La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 33: Cumplir Sus Promesas

Hola, mis hermosos cuchurrumines, anduve super perdida por aquí, demasiado diría yo. Pero ha sido el momento de volver y darle de nuevo vida a esas personitas que tanto he amado crear. Siento haberme ido sin decir nada. He estado pasando por momentos fuertes en los que mi salud mental está entremedio. Estoy pasando por esos momentos en los que empiezas a conocerte a ti mismo, descubres lo que quieres, conoces personas, unas que se van y unas que se quedarán contigo no importa el que. Otras te dan alegría, otras te rompen el corazón. Mi ansiedad no ha ayudado en nada en este proceso más cuando estos momentos son donde más sufro y solo quiero llorar y gritar a la vez pero escribir... Escribir me hace respirar tranquilamente y plasmar sentimientos con facilidad en pequeñas acciones de mis personajes. Espero esta nueva Valerie venga con mejores capítulos e historias para contarles. Mi camino por aquí apenas comienza y espero que me acompañen. Han sido lo mejor que me ha pasado y gracias por esperar por mi regreso. Los ama, 

Valerie de Presley💋

 

En la noche, en la casa de Henry…

Veía una de las películas favoritas de Henry mientras esperaba su llegada. Aquella había sido la única película que había llamado mi atención de toda la franquicia de Star Wars. Tenía una buena trama, debía admitirlo, y también admitir que me hacía sentir más cerca de Henry cuando él no estaba.

-¿Viendo el episodio tres sin mi? Esa es la peor traición que me han hecho en mi vida.-escuché a un Henry dolido a mis espaldas. Una sonrisa se posó en mi boca naturalmente al verlo hacer sus gestos dramáticos.

-Me llamó la atención más que las demás que me mostraste.

-Mmm… Eso es obvio, es la mejor de todas-un brillo apareció en sus ojos cuando se sentó a mi lado y veía a los Jedis usar aquellos sables de una manera impresionantemente fácil.-Pero aún me siento dolido ante el hecho que comenzarás a verla sin mi.-me miró a los ojos haciendo un puchero con su boca que se me hizo de lo más tierno viniendo de él.

-Es temprano para la hora a la que sueles llegar. Simplemente te esperaba.-me encogí y me sentí encoger cuando el peso de su cuerpo en el sillón se sintió más cerca de mí.

 -¿Me estabas esperando, luciérnaga?-levantando mi mentón, dió un leve beso en mis labios. Uno que me dejó con ganas de más.

-Puede que si.-mordí mi labio sin ignorar que sus ojos bailaban entre mis ojos y mis labios.

-Me siento mucho peor ahora.-hizo una mueca con su boca haciendo que hiciera lo mismo que él.

-¿Y eso?

-Tener un primo cómo Andrew es mucho peor que un dolor de cabeza.-Henry jugaba con un mechón de mi cabello mientras me hablaba.

-Me di cuenta de eso hoy-solté una risa breve.

-Lo digo enserio. Arruinó nuestro momento.-frunció sus cejas pero rápidamente sonrió posando su mano en mi mejilla.-Y ahora me toca empezar el trabajo de nuevo-aquella sonrisa llena de deseo me hipnotizó dejando que fundiera todos mis deseos en un beso lleno de una pasión ardiente. Ardiente por él. Ardiente por su amor.

Con sus manos moviéndose por todo mi cuerpo se me hacía imposible pensar en lo que decía aquel ridículo acuerdo.

En mi mente no existía aquel acuerdo. Peor en mi corazón.

Solo estaba aquel sentimiento excitante que hacía que nuestro beso se volviera algo salvaje que estaba volviéndose fuera de control.

Nuestros sentimientos se podrían tomar como una metáfora de un fuego que no podía ser apagado. 

Por eso finalmente le dimos la razón a nuestros instintos.

Su piel contra la mía y nuestros cuerpos moviéndose en sincronía. Seguíamos en lo mismo, sin agotamiento, el deseo que sentíamos por el otro se trabajaba sin esfuerzo alguno perdiéndonos en la neblina del gozo del placer perfectamente siento satisfacido.

***

A la mañana siguiente…

Abrí un ojo primero que el otro para terminar encontrándome con el pecho desnudo de Henry debajo de mi cabeza.

Anoche había sido inolvidable. Sinceramente había agradecido la manera en la que Andrew nos arruinó nuestro encuentro para después terminarlo de la mejor manera.

Mi teléfono vibró en la mesa de noche junto a la cama de Henry y con cuidado de no despertarlo lo alcancé y abrí el chat de Andrew.

Andrew S.:

"Recuerda siempre mi advertencia, Lucia."

"Aunque no me creas y no desees hacerlo, Henry es mucho más peligroso de lo que puedes llegar a imaginarte."

Lo dejé en visto solo sintiendo como mi corazón latía a mil por segundo viendo al hombre que respiraba profundamente a mi lado. 

La ansiedad me ahorcaba como una soga en mi garganta y mi mente solo me hacía empeorar al recordar la muerte de mi padre. Me ahogué en miles de pensamientos negativos dejándome llevar por el miedo.

Estaba perdida… confundida. Y justo con esas expresiones en mi cara Henry las vió al despertarse. 

-¿Pasa algo mal, luciérnaga?-mi mejilla fue acariciada por su mano.

-No, nada, no te preocupes.-que la que debe hacerlo debo ser yo.-Solo me asustaste-solté una risa nerviosa y él me miró confundido.

-Solo te hice una pregunta, Lucia. ¿Qué tiene de aterrador eso?-debía buscar una excusa, una tonta pero una creíble. No podía mostrarme indecisa ante él.

-No lo sé-volví a reírme nerviosa y aclaré mi garganta de inmediato.-Es que estabas tan… salvaje anoche que pues me sorprendió lo delicado que te has comportado ahorita conmigo.

-¿Entonces qué quieres que haga?-dijo con un brillo en sus ojos.

-Puedes…-pasé mi pulgar lentamente por su labio inferior viendo como su respiración se volvía agitada con tan solo un simple toque.-...Buscarme algo para comer, por favor, me muero de hambre.-hice un puchero con mi boca y Henry fácilmente escondió su decepción sabiendo que no haríamos lo que él deseaba en esos momentos.




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