La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 37: Padres y Pareja Satisfecha

Menos de diez minutos después estábamos celebrando nuestro compromiso falso con los padres de Henry en el bar cerca de la piscina.

-Así que por fin has tenido las agallas de proponertele a alguien, hijo.-El señor Kane palmeó la espalda de Henry.-Y más a tu encantadora novia-me guiñó un ojo riéndose de la cara de Henry.-Estamos orgullosos de ti, Henry, ¿verdad, Carol?

El padre de Henry vió a su esposa la cual no apartaba su mirada amenazante de mi. 

-Claro-respondió simplemente haciendo más grande la sonrisa de su esposo que no dejaba de seguir felicitando a Henry y por supuesto a mi también.

Ver a sus padres junto a él solo hizo que mi corazón partiera poco a poco. 

Yo había perdido a mis padres y me sentía tan mal por tener que mentirle a los de Henry.

El señor Kane podría ser algo brusco a la hora de mostrar su alegría pero siempre se alegraba por cada pequeño logro de su hijo. Y luego estaba Caroline Kane, quien a pesar de aquellas miradas amenazantes hacia mi, solo mostraba a una madre protectora que solo quería que llegara una mujer a la vida de su hijo y hacerlo feliz como ella lo hacía con Hilmer Kane.

-Cuéntenos cómo fue todo. ¿Por qué ni siquiera nos dimos cuenta? Tuvimos que saber de esto por las noticias. ¿No te da vergüenza, Henry Pierce Kane?-La voz de Caroline algo molesta pero a la vez divertida nos hizo a los tres sonreír.

-No es un reclamo, es curiosidad, hijo.-le siguió su esposo.

-La idea apenas se me vino hoy por la mañana. Me pregunté a mi mismo si de verdad quería despertarme todas las mañanas al lado de Lucia.-me acercó más a su cuerpo.-Y obviamente la respuesta fue un "sí". Así que rápidamente ordené un anillo personalizado con sus iniciales en él.-tomó mi mano, besando el anillo en mi dedo que él mismo había puesto ahí.-Fue algo costoso, hasta para mis propios estándares. Pero ese anillo no se compara a cuán valiosa es ella para mí.-besó mi muñeca sin dejar de verme a los ojos.

-Eres todo un romanticón. Igual que tu padre.-dijo su madre examinando con atención la escena frente a ella. Tenía que creer en nuestras acciones porque hasta yo lo hacía. 

-Solo soy honesto con mis palabras, madre.

-Lucia…-la señora Kane diciendo mi nombre me sorprendió y fue cuando vi una expresión diferente en su rostro a las que siempre me ha mostrado.-Sé que no he tenido el mejor humor contigo. Siempre me he preocupado por Henry y más por ese corazón que decide esconder del mundo.-caminó hasta llegar a nosotros y sostener las manos de ambos.-Solo quiero que sepas que me alegra mucho tu compromiso con mi hijo. Y espero que lo hagas sonreír aún así Hilmer y yo no vayamos a poder hacerlo.

-Lo haré. Haría lo que fuera por hacer a Henry feliz. Yo…-iba a soltar las palabras sin pensar en la magnitud que importaban para mi corazón.-...yo lo amo.

-Por supuesto. Se te nota en la mirada, querida.-dijo con dulzura.-Que no te avergüence.-rió un poco.

-No, yo…-mis ojos se encontraron con los de Henry quien no dejaba de verme fijamente haciendo mi mundo pararse en ese justo momento.-No me avergüenza.-dije viéndolo a él.

Henry me miraba con una sonrisa, una totalmente a las que siempre suele dedicarme. Era una sonrisa que me intrigaba y solo hacía que mi cabeza sobrepensara todo. Pero es que aquella sonrisa era tan malditamente auténtica y sincera.

-¿Qué pasa?-exclamé sin aire mientras seguía viéndolo.

-Nada malo. Que aún no me puedo creer que estemos comprometidos.

-Yo tampoco, cariño.-dije sosteniendo su mano con fuerza.

-Padre.-llamó al señor Hilmer, quien no apartaba su mirada tranquila de nosotros.-¿Es normal sentirse raro después de comprometerte con el amor de tu vida? 

-Claro, hasta sé cómo te sientes. Recuerdo que el día después de que me le propuse a tu madre la miré a los ojos y solo pensé…-se acercó hasta la señora Kane sin poder apartar sus ojos de la belleza de su esposa.- No me merezco esto. No me la merezco a ella. ¿Cómo tan siquiera pudo pasar esto?

-Hilmer…-dijo ella haciéndome entender cómo podía sentirse ante las palabras de su esposo.

-Pero luego fue cuando vi sus billetes y tarjetas de crédito que entendí todo.

-¡Hilmer!-golpeó la mano del señor Kane viéndolo molesta.-Siempre tu y tus chistes.

-Yo pensé que estaba hablando en serio.-Henry se ganó una de las miradas amenazantes de su madre.

-Tu eres exactamente igual a mi en mis años de seriedad.-se dirigió a su hijo.-Frío y tenso con los demás. Demasiado serio a decir verdad. Ya deja eso atrás. El estrés mata, Henry.

-Gracias por el consejo, papá.

-Lo que quiero decirte es que, ahora que llegas y conoces a esa persona…-dijo viéndome un segundo para volver a ver a su hijo.-Cambias, cambias tanto que hasta te desconoces y pues que ahí sea cuando conozcas al verdadero tú. El verdadero Henry Kane. Mi hijo y futuro padre de los hijos de su prometida.

Traté de sonreír en cada palabra que decía, como si de verdad yo fuera la persona que haría a Henry mostrar de verdad su verdadero yo. 

Yo no era esa. Era aquella chica que hasta atormentaba a Henry en sus sueños.

***

Una hora después recordando momentos con el pequeño Henry, los padres de este se fueron. 

-¿Crees que todo salió bien?-le pregunté después de tomarme un vaso con agua que él había sido tan amable de servirme..

-Honestamente me siento muy mal por mentirles.

-Igual yo. ¿No crees que pueda haber otra manera en la que hagamos todo esto sin herirlos al final?-o herirme a mí, tal vez.

-Me temo que no-suspiré pesadamente ante su respuesta decidida a ir a mi habitación. Pero antes de poder hacerlo Henry me sostuvo por la cintura haciéndome verle la cara dejando nuestros labios a pocos centímetros.-Pero me temo que quiero hacer contigo lo que se nos plazca.

Tener sus labios sobre los míos cegó todo en mi mente. Dejé que deslizara mi ropa hasta que terminó en el suelo junto a la suya. 




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