La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 15: Confesiones y Pistas

-¿Pero qué?-me asusté de inmediato y de un salto, salí de la cama. Fui directo a la puerta de la habitación de Henry para saber qué ocurría.

Abrí la puerta sin siquiera pensarlo dos veces.

-¿Qué pasa?-pregunté con miedo pero al verlo solo en su cama ese miedo se cambió por confusión.

-Yo no… Amy…-tartamudeo y parpadeo varias veces pareciendo, por primera vez, un hombre confundido y vulnerable a la vez. Me miró y en ese momento se dio cuenta de quién era quién estaba en la puerta de su habitación. ¿Me llamó Amy?-Lucia-dijo, más para comprobar que era yo.

-¿Qué pasó? Te escuché gritar y vine de inmediato. ¿Estás bien? Estás sudando-dije acercándome a él sin que me importara el hecho que me llamara por el nombre de otra mujer. Tal vez era el de su madre.

-Maldición…-murmuró entre dientes.- Lo siento, no quería llamarte así-pero tal vez Henry no quería ignorar ese hecho.

-No es nada. Que me llames por el nombre de tu madre solo puede sonar mal si piensas que ya soy toda una señora-trate de bromear. Él tenía su mirada perdida.

-No es el nombre de mi madre.

-¿Y entonces?-mi parte metiche hablo por mí. Pero en serio quería saber quién era esa tal Amy.

-La chica con la que soñé-dijo tajante.

-¿Y quién es esa chica? ¿La conoces?-mi parte metiche siguió hablando por mí.

-Yo…-cerró sus ojos mientras fruncía su ceño. Su cara perfecta mostraba todo tipo de sufrimiento. Cuando supe que no diría nada, decidí buscar una excusa para irme.

-Creo que te buscaré una pastilla para el sueño. Ayudan mucho. Respira hondo y tranquilízate-abrió sus ojos y me miró confundido.

-¿Has tenido pesadillas?

-Hoy tuve una, la verdad es que casi todo el tiempo. No es algo que no pueda controlar.- ¿Por qué demonios mientes, Lucia? ¿Y porque demonios abres la bocota?

-¿Y de qué tratan?

-Si tú no me lo dices, no te diré nada-me crucé de brazos. Igual, ni siquiera le diría nada de nada, nadita.

-Era sobre mi… ni siquiera supe lo que fuimos pero soñé con que volvía a perderla-y ahí empezó a confesarse dándome a entender que lo tendría que hacer yo, pronto.-Nunca le dije esto a nadie. Nuestra relación fue secreta, nadie, excepto Andrew, sabía de nuestra relación. Amy era… era una chica increíble. Me había prometido a mí mismo que haría lo que fuera porque siempre estuviésemos juntos. Creía en el amor. Pero ella, al igual que yo, terminamos con todo rastro de sentimiento alguno hacia el otro. Nunca di a conocer nuestra relación al público porque era algo especial, ¿sabes?-oh, así que lo nuestro no es especial.

¡Santo padre celestial, Lucia! ¡Si están fingiendo!

-Yo lo arruine solo concentrándome en el trabajo y en lo que papá me pedía que hiciera. Tenía que salir con varias chicas mientras ella solo observaba. Amy se cansó de ello y peleamos. Llegamos a no hablarnos por dos semanas y cuando le iba a pedir que siguiéramos, que por fin le diría al mundo que estábamos juntos… Ella me confesó sin pudor que se había acostado con Andrew.

San-to Pa-dre Ce-les-tial.

-¿Cómo pudo hacer eso? ¿Cómo Andrew pudo hacer eso?

¿En serio, Lucia?

¡Pero si ni siquiera salíamos! ¡Nuestra relación es falsa! ¡FAL-SA! F-A-L-S-A. Ellos tenían algo especial.

-Venganza. Es lo que la gente hace ahora. Vengarse de los demás.

Gracias a Dios yo no llegaba a ese nivel de venganza. ¿Acostarme con su primo? Eso realmente era caer demasiado bajo. Más cuando Andrew Scotts era como un hermano para Henry.

-¿Y qué pasó?

-Tomamos caminos separados. Pasó hace un año. No fue algo fácil de olvidar… más cuando tú te pareces a ella-me miro a los ojos con… ¿pena?-Se suponía que no te diría esto. Pero se me fue imposible no pensar en Amy cuando llegaste a mi casa. Y más cuando llegó Andrew. Se suponía que eran pareja y al parecer ni siquiera era algo serio. Si no fuera porque es mi primo y le tengo aprecio, Andrew estaría fuera de mi vida desde que supe lo que hizo.

Sentí pena por él. ¡Y por mí! Claro que sí. A nadie le gustaría que te compararan con una chica que salía con tu actual pareja. Aunque la verdad es que lo que Henry y yo teníamos era falso pero eso no significaba que no me sentía como la sustituta de Amy.

-¿Entonces yo soy como su reemplazo?

-Tú eres parte del plan, no un reemplazo-gracias, eso dolía menos, ¿sabes?-Ya me confesé, es hora de que tú lo hagas. Ven, que no te escapas de esta.-palpó con su mano la cama y me senté a su lado como una niña obediente. ¿De verdad iba a confesarme? Apenas y se lo había dicho a Lucas gracias a que un día dormíamos juntos y tuve una de esas raras pesadillas de siempre. No fue nada de otro mundo, porque él no era un desconocido para mí. El si había conocido a mamá.

Cuando estuve a su lado, nuestros brazos apenas se rozaban. La atmósfera se sentía algo intima haciendo que mi corazón se alocara. Pero sentí valor para hablar. Tenía que hacerlo si quería dejar de pensar tanto en lo mismo.

-Mi madre murió cuando tenía trece-empecé hablar adaptando mi cara de póquer para que no leyera mis sentimientos con facilidad. No quería parecer sensible frente a él.-Sufrió de leucemia. Los doctores dijeron que los medicamentos empeoraban todo. Apenas era una niña pero sabía muy bien todo lo que mamá debía de tomar, cuando tenía que ir a sus citas y todo lo que necesitaba. Papá trataba de hacerlo pero su trabajo se lo impedía-dije sin mencionar que papá era policía.

-Yo lo hacía a todo, nunca fue un problema porque sabía que me ayudaría de algo en el futuro para cuando fuera independiente. Siempre llegaba de la escuela y me pasaba con mamá en el patio trasero, siempre meciéndonos en las hamacas. Cuando mamá empeoró solo pasaba el tiempo en su habitación. Un día, ya no se pudo hacer nada más. Se despidió llamándome como siempre lo hacía; luciérnaga. Me dijo que cuidara de papá y de mi misma. Y lo ha tratado de hacer todo este tiempo pero siempre tengo ese vacío dentro de mí que me dice que nunca podré pasar la página y olvidar cuando la vi perder su último brillo de vida.




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