La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 28: Rabietas

Henry pasó su mano por su cabello castaño visiblemente decepcionado y molesto.

-Creí haber sabido que nuestro contrato había quedado  muy claro. Se suponía que tienes que “engañarme” con Andrew el día que debes hacerlo, no antes.

-No te estaba “engañando”-hice comillas con mis dedos molesta con lo que me decía.-Solo fue un simple encuentro.

-Pues no es así como lo dicen los noticieros.

-Tú ya sabes como los canales de televisión como esos trabajan. Lo exageran todo, Henry.

-Entonces tú deberías evitar meterte en este tipo de problemas. No ha sido la primera vez, Lucia. ¿Acaso no recuerdas porque nos enojamos en la cocina la vez pasada? Salve nuestro plan al hacerme cargo de esa estúpida revista rápidamente.

-Lo siento, ¿bien? No soy una experta en este tipo de cosas. Soy una persona, y he cometido errores pero por esto no vamos a discutir. 

-Nada de lo que digas cambiará nada, Lucia. El daño ya está hecho.-Intenté encontrar otro sentido a lo que decía. Estaba decepcionado de mi por simplemente una tontería. 

-¿Y entonces qué quieres? Cometí un error y prometo no volver a hacer algo que arruine tu amado plan.

-Quiero que seas responsable de tus actos-gruñó y yo lo mire molesta  y aturdida.

-¡Estoy tratando de serlo! Ser tu “novia” no es tan fácil como tú piensas. Si, puede que tenga sus ventajas. ¿Pero te has detenido a pensar alguna vez si yo he vivido este tipo de vida tuya? Tengo que ser cuidadosa con cada cosa que digo y hago. Creo que ahora entiendo porque Amy hizo lo que hizo. Nada va a ser suficiente para el público… Ni siquiera para ti.-No quería llorar, no en ese momento. No quería parecerle débil ni nada por el estilo.-Yo… Desearía que nunca hubiera firmado ese ridículo contrato.

Me fui de ahí furiosa conmigo misma, furiosa con él, furiosa con el mundo. Contuve mis lágrimas hasta que estuve en la que se suponía que era mi habitación.

Henry no me siguió.

***

Me sentía mal. Una parte de mi entendía la molestia de Henry por lo que había pasado. Había sido contratada para ser su novia y cumplir con lo dicho pero había fallado en esa simple tarea.

Pero también al mismo tiempo me sentía frustrada. Había aceptado el trabajo para poder investigar a fondo quién había disparado a mi padre. Y hasta ese momento no había encontrado nada.

Y si era franca, me empezaba a cansar de la atención que tenía en un simple lugar en el que nunca la había tenido.

Quería solo… volver a mi vida normal.

Encendí mi celular y busqué el contacto de mi papá. Solo deseaba desahogarme con él un momento o tal vez para toda la vida.

Lo llamé la primera vez pero me mandó directo al buzón de voz. Volví a marcarle pero era el mismo resultado. Se me hacía raro, porque aunque estuviera ocupado siempre me contestaba.

Quería escribir en el grupo con mis únicas amigas, pero no quería preocuparles con mis problemas. Kirsten aún no recibía el pedido de mano de parte de su novio y eso la abrumaba. Y luego estaba Briane… de quien no sabía mucho. Pero si sabía que estaba dedicándose lo demasiado a sus estudios y trabajo que no revisaba ni la hora en su teléfono.

Oí unos toques suaves en mi puerta y obviamente predije que era Henry.

-Lo siento, luciérnaga, reaccioné exageradamente.-dijo sin entrar a la habitación.-¿Quieres unirte conmigo a cenar? 

-No-le respondí inmediatamente.

-¿Y por qué?

-No tengo hambre-contesté lo mismo que él me había dicho aquel día del piano. No escuché nada al lado de mi puerta y supe entonces que se había ido.

No se porque no pensé que él iba a tratar de convencerme. Yo no era su verdadera novia.

***

Poco tiempo después…

-Despiértate, luciérnaga-oí que alguien susurraba en mi oído.-Tu cena está lista-abrí mis ojos y solté un jadeo al encontrarme lo que tenía frente a mi.

-¿En serio trajiste la cena a mi cama mientras dormía?-mire atónita al hombre sonriente frente a mi.

-¿Eso es todo lo que tienes que decirme?-inquirió.-¿Ni un signo de gratitud?-tocó su pecho viéndose herido. No dije nada y solo me digne a verlo seria.-Y yo que esperaba a decirte un “de nada”.-su rostro se estiró en una mueca exagerada que no pude evitar reírme.

-Gracias.-sonreí y me quede como piedra ahí sentada cuando su mano se acercó a mi mejilla.-¿No que ibas a decirme “de nada”?-dije tratando de evitar la tensión que crecía en mi.

-No, acabo de darme cuenta que quería decirte mucho más que solo eso.

Mire sus ojos y me sentí aliviada cuando apartó su mano de mi mejilla pero la tensión volvió a crecer aun mas cuando tomo mi mano y empezó a tocar mis uñas haciendo que mi piel se erizara.

-Lo siento. Sé que no la has pasado bien. Yo tampoco, pero tenía que haberme dado cuenta de lo que tu sentías. Lo abrumada que estabas. Y si, tal vez Amy hizo lo que hizo por lo que consta estar con alguien como yo.

-Yo no quise…

-Si, tal vez no quisiste decir la verdad, pero así fue-me cortó.-Cuando te digo que lo siento es porque es verdad. No quisiera cometer el mismo error contigo. Aunque no lo creas, te tengo aprecio, me has ayudado mucho aunque no te guste del todo hacerlo. Gracias-su sonrisa fue dulce que hizo rugir levemente mi estómago. Mis mejillas se sonrojaron al darme cuenta que él lo había escuchado.-Ahora sí te dejo comer.

Se quedó ahí sentado y yo probé el primer bocado el cual se me hizo tan delicioso que no dudé en cerrar mis ojos y lamerme mis labios. Cuando abrí mis ojos hallé los ojos de Henry sobre mi.

-No me mires, es incómodo.

-Bueno pues-se dio la vuelta y me apresure a terminar mi comida. Le avisé cuando terminé mientras ponía la bandeja en mi mesa de noche.-Creo que es mejor que me vaya ya a mi habitación.

Mordí mi una dudando de lo que deseaba hacer. Cogí su brazo antes de que se fuera pensando en lo que mi corazón decía y no mi cabeza.

-¿Puedo ir contigo?-me puse nerviosa pero la sonrisa que me dio tranquilizó todos mis sentidos.




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