesito tener toda tu atención-se sentó y yo me puse a su lado y jugué con mis manos en mi regazo.

-Ya, dime-tomo mis manos entre las suyas y toco mis uñas con las yemas de sus dedos dándome cosquilleos por todo el cuerpo.

-Estoy saliendo con alguien-me soltó como si estuviera tocando fuego y mi cuerpo se enfrió ante su lejanía.

-¿Quién? ¿Desde cuándo?

-Henry Kane. Y… nos conocimos hace poco.-me puse nerviosa ante su mirada, no me miraba pero miraba el suelo perdido en sus pensamientos.-No quiero que lo mal pienses. Te quiero mucho y lo sabes. Tú y yo nos conocemos y no quiero que esto arruine lo que teníamos-quise tomar su mano pero él no me dejo.

-Solo una pregunta. ¿Eres feliz con él?

-Sí, yo…

-Bien. Ya me voy.-tomó su maleta pero lo detuve.

-¿Por qué te vas? Apenas llegaste, puedes quedarte aquí, yo iré a quedarme en casa de él.

-Ah, entonces también vivirás con él-no lo negué y eso lo molestó más.-Demonios, Lucia, ¿fue la distancia? ¿Fue porque nunca lo hicimos oficial?-me preguntó dolido.

Si, Lucas y yo tuvimos “algo” romántico. Fue mi primera vez y yo la suya, nos conocíamos desde pequeños y pensamos que hacerlo no arruinaría nuestra amistad. Lo hicimos varias veces, él tuvo que irse a otra universidad gracias a una beca que su hermana le consiguió y nos separamos. Seguíamos siendo los mejores amigos y podíamos hacer lo que quisiéramos. Era algo sin ataduras. Era algo sin nombre. Algo que no debía de suceder pero deje que pasara.




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