La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 22: Buenas Noches, Luciérnaga

No era la única que estaba descolocada por el hecho de que el padre de Henry hubiera dicho aquello. Yo no sabía qué hacer, qué decir o qué pensar. Henry estaba como una hoja de papel en blanco. Su madre parecía estupefacta mostrando las pocas arrugas que tenía en su frente. Y el padre de Henry estaba más sonriente que nunca.

-Es… demasiado temprano para eso, papá.-Henry sonaba avergonzado y cuando sus mejillas se tornaron rojas, mostraba que estaba en lo correcto.-No estamos listos para eso.

-Henry tiene razón en ese aspecto, señor Kane-balbucee siguiéndole la corriente a mi “pareja'' .-El matrimonio requiere un gran compromiso en la vida de una persona. Henry y yo apenas empezamos nuestra relación.

-La chica tiene razón.-continuó su esposa pero el señor Hilmer la chuseo y empezó a reírse.

-Henry y tú tienen tanto en común, Lucia. ¿Para qué negar lo innegable?

-¡Porque la chica tiene razón, Hilmer!-siguió insistiendo la señora Kane agitando sus delgados brazos, pero siendo ignorada.

-Ni siquiera dejas que lo procese, papá. Dame tiempo, ¿bien? Sabes que nunca he considerado que el matrimonio fuese algo importante en mi vida. 

-Bueno, entonces ahora deberías de ponerlo en tu prioridad número uno-la tensión entre Henry y su padre creció rápidamente.-Tienes que crecer y madurar. No te la pasaras tu vida jugando, Pierce.

Henry se tensó un poco pero respiró profundo y comprendió que su padre tenía razón. Y tal vez yo tenía la razón al pensar que en su cabeza estaba su historia con Amy.

-Lo tendré en mente. Igual, quiero a Lucia, padre.

Al escuchar aquellas simples palabras mi pecho comenzó a arder. Tal vez por el hecho de que era falso o porque mi corazón saltaba como loco.

El ruidoso bostezo de la señora Kane rompió el silencio. Tenía su boca tapada por su mano mientras nos miraba con fingida inocencia.-Creo que ya estoy algo cansada, cariño-dijo a su esposo.

-Pero si no hemos terminado la conversación.

-Oh, por favor. No quieres que me quede dormida cuando lleguemos al dormitorio, ¿o si?-El señor Kane ni se lo pensó cuando se levantó para despedirse de nosotros. Traté de ignorar las íntimas palabras de la madre de Henry, a su esposo.

-Se está haciendo tarde, muchachos-se despedía de nosotros cuando ya estuvimos en el lobby de su mansión.- Nos veremos pronto. E hijo, recuerda empezar a pensar en tu futuro. Deja de solo concentrarte en tu carrera. Piensa en las cosas que realmente importan-Henry asintió después de suspirar.

-Esta bien. Adiós, padre.

-Adiós, señor Kane-me despedí yo. Henry tomó mi cintura para guiarme a su auto, y aunque vio que su padre cerró la puerta, no me soltó hasta que entré al asiento del copiloto.

***

De vuelta en la casa de Henry…

Toda la noche había tenido una gran tensión sobre mis hombros, pero cuando me encontré sola, con Henry sentados en los sofás de la sala de estar de su mansión, me di permiso a mi misma de poder relajarme por primera vez.

-Eso fue intenso, no lo  crees?-comente aliviando el silencio profundo.

-Si, se me hace algo divertido que mi padre quiera que nos casemos-soltó una pequeña risa ronca.- Es decir, apenas nos conocemos. Ni siquiera sé lo que realmente te gusta. Solo me imagino la gran cantidad de peleas que tendríamos si nos casamos así como si nada.

-Sería algo como, “Hola, esposo, una pregunta: ¿Cuál es tu color favorito?”

-Y yo te preguntaría algo como: “¿Esposa, tienes dieciocho o que?”

-Okey, me he ofendido. ¡Tengo veintiuno! No sabía que tenía cara de peque. 

-No lo he dicho por ofenderte, lo juro.

-Claro, no, esta bien-me hice la ofendida y Henry se rió.

-Solo trataba de probarte que no te puedes casar con alguien al azar. Es como cuando vas de compras. Necesitas tiempo para poder pensar en lo que realmente necesitas. Pero los humanos somos complejos. Nos tenemos que comprometer completamente con esa persona a la que hemos elegido. Y no digamos del divorcio. Este puede ser una experiencia angustiosa, como emocional y económicamente. 

Escucharlo decir todo aquello me hizo pensar en porque probablemente se sentía inseguro de comprometerse con Amy. Tal vez, en algún futuro podría dejar de sentirse así y darle un significado diferente a todo lo que pensaba y decía sobre el matrimonio.

Henry tenía su cabeza hacia atrás, viendo el techo y hablando a la vez.-¿Sabes que? Si mi padre se enterara de que todo esto es falso, nos mataría.

-Si, puedo entender el porqué-hice una mueca.-Me siento mal por mentirle. Se ve buen hombre. Y un padre que se preocupa por su hijo-levantó su cabeza viéndome con dolor en su mirada.

-Lo único que le importa es seguir con el legado de la Corporación Kane. Esto tampoco se me ha hecho fácil, Lucia. ¿Pero qué puedo hacer? Esta ha sido mi única solución para poder terminar con sus regaños. Soy un adulto, por decir lo que pienso en voz alta. Soy un adulto por ser lo que siempre quise. Pero mi padre aun no entiende que yo mismo puedo tomar mis propias decisiones. Si lo quiero, puedo quedarme soltero toda mi vida.

-Creo que lo que tu padre quiere es que encuentres el amor en tu corazón.

-¿Y que sí mi vida fuera más feliz sin una chica que solo busca dinero?

 -¿En serio crees que a cada chica que solo está contigo porque está interesada en tu dinero?

-Odiaria decirlo, pero la respuesta es “si”. Tal vez así fue con Amy.

Y si, la mente de Henry estaba establecida en una sola cosa, o mejor dicho, persona: Amy.

La angustia en su voz me hacía sentir mal, por eso trate de hablarle con mi voz dulce y amable.

-No voy a juzgar tu experiencia personal en el amor. No soy nadie para hacerlo cuando a mi me ha ido peor. Lo único que puede hacer alguien como yo es hacer lo mejor para ayudarte mientras esté aquí.

Henry me dio una pequeña sonrisa, dándome las gracias.




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